El silencio de los intelectuales
Los intelectuales europeos parecen haber asumido que lo que ocurre en Europa es un asunto exclusivamente econ¨®mico que debe quedar en manos de expertos
Los intelectuales europeos parecen haber asumido que lo que ocurre en Europa es un asunto exclusivamente econ¨®mico que debe quedar en manos de expertos y que est¨¢ justificada su ausencia, su deserci¨®n, en el debate. Algunos periodistas alemanes est¨¢n siendo los primeros en denunciar lo que consideran el fracaso de esos intelectuales, a los que reprochan, en palabras del profesor Jan Werner M¨¹ller, ¡°que hayan fallado a la hora de defender los grandes logros de la construcci¨®n europea y (¡) de denunciar el despilfarro de un gran legado de confianza mutua y entendimiento¡±.
Por supuesto que no es posible hablar del futuro de Europa sin hablar del euro. Nadie niega eso. Lo que se plantea es el efecto da?ino que est¨¢ teniendo dejar que la discusi¨®n sobre la construcci¨®n europea se produzca exclusivamente en el campo de los t¨¦cnicos, sin atender al debate pol¨ªtico y moral que implica tambi¨¦n la econom¨ªa y que ha estado presente en todo este proceso de integraci¨®n.
Asumir que la crisis europea se desarrolla en un campo en el que los intelectuales no tienen nada que decir es un error. ¡°El fil¨®sofo franc¨¦s Julien Benda acus¨® a sus colegas en 1927 de traicionar su vocaci¨®n al abogar por posiciones nacionalistas¡±, recuerda M¨¹ller. ¡°Las circunstancias actuales son muy diferentes, pero eso no quiere decir que los intelectuales de hoy no est¨¦n igualmente equivocados al ignorar la profunda injusticia con que se est¨¢ actuado en nombre de la austeridad y la rectitud fiscal¡±.
El debate econ¨®mico europeo debe tener un lado pol¨ªtico y moral, y es un error abandonarlo en manos de t¨¦cnicos
Hablar de crisis en t¨¦rminos generales, como dec¨ªa el historiador Reinhart Koselleck, ¡°es una manera imprecisa de hablar¡±. Los intelectuales europeos podr¨ªan muy bien responder a preguntas concretas que tienen mucho que ver con sus posiciones morales: ?es aceptable el sacrificio que se pide a las actuales generaciones de griegos, irlandeses, espa?oles, portugueses o italianos con el se?uelo del futuro? Mejor a¨²n, ?es aceptable el castigo colectivo de los ciudadanos de esos pa¨ªses por los errores y delitos cometidos por sus gobernantes, todo sea dicho, con ayuda de grandes grupos financieros internacionales?
?No tienen nada que decir los intelectuales europeos sobre el hecho de que Grecia haya protagonizado el mayor esfuerzo fiscal conocido en la historia, seg¨²n datos de The Wall Street Journal, reduciendo su d¨¦ficit primario, es decir, sin el pago de la deuda, del 10,6% al 2%, de 2009 a 2011? ?Nada que comentar sobre el hecho de que muy poco del dinero europeo que se env¨ªa al Gobierno griego sirva para pagar servicios p¨²blicos, como nos hacen creer, sino que se destine instant¨¢neamente a devolverlo a los bancos?
?Son eso asuntos exclusivamente econ¨®micos, o existe un aspecto pol¨ªtico y moral que debe ser debatido? En honor de Alemania, hay que decir que es un pu?ado de intelectuales alemanes el que est¨¢ intentado avivar la llama de ese debate, desde G¨¹nter Grass a J¨¹rgen Habermas.?D¨®nde est¨¢n las voces italianas, los intelectuales franceses o espa?oles en defensa de la construcci¨®n europea? ?A qu¨¦ esperan para interrogarse por el deterioro de los procesos comunes de decisi¨®n o por la galopante renacionalizaci¨®n de la pol¨ªtica en Europa? ?Qu¨¦ m¨¢s necesitan para debatir sobre las consecuencias de esa renacionalizaci¨®n en Alemania, observada atentamente por la expectante Rusia?
Europa ha sido capaz, hasta ahora, de ofrecer un modelo social y pol¨ªtico diferente al de las otras dos grandes propuestas que existen en el mundo: la de Estados Unidos y la de China. Europa defiende no solo el orden democr¨¢tico, la econom¨ªa de mercado y el imperio de la ley, sino tambi¨¦n un pacto social, que no existe en las otras dos alternativas. ?Queremos una sociedad en la que, como en las reuniones del Tea Party, luzcan pancartas diciendo: ¡°Tu hipoteca no es mi problema¡±? Aunque resulte menos evidente, la desaparici¨®n de la confianza europea es m¨¢s grave que el aumento de las primas de riesgo. Si los intelectuales son incapaces de encabezar la defensa del modelo europeo, tengan la seguridad de que, como dijo Ferlosio, ¡°vendr¨¢n m¨¢s a?os malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos¡±.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.