Reinar en medio de la crisis
Parece el momento de repensar el papel de la Corona en la democracia y en la sociedad actual
Hace m¨¢s de treinta a?os que los espa?oles tenemos una monarqu¨ªa parlamentaria y una Constituci¨®n democr¨¢tica. Un largo per¨ªodo de estabilidad, reformas y cambios; de profundas transformaciones pol¨ªticas, socioecon¨®micas y culturales. Una especie de milagro, dada la traum¨¢tica historia de Espa?a en las d¨¦cadas anteriores, que atrajo la atenci¨®n de te¨®ricos sociales y pol¨ªticos de medio mundo. Y el rey Juan Carlos, que hab¨ªa comenzado su reinado tres a?os antes de la Constituci¨®n, con un juramento ante las Cortes franquistas, se convirti¨® en el ¡°motor¡± o ¡°piloto¡± del gran cambio que nos llev¨® desde la dictadura a la democracia.
Ese proceso de transici¨®n a la democracia forma parte ya de nuestra historia. Tema de estudio y debate, con relatos oficiales y visiones y revisiones cr¨ªticas. Pero Juan Carlos, la Monarqu¨ªa y la Corona quedaron fuera del debate. Hubo una construcci¨®n positiva en torno a ¨¦l, estimulada por pol¨ªticos, intelectuales y medios de comunicaci¨®n, que le dej¨® fuera de las zonas oscuras, errores o deficiencias de la democracia.
La Monarqu¨ªa, con el Rey a la cabeza, es objeto ahora de controversias y de discusi¨®n p¨²blica
Ese orden se ha quebrado en los ¨²ltimos meses, desde que estall¨® en el pasado oto?o el caso Urdangar¨ªn hasta la cacer¨ªa de elefantes en Botsuana, pasando por el tiro en el pie de Felipe Juan Froil¨¢n. Adem¨¢s del paro y de la crisis, la Monarqu¨ªa, con el rey Juan Carlos a la cabeza, es objeto ahora de controversias y de discusi¨®n p¨²blica (incluidos los insultos, un deporte nacional cuando se abre la veda). Y el ruido no viene como consecuencia de un movimiento social republicano, al acoso y derribo del orden existente, sino del desmoronamiento de algunos de los pilares en que se hab¨ªa basado esa construcci¨®n positiva y no sujeta a escrutinio del edificio mon¨¢rquico.
De la misma forma que la crisis, el paro y los ataques al Estado del bienestar han puesto fin a la boyante y artificial prosperidad anterior y nos recuerdan d¨ªa tras d¨ªa nuestra vulnerabilidad, los esc¨¢ndalos en torno a la Monarqu¨ªa est¨¢n cambiando las percepciones y actitudes de muchos ciudadanos hacia una instituci¨®n sacralizada.
Se abre un nuevo escenario, dif¨ªcil de predecir, que va a ser visto por personas influyentes en la pol¨ªtica y en la comunicaci¨®n con temor e inquietud, no sea cosa que renazcan los demonios de nuestra historia. Parece el momento, sin embargo, de repensar el papel de la Corona en la democracia y en la sociedad actual, no en el que tuvo, con m¨¦ritos ampliamente reconocidos, en 1975, 1978 o 1981. Antes de que el sue?o de una monarqu¨ªa perpetua, limpia de sombras y manchas, acabe en pesadilla.
Juli¨¢n Casanova es catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad de Zaragoza.
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