Brasil endurece los criterios de entrada a turistas espa?oles por reciprocidad

Desde hace m¨¢s de cuatro a?os los turistas brasile?os y su Gobierno se quejan de que Espa?a tiene unas condiciones de entrada tan duras en la frontera que muchos nacionales que vienen a ver a familiares, o de visita, o a estudiar ¡ªincluso con matr¨ªcula pagada en un m¨¢ster o doctorado¡ª, son devueltos a Brasil de forma arbitraria. El pa¨ªs sudamericano ha decidido, finalmente, aplicar las reglas de reciprocidad y exigir a los espa?oles exactamente los mismos requisitos que Espa?a pide a sus nacionales para poder entrar. Desde ayer, aquellos que quieran viajar a Brasil de turismo tienen que ense?ar el billete de vuelta y acreditar medios econ¨®micos suficientes para su estancia (unos 80 euros al d¨ªa) y una reserva de hotel o, en su defecto, una carta de invitaci¨®n firmada ante notario brasile?o por alg¨²n nacional que se haga responsable de que el turista va a estar alojado en su casa y que, cuando acabe las vacaciones, regresar¨¢ a Espa?a sin demora. Lo mismo que tiene que hacer el brasile?o que viene a nuestro pa¨ªs.

Los turistas brasile?os se quejan especialmente de algunos requisitos, como la carta de invitaci¨®n, que exige al que la suscribe aportar m¨²ltiples datos, como la n¨®mina o un certificado de residencia. Y se quejan tambi¨¦n de que, cuando llegan a Espa?a, nunca pueden estar seguros de si lo que traen le va a resultar suficiente al funcionario de turno. El ¨²ltimo caso, ampliamente difundido en los medios de comunicaci¨®n brasile?os, ha sido el de una mujer de 77 a?os, Dionisia Rosa da Silva, que permaneci¨® tres d¨ªas en Barajas por no disponer de carta de invitaci¨®n cuando ven¨ªa a ver a su hija y a su yerno. La anciana se convirti¨® en el ¨²ltimo gran icono de la ola antiespa?ola que crece al ritmo que regresan los brasile?os rechazados en Barajas. Las autoridades espa?olas aclararon que en este caso fue determinante el hecho de que su hija y su yerno vivieran en Espa?a en situaci¨®n irregular, pero ni esto pudo acallar a la prensa brasile?a, que convirti¨® en caso en un episodio m¨¢s del rifirrafe entre Brasil y Espa?a.

El malestar existente ha provocado numerosas protestas p¨²blicas en los ¨²ltimos a?os. Aparte de m¨²ltiples gestiones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses, mandos policiales espa?oles han viajado al pa¨ªs para tratar de calmar los ¨¢nimos, explicar los requisitos que se exigen en la frontera e intentar convencer a los brasile?os de que son sencillos y exactamente los mismos que los que se piden a pa¨ªses como Venezuela o Argentina ¡ªpa¨ªs cuyos nacionales tambi¨¦n han presentado alguna airada queja por el trato recibido en Barajas¡ª. El ¨²ltimo en hacerlo ha sido el comisario general de Extranjer¨ªa nombrado por el Gobierno de Mariano Rajoy, que viaj¨® recientemente a Brasil y trat¨®, entre otras, esta cuesti¨®n.

A pesar de las gestiones, Brasil se ha decidido al final por aplicar la regla de la reciprocidad: mientras Espa?a exija cartas de invitaci¨®n y reservas de hotel, Brasil har¨¢ lo mismo. Es una pol¨ªtica habitual. Su Gobierno tambi¨¦n exige a los nacionales de EEUU, Canad¨¢ o M¨¦xico, por ejemplo, las mismas condiciones que estos pa¨ªses piden a los brasile?os para entrar.

La medida del Ejecutivo brasile?o fue anunciada a principios del pasado febrero. El ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Patriota, en una entrevista concedida a este diario, expres¨® en esos d¨ªas ¡°la seria preocupaci¨®n¡± de su Gobierno por este tema y advirti¨®: ¡°Si nosotros empez¨¢ramos a exigir lo mismo a los espa?oles, les pondr¨ªamos serias dificultades para entrar en Brasil¡±. El ministro asegur¨® que en Espa?a se produc¨ªan ¡°situaciones arbitrarias¡± que afectaban a ¡°personas que tienen la documentaci¨®n en regla y que son llevadas a una sala aparte del aeropuerto para ser investigadas por la polic¨ªa¡±. ¡°Por ejemplo¡±, a?ad¨ªa, ¡°tienen que demostrar que su tarjeta de cr¨¦dito tiene un l¨ªmite, que est¨¢n en posesi¨®n de un seguro de salud, que tienen reserva de hotel y que pueden pagar la factura de la estancia¡±.

El Ministerio del Interior espa?ol siempre ha aducido la misma explicaci¨®n: los requisitos que se exigen a los brasile?os, que no requieren de visado para entrar en Espa?a. Son los que vienen determinados por los pa¨ªses que pertenecen al espacio Schengen, y que Espa?a aplica con rigor. No es esa, sin embargo, la percepci¨®n de los brasile?os, que consideran que tienen muchos m¨¢s problemas cuando tratan de entrar en Espa?a que cuando lo hacen en otros Estados del espacio Schengen y, se?alan, adem¨¢s, que en el caso espa?ol todo depende mucho del funcionario concreto que est¨¦ en ese momento verificando los requisitos de entrada.