Decepci¨®n

La aceptaci¨®n del colectivo de presos de ETA del final del terrorismo hubiera sido en otros tiempos una gran noticia. Pero siete meses despu¨¦s de que la propia direcci¨®n de ETA anunciara el cese definitivo de su actividad terrorista no deja de ser una obviedad por mucho que el colectivo de presos hist¨®ricamente haya representado al sector m¨¢s duro de todo el conglomerado etarra.

Si se tiene en cuenta que esta es la conclusi¨®n m¨¢s importante del debate interno que han mantenido los presos de ETA desde el oto?o, la valoraci¨®n no es otra que la decepci¨®n. Resulta harto insuficiente que la resoluci¨®n se limite a anunciar ¡°nuevos pasos¡±.

Los acontecimientos van muy r¨¢pido y lo que espera la sociedad vasca de los presos de ETA -tal y como avalan todas las encuestas- es que asuman de una vez por todas la reinserci¨®n individual de modo expl¨ªcito y con ella el reconocimiento del da?o causado sin ambig¨¹edades tal y como marca la ley.

La izquierda abertzale, m¨¢s pegada a la realidad, sobre todo desde que regres¨® a las instituciones, viene pidiendo a los presos de ETA, desde hace meses que asuman la legalidad ¨Cesto es la v¨ªa de reinserci¨®n individual- de forma expl¨ªcita.

Aunque la resoluci¨®n abre la puerta a que estos pasos los vaya a dar el colectivo en el futuro, esto no es lo que ha sucedido hoy, pese a las expectativas levantadas en torno al acto de Gernika. Evidentemente, el colectivo de presos no ha dado el paso para avanzar hacia una soluci¨®n porque hay diferencias entre sus componentes. No todo el colectivo est¨¢ dispuesto a asumir la legalidad penitenciaria y la mayor¨ªa ha decidido no explicitar el compromiso con la reinserci¨®n individual para evitar la ruptura. Han seguido el lema de que aunque ¡°vayamos m¨¢s despacio, vayamos todos juntos¡±.