Doce meses de lucha por el liderazgo independentista
El Aberri Eguna abre un a?o clave en la pugna de PNV y la izquierda ¡®abertzale¡¯
La celebraci¨®n del Aberri Eguna (D¨ªa de la Patria Vasca) por el nacionalismo abre hoy un a?o de medici¨®n, marcaje y pugna decisiva por el territorio entre el PNV y la izquierda abertzale. Ese es el periodo m¨¢ximo que puede mediar hasta las elecciones auton¨®micas, cuya ¨²ltima fecha posible de celebraci¨®n es el 31 de marzo de 2013, casualmente Domingo de Resurrecci¨®n del a?o pr¨®ximo.
?El gran cambio operado desde el Aberri Eguna de 2011 es el alto el fuego definitivo de ETA y el agrupamiento ¡ªcon Aralar ya es completo¡ª de fuerzas abertzales que el fin de la violencia terrorista ha posibilitado, incrementando al m¨¢ximo sus posibilidades electorales.
Ante la pr¨®xima cita electoral auton¨®mica parecen haberse simplificado las opciones ¡ªdos, una del PNV y otra de los abertzales, a expensas de los disidentes de Aralar¡ª frente a las cinco (PNV, Batasuna, Aralar, EA y Hamaikabat) que han llegado a competir. El presidente del PNV, I?igo Urkullu, lamentaba hace dos a?os esa ¡°atomizaci¨®n sin precedentes del nacionalismo vasco¡± y aunaba una llamada a la unidad en torno a su partido.
Ahora se enfrenta al reto contrario, el agrupamiento abertzale, y lo que est¨¢ en juego es el liderazgo independentista. En palabras del tambi¨¦n dirigente del PNV, Joseba Egibar, la fiesta de hoy abre el tiempo en el que se dirimir¨¢ ¡°cu¨¢l de las dos expresiones del nacionalismo lidera este pa¨ªs, el PNV o la izquierda abertzale¡±.
¡°La lucha va a ser muy cerrada, el choque ser¨¢ brutal porque se juegan qui¨¦n gana¡±, vaticina el soci¨®logo Francisco Llera, director del Euskobar¨®metro, que prev¨¦ ¡°una presi¨®n extrema sobre el electorado independentista¡±. A su juicio, la izquierda abertzale tiene motivaci¨®n suficiente con la expectativa de vuelta al Parlamento y la de no descartar la victoria de entrada.
Las dos partes admiten por igual la dureza y la crudeza con que se dar¨¢ ese choque y se preparan para ¨¦l. Sin violencia no hay coartada para ¡°vetar¡± la autodeterminaci¨®n, adelant¨® el PNV en su manifiesto. Los peneuvistas quieren ¡°un tiempo constituyente¡± para una ¡°nueva Euskadi¡±.
Ser¨¢ "la tercera vuelta", y determinante en palabras de un cuadro de Amaiur, tras el pulso de las municipales, donde el PNV cedi¨® un terreno determinante, y de las generales, donde perdi¨® en esca?os.
La ¨²ltima estimaci¨®n de voto, a principios de marzo, daba el triunfo al PNV por seis puntos (31%, 22 ¨® 23 esca?os) sobre la izquierda abertzale (25% y entre 19 y 22 parlamentarios).
Con ese margen en las previsiones a un a?o vista, la izquierda abertzale se ve con posibilidades de dar la batalla a fondo y ganarla. La horquilla la consideran ¡°un empate t¨¦cnico¡±, igual que la exigua diferencia en votos del 20-N, seg¨²n un integrante de la coalici¨®n. La prioridad es que la suma PNV-PP no alcance la mayor¨ªa absoluta.
Al partido de Urkullu le conviene que se instale el temor a la victoria de los abertzales para aglutinar voto moderado que oscila entre PNV, PSE y PP. La antigua Batasuna acentuar¨¢ que no va sola, sino que ha logrado aglutinar en su torno un aut¨¦ntico frente unitario ¡°independentista y de izquierdas¡±, como estrategia de diferenciaci¨®n del talante tradicional y ambiguo de un PNV en solitario y con problemas para expresar con tanta claridad su apuesta soberanista.
Esto no significa que este partido no vaya a explicitarla ¡ª¡°no vamos a esconder nada¡±, ha advertido Egibar¡ª. Pero ser¨¢ la reivindicaci¨®n de un soberanismo ¡°¨²til¡± en la l¨ªnea del ¡°nacionalismo econ¨®mico¡± reivindicado por Urkullu desde hace ya varios meses, m¨¢s eficaz, piensa, que el de connotaci¨®n puramente ideol¨®gica e identitaria de la decada 1999-2009. Escocia es la referencia y CiU una estimable compa?¨ªa, tras la determinada resoluci¨®n del ¨²ltimo congreso de Converg¨¨ncia.
En el partido de Urkullu se acepta que alg¨²n tipo de colaboraci¨®n con la izquierda abertzale tendr¨¢ que darse, porque sus solas fuerzas no bastan para ¡°constitucionalizar¡±, como quiere, el derecho a decidir. Esa puerta abierta no impedir¨¢ todo tipo de reproches al pasado de los abertzales, con el da?o causado a la econom¨ªa, la convivencia y la imagen del pa¨ªs. Salvo que medie una declaraci¨®n definitiva de disoluci¨®n de ETA, el reproche ser¨¢ tambi¨¦n al presente, no suficientemente claro ni exigente a¨²n con la banda.
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