Cambio de escenario
La huelga convocada por los sindicatos levanta acta de que la arrogancia de un Gobierno que pretende saber lo que le conviene a los espa?oles e impon¨¦rselo sin atender a razones
La prepotencia de la derecha se ha dado de bruces con la realidad en menos de cien d¨ªas. Apoyado sobre la mayor¨ªa absoluta y sobre el discurso de que no hay alternativa a su pol¨ªtica, el PP despleg¨® un preocupante autoritarismo posdemocr¨¢tico: imposici¨®n de las reformas sin negociaci¨®n ni deliberaci¨®n p¨²blica; adopci¨®n de medidas que contradec¨ªan por completo las promesas electorales sin esforzarse lo m¨¢s m¨ªnimo en justificar el cambio de opini¨®n; amago de desaf¨ªo a Europa, rectificado inmediatamente, sin explicaci¨®n alguna a la ciudadan¨ªa; campa?a electoral de una arrogancia ins¨®lita en Andaluc¨ªa, con la soberbia pretensi¨®n de ganar sin bajar del autob¨²s. Y todo ello adornado con la estrategia de conmoci¨®n que la derecha europea utiliza para mantener a la ciudadan¨ªa resignada y paralizada ante unas pol¨ªticas que amenazan con destruir el modelo social.
En el frente econ¨®mico, suma y sigue de malas noticias. Todos los indicadores de la econom¨ªa espa?ola, por debajo de la tendencia europea. Tanto desde los ¨ªnclitos mercados como desde las canciller¨ªas y los medios de comunicaci¨®n europeos, Espa?a vuelve a ser se?alada como el principal problema de la Uni¨®n.
Por m¨¢s que el Gobierno se empe?e en creerse sus propias mentiras, ya es generalmente reconocido que la reforma laboral traer¨¢ m¨¢s paro. Y el discurso de que debemos sacrificarnos por el bienestar de las generaciones futuras es un escarnio cuando el desempleo se est¨¢ haciendo cr¨®nico entre la gente joven y amenaza con aumentar el ya de por s¨ª alto paro estructural de este pa¨ªs.
Al mismo tiempo, para contrarrestar las reformas regresivas emprendidas en materia laboral y de derechos civiles, el Gobierno presenta una ley de transparencia, para acabar con el oscurantismo en la Administraci¨®n, cargada de sombras y exclusiones. ?Qu¨¦ credibilidad tiene un Gobierno que ha ocultado tres meses los Presupuestos del Estado por puro inter¨¦s electoral?
Hasta el d¨ªa de hoy ning¨²n gobierno ha salido indemne de una huelga general
En el frente pol¨ªtico, la torre de la arrogancia se ha desmoronado antes de lo previsible. La autosuficiencia y el enga?o se han estrellado en lo que ten¨ªa que ser un paseo triunfal en Andaluc¨ªa. Y, a juzgar por la frustraci¨®n de los dirigentes y del entorno del PP, todav¨ªa no saben c¨®mo ha sido. La derecha se hab¨ªa cre¨ªdo que llegaba para toda la vida, y que la izquierda era ya cuesti¨®n del pasado. De pronto descubre que ser¨¢ m¨¢s dura de roer de lo que hab¨ªa pensado. Es m¨¢s, dice el sentido com¨²n que despu¨¦s de que la hegemon¨ªa conservadora de los ¨²ltimos 30 a?os haya alcanzado su momento catastr¨®fico no ser¨ªa raro, a medio plazo, un resurgir de la izquierda en Europa. A condici¨®n, en el caso espa?ol, de que no se crea que porque se ha frenado la apisonadora conservadora ya tiene el futuro conquistado.
En una semana, en Andaluc¨ªa y Asturias la ciudadan¨ªa ha demostrado que el poder absoluto no gusta y que se buscan contrapesos; que los enga?os tienen poco recorrido (esconder los Presupuestos no ha hecho sino aumentar el miedo a la derecha), y que la autosuficiencia no es buena consejera, porque se descuidan los detalles y a menudo es en las minucias donde se ganan las elecciones: por ejemplo, presentar un candidato gastado y perdedor no es la mejor opci¨®n, por grande que sea la euforia en el partido.
En Catalu?a, la conservadora y siempre prudente Converg¨¨ncia Democr¨¤tica ha levantado acta del fin del Estado de las autonom¨ªas y ha recordado que este pa¨ªs tiene otros problemas de calado, adem¨¢s del econ¨®mico. Hace 30 a?os, para resolver dos problemas se crearon 17; ahora, estos dos problemas ¡ªCatalu?a y el Pa¨ªs Vasco¡ª siguen sin resolverse y podr¨ªa darse la paradoja de que el Estado de las autonom¨ªas haya sido la plataforma de salida de estos dos pa¨ªses.
En fin, la huelga convocada por los sindicatos, sin tener el impacto de las m¨¢s sonoras del pasado, levanta acta de que la arrogancia de un Gobierno que pretende saber lo que les conviene a los espa?oles e impon¨¦rselo sin atender a razones y la estrategia de la conmoci¨®n no son suficientes para que reine la resignaci¨®n absoluta. Hasta el d¨ªa de hoy, ning¨²n Gobierno ha salido indemne de una huelga general. El escenario ha cambiado. La sustituci¨®n de la democracia por el despotismo tecnocr¨¢tico no ser¨¢ tan f¨¢cil como algunos so?aban. Los primeros signos de desgaste le llegan al Gobierno cuando crece en la opini¨®n p¨²blica ¡ªincluso en sectores econ¨®micos¡ª la incomprensi¨®n por unas pol¨ªticas que solo dan estancamiento y desesperaci¨®n. ?Seguir¨¢ el Gobierno exigi¨¦ndonos sacrificios en nombre de nuestros nietos?
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