Defensa busca fondos extraordinarios para evitar el impago de armas

El ministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, es uno de los que mejor parado ha salido del recorte presupuestario. La partida de su departamento solo se reducir¨¢ este a?o un 8,8% (613 millones) frente al 16,9% de media de sus compa?eros de Gabinete. A¨²n as¨ª, fuentes de Defensa admiten que, con las cuentas remitidas al Congreso, no es posible atender todos los compromisos contra¨ªdos; es decir, el ministerio se ve abocado al impago de sus obligaciones.

Este reconocimiento no supone ninguna confesi¨®n, sino la constataci¨®n de un hecho: solo en el Eurofighter, el avi¨®n de combate europeo del que Espa?a se ha comprometido a adquirir 87 unidades, los pagos previstos en 2012 suman 720 millones. Y la partida incluida en el presupuesto es de 3,5.

Casi el 50% del recorte en Defensa ha salido del cap¨ªtulo de inversiones, que pasa de 1.005 a 654 millones (casi un 35% menos). El anterior equipo de Defensa reconoci¨® que el presupuesto de 2011 presentaba un desfase de 700 millones entre la cantidad consignada y los gastos comprometidos. En 2012 el agujero se ampl¨ªa y podr¨ªa rondar los 1.200.

Moren¨¦s cuenta con el respaldo del Ministerio de Industria, en cuyo presupuesto figuran 582,7 millones en cr¨¦ditos reembolsables para programas militares. Aunque esta cantidad es casi un 25% inferior a la del a?o pasado, supone nada menos que el 47% de la inversi¨®n total en sistemas de armas. Pero ni siquiera los 1.237 millones repartidos entre los dos ministerios bastan.

Para cuadrar las cuentas, Moren¨¦s ha recurrido a una soluci¨®n dr¨¢stica: suprimir las partidas previstas para los llamados programas especiales, 19 proyectos cuya factura total suma 31.000 millones y que constituyen la punta de lanza de las Fuerzas Armadas: desde el carro de combate Leopardo a las fragatas F-100 o el avi¨®n de combate Eurofighter. Si en 2011 Defensa dispon¨ªa para estos programas de m¨¢s de 200 millones, este a?o solo ha presupuestado 4,9. Lo justo para pagar al personal espa?ol que trabaja en tres de ellos.

Pese a este evidente agujero, Defensa asegura que tiene la ¡°firme voluntad de cumplir sus compromisos internacionales y descarta la posibilidad de dejar de atender los pagos comprometidos¡±. No solo es cuesti¨®n de honrar la palabra dada: algunos contratos incluyen fuertes penalizaciones para disuadir a los incumplidores.

El Eurofighter es el caso paradigm¨¢tico. Los cuatro socios (Reino Unido, Alemania, Italia y Espa?a) se han blindado unos de otros con condiciones leoninas. Defensa, que deb¨ªa m¨¢s de 700 millones a finales del a?o pasado, estim¨® los intereses de demora en unos 52 millones. Por eso aprob¨® en marzo la entrega de 309 millones.

Lo que no explica Defensa es c¨®mo pagar¨¢. Las opciones son limitadas: alargar el calendario de pagos; reducir, cuando sea posible, el pedido; obtener de Hacienda un cr¨¦dito extraordinario o recurrir a un pr¨¦stamo privado, como el concedido a los Ayuntamientos.