Alguna vez pudimos creer...
No es posible salir de esta situaci¨®n sin una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre Bankia. Tampoco sin la dimisi¨®n de Carlos D¨ªvar. Digamos no, con la calidad del hecho de ser ciudadano
Alguna vez pudimos creer que este era un pa¨ªs sobrio, escarmentado y serio, que sab¨ªa a qui¨¦n quer¨ªa parecerse y ad¨®nde llegar. Produce opresi¨®n comprobar hasta qu¨¦ extremo algunos representantes de nuestras instituciones han entrado en un mundo de corrupci¨®n, unos econ¨®mica y otros intelectual, capaz de ponerse por montera esas mismas instituciones que integran y de pisotear el respeto que deber¨ªan a los ciudadanos con gestos de fanfarroner¨ªa insoportable. La actitud de los miembros del Consejo General del Poder Judicial es necia, torpe y falta de inteligencia y nos est¨¢n asombrando con su arrogancia. ?Siete vocales a favor de que dimita G¨®mez Ben¨ªtez, y cinco, de que lo haga D¨ªvar? ?D¨®nde se han cre¨ªdo que est¨¢n? ?Recuerdan que son los responsables de organizar el Poder Judicial en Espa?a?
La mayor¨ªa de los ciudadanos de este pa¨ªs son respetables porque cumplen la ley, pagan impuestos y procuran comportarse con consideraci¨®n con sus vecinos. No deber¨ªan dejarse acoquinar ni anestesiar ante lo que ven y padecen. En el campo econ¨®mico, por ejemplo, no deber¨ªa existir tampoco discusi¨®n sobre la creaci¨®n de una comisi¨®n parlamentaria que investigue lo ocurrido en Bankia.
El Gobierno nos ha exigido que dediquemos a reflotar un banco bastante m¨¢s dinero del que ha considerado necesario retirar de la sanidad y de la educaci¨®n. No es demagogia. Es la realidad. Seguramente es necesario destinar unos 19.000 millones como m¨ªnimo al saneamiento de Bankia, porque de ello depende la salud del sistema financiero en su conjunto. De acuerdo. Pero que se pretenda hacerlo sin que el Parlamento investigue lo ocurrido es un esc¨¢ndalo, algo que merece la indignaci¨®n p¨²blica.
El Consejo General del Poder Judicial pisotea el respeto a los ciudadanos con sus insoportables gestos de fanfarroner¨ªa
?C¨®mo confiar en que las cuentas de Bankia se van a llevar bien a partir de ahora y en que se recuperar¨¢ el dinero invertido por los ciudadanos en su reflotamiento? El ministro de Econom¨ªa asegura con seriedad que ambas cosas est¨¢n garantizadas, pero la cuesti¨®n es que en las cajas que componen Bankia (y en otras muchas entidades) se han cometido anomal¨ªas que han repercutido, y est¨¢n repercutiendo, sobre nuestras vidas. El propio Guindos afirm¨® en el Congreso que Bankia es ¡°un caso paradigm¨¢tico¡± de los errores cometidos por las entidades financieras y que tanto la fusi¨®n de Caja Madrid y Bancaja como la salida a Bolsa de la nueva entidad resultante ¡°no fue adecuada¡±.
Si Bankia es el mejor ejemplo de los ¡°errores¡± cometidos, ?por qu¨¦ no se permite una investigaci¨®n que aclare lo sucedido, determine si adem¨¢s de errores hubo vulneraci¨®n de la ley y ayude a establecer pautas para que esos casos no vuelvan a producirse? ?Pretende alguien que los ciudadanos nos conformemos con el hecho de que ha llegado a la c¨²pula de la entidad un nuevo equipo y que ese equipo es m¨¢s profesional? ?Con la promesa de que el Banco de Espa?a y el Ministerio de Econom¨ªa estar¨¢n ahora m¨¢s atentos y sus an¨¢lisis ser¨¢n m¨¢s finos? ?En serio?
Insistamos sin miedo. En este pa¨ªs, los servicios p¨²blicos, la educaci¨®n, la sanidad o las pensiones no han tenido nada que ver, absolutamente nada, con la crisis, que ha nacido, se ha alimentado y ha estallado en el mundo financiero. Seguramente es cierto que la educaci¨®n, la sanidad, las pensiones y la legislaci¨®n laboral deb¨ªan ser objeto de profundas reformas que permitieran a la econom¨ªa espa?ola ganar competitividad y eficiencia. Pero una cosa es reformar, y otra, recortar a toda prisa y casi a bulto para que las cuentas cuadren. Si hay que recortar as¨ª, es como consecuencia de un agujero creado por los gestores de las inversiones, espa?olas e internacionales; si no todo ellos, s¨ª al menos en parte. Y est¨¢ claro que esos gestores volver¨¢n a hacer lo mismo si no se les impide. Basta con comprobar lo que sucede en Estados Unidos, donde JP Morgan acaba de destapar un nuevo esc¨¢ndalo (?cuatro a?os despu¨¦s de Lehman Brothers!).
Para no sufrir una y otra vez las mismas situaciones, hay que dejar aclarado lo sucedido en Espa?a. No es posible salir de esta situaci¨®n sin una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre Bankia. Tampoco sin la dimisi¨®n de Carlos D¨ªvar. Digamos no, de ninguna manera, y busquemos la palanca para desatrancar esas puertas, que no tienen que ver con mayor¨ªas parlamentarias ni con la oposici¨®n, sino con la calidad del hecho de ser ciudadano.
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