Ojal¨¢ el 15-M
Tenemos que protegernos contra la degradaci¨®n de la convivencia, contra la violencia verbal y la xenofobia y acostumbrarnos a pedir explicaciones. Ojal¨¢ el 15-M nos ayude a salir de esta atm¨®sfera de verg¨¹enza.
?Digamos la verdad y que se averg¨¹ence el demonio!, dec¨ªan los cl¨¢sicos. Que se averg¨¹ence el demonio: quienes gestionaron irresponsablemente bancos y cajas mientras se autoconced¨ªan retribuciones fuera de todo sentido; quienes se han negado, y se niegan, a someterse a normas de transparencia y quienes se aprovechan de esa opacidad para ocultar sus marruller¨ªas; quienes han sido incapaces de cumplir con sus obligaciones p¨²blicas, no ya solo por corrupci¨®n, sino tambi¨¦n por pura banalidad.
Los ciudadanos est¨¢n abochornados por decisiones que les han sido ajenas, pero cuyas consecuencias pagar¨¢n. Quiz¨¢s el 15-M, si logra revitalizarse, consiga que nos sacudamos esa paralizante angustia y que avivemos nuestra exigencia de responsabilidades. Ojal¨¢ el impulso de los j¨®venes nos coloque ante nuestras obligaciones ciudadanas.
Vivimos en una atm¨®sfera de verg¨¹enza, que acarrea una dolorosa sensaci¨®n de culpa, mientras que los causantes directos de esta situaci¨®n pretenden que nadie les pida responsabilidades, penales en los casos en que sea procedente, o pol¨ªticas y c¨ªvicas, en los que no. ?Creen Miguel Blesa o Jos¨¦ Luis Olivas que lo pasado, pasado est¨¢? No deber¨ªa ser as¨ª. ?Cree el gobernador del Banco de Espa?a que puede reclamar indulgencia? ?Conf¨ªa la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en que puede escabullirse de la quiebra de la Caja de Ahorros, donde el PP coloc¨® a decenas de amigos, familiares y militantes, y que todo pasar¨¢, sin consecuencias para ella? ?Se olvidar¨¢ qui¨¦nes fueron los consejeros que representaron al PSOE madrile?o y a los sindicatos y que callaron por incompetencia, inter¨¦s o amiguismo? Todos sus nombres deber¨ªan desaparecer para siempre de cualquier lista o cargo pol¨ªtico.
Es imposible soportar a un presidente del Supremo sospechoso de endilgar gastos personales al erario p¨²blico
En este pa¨ªs han pasado demasiadas cosas como para continuar paralizados. Digamos en p¨²blico la verdad: es imposible soportar a un presidente del Tribunal Supremo, Carlos D¨ªvar, sospechoso de endilgar gastos personales al erario p¨²blico y que llama ¡°miseria¡± a 6.000 euros, cuando la justicia que ¨¦l administra puede castigar con una pena de prisi¨®n de hasta 18 meses a quien cometa un hurto de m¨¢s de 400. Dif¨ªcil aguantar un Consejo General del Poder Judicial, cuyos vocales acuden a su puesto de trabajo tres d¨ªas a la semana, que act¨²a con tanta prepotencia que nombra magistrados que no re¨²nen los requisitos (como ocurri¨® en la Sala Civil del Supremo) y que se niega a someterse al principio de transparencia que deber¨ªa ser el primero en impulsar ?C¨®mo no se exigen a s¨ª mismos algo m¨¢s de ejemplaridad? ?A qu¨¦ viene tanta soberbia?
Es inaguantable que cuando se les pide a los ciudadanos sudor y l¨¢grimas, el Gobierno (a quien corresponde la iniciativa) y la oposici¨®n sigan jugando con las instituciones y que, con una actitud inane, abandonen la renovaci¨®n de los magistrados que deber¨ªan haber cesado ya en el Tribunal Constitucional y en otros organismos estatales. O que el Gobierno intente controlar informativamente RTVE, cuando lo que necesitamos es una televisi¨®n estatal que, en momentos de incertidumbre y peligro, nos proporcione informaci¨®n fidedigna.
Tenemos que protegernos, como sea, contra la degradaci¨®n de la convivencia, contra la violencia verbal y la xenofobia y acostumbrarnos a pedir explicaciones. ?Qu¨¦ datos apoyan lo que est¨¢ usted diciendo? ?Con qu¨¦ argumentos defiende su opini¨®n? Como explican Mart¨ªn Alonso y Mar¨ªa Pardo en Una ¨¦tica para el debate (Cuadernos Baseak), el d¨¦ficit conceptual con que se expresan los personajes p¨²blicos es atroz. Hay que ense?ar en las escuelas, explican, que nada ni nadie goza de inmunidad frente a la cr¨ªtica y que quien participa en un debate p¨²blico adquiere la responsabilidad de estar debidamente informado sobre lo que discute; que la cr¨ªtica debe referirse a los hechos y no a las personas, y que estas son solo objeto de censura cuando son responsables de las acciones que se debaten. Que no se debe tratar a quien defiende una posici¨®n contraria como a un enemigo, pero que no todas las opiniones son respetables. Ojal¨¢ el 15-M nos ayude a salir de esta atm¨®sfera de verg¨¹enza.?
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