Nadie quiere a Correa en Sotogrande
A los vecinos del cerebro de G¨¹rtel no les gusta convivir con un expreso Debe 300.000 euros por el atraque de su yate
Para ser socio del exclusivo y elitista club de golf Valderrama, c¨¦lebre por ser el ¨²nico en Europa continental en el que se ha celebrado la Ryder Cup ¡ªuno de los mayores acontecimientos de este deporte, que enfrenta cada dos a?os a una selecci¨®n europea y otra de Estados Unidos¡ª y considerado uno de los 10 mejores campos del mundo, no basta con tener la enorme suma que cuesta una acci¨®n. Tambi¨¦n es necesario contar con el aval de varios socios que certifiquen ante el resto la buena conducta del aspirante y que su reputaci¨®n es intachable. Porque socio del Valderrama no lo es cualquiera, por mucho dinero que tenga. Hace falta algo m¨¢s.
Ese mismo esp¨ªritu, el de preservar las buenas maneras de los integrantes de un grupo selecto, reina tambi¨¦n en la urbanizaci¨®n Valgrande, a escasos 50 metros de la entrada al campo de golf, uno de los s¨ªmbolos de Sotogrande, el templo del lujo en el l¨ªmite occidental de la Costa del Sol. Por eso, para algunos de los habitantes del complejo ¡ªcuyo nombre es un ap¨®cope de Valderrama y Sotogrande¡ª tener a un expreso como Francisco Correa en el vecindario no es plato de gusto. El cerebro de la trama G¨¹rtel desembarc¨® all¨ª el martes, tras pasar tres a?os y cuatro meses en la prisi¨®n de Soto del Real (Madrid), adonde le envi¨® el exjuez Baltasar Garz¨®n en 2009, nada m¨¢s estallar el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que a¨²n socava los cimientos del PP. Pero ahora todo el mundo conoce su pasado. Y le ha creado un estigma. Correa ya no es bienvenido.
¡°Estamos hartos de tener que convivir con este sinverg¨¹enza¡±, asegura uno de los vecinos tras franquear la barrera del recinto ¡ªdonde la seguridad privada solo permite acceder con invitaci¨®n¡ª con su Volvo XC60 de unos 35.000 euros. ¡°Nosotros nos ganamos el dinero honradamente con nuestro trabajo y este sale de prisi¨®n y va y se vuelve para ac¨¢¡±, contin¨²a. ¡°Encima, lo m¨¢s probable es que dentro de unos meses vuelva a la c¨¢rcel. Tiene narices que tengamos que salir en la tele por esto...¡±. No es el ¨²nico preocupado por la imagen que el retorno de Correa pueda dar de este residencial. Su administradora, que tambi¨¦n acude a la entrada ante el revuelo de periodistas, lanza molesta: ¡°Por que uno haya hecho lo que ha hecho, no tienen que pagar los restantes 164 propietarios¡±. Mientras, ajenos a la conversaci¨®n, una decena de jardineros adecentan las hiedras y flores que adornan la entrada.
Es desde Valgrande desde donde, cada d¨ªa, el cerebro de la red corrupta acude a los juzgados de San Roque para probar que a¨²n est¨¢ aqu¨ª. Que no se ha fugado. Lo hace en un Land Rover Discovery, un todoterreno de unos 50.000 euros que, el pasado jueves, no conduc¨ªa ¨¦l, sino un acompa?ante. De los dos inmuebles que Correa tiene en Sotogrande ¡ªtambi¨¦n posee un adosado en el puerto de deportivo, seg¨²n el sumario del caso G¨¹rtel¡ª ha elegido este. Tiene derecho a hacerlo, aunque est¨¦ intervenido por la Audiencia Nacional. El embargo judicial, decretado para hacer frente a las posibles indemnizaciones derivadas de sus delitos, solo le impide venderlo.
Valgrande, cercado por un muro y un circuito cerrado de televisi¨®n, consta de 165 apartamentos agrupados en casas de tres pisos de color albero rodeadas de c¨¦sped y vegetaci¨®n. Cuenta con tres piscinas, una de ellas cubierta y climatizada, gimnasio completo, spa, p¨¢del y un green para practicar con el putt. Sus precios est¨¢n de acuerdo con su situaci¨®n, en la zona m¨¢s exclusiva de Sotogrande por su cercan¨ªa a Valderrama. Oscilan entre los 480.000 euros de los m¨¢s peque?os (dos dormitorios) y los 1,2 millones de los de cuatro. ¡°Los bajos y los ¨¢ticos son los m¨¢s apreciados¡±, afirma la comercial de una de las agencias inmobiliarias que se encargan de comercializarlos.
Ya sea por su vida anterior al estallido del caso G¨¹rtel o por la notoriedad que adquiri¨® desde su detenci¨®n, Correa es un tipo muy conocido en Sotogrande. Sobre todo en el puerto, donde sigue siendo el propietario de la casa n¨²mero 2 de la urbanizaci¨®n Ribera del Emperador (tambi¨¦n embargada), construida junto a los muelles, aunque m¨¢s modesta que la de Valgrande. En la torre de control recuerdan perfectamente c¨®mo hasta hace unos a?os amarraba en esos pantalanes el Carmen 11, su yate a motor de unos 23 metros de eslora y valorado en unos 700.000 euros. Por el atraque de un barco de semejante tama?o, ese puerto deportivo cobra unos 30.100 euros al a?o, sin tener en cuenta los gastos de agua y electricidad, que como informan en Capitan¨ªa, van aparte.
Esa embarcaci¨®n, sin embargo, pronto se le qued¨® peque?a. Correa quer¨ªa m¨¢s. Algo realmente grande. Unos meses antes de su arresto, decidi¨® vender el Carmen 11 para comprar el Montecristo, un aut¨¦ntico buque de 39 metros de eslora, siete de manga y un calado de casi cuatro metros, construido en 1978. Los responsables del puerto de Sotogrande cuentan que se lo llev¨® a Ceuta para reformarlo ¨ªntegramente porque all¨ª era m¨¢s barato, pero su entrada en prisi¨®n paraliz¨® los trabajos. A¨²n hoy se encuentra all¨ª en Ceuta. A la vista de todos. En el dique seco del peque?o astillero Marina Meridional, envuelto en una lona, informa Roc¨ªo Abad.
Por si el caso G¨¹rtel fuera poco, el Montecristo le ha causado un nuevo pleito a Correa. Solo el mantenimiento y la vigilancia de semejante armatoste cuestan al astillero unos 8.000 euros al mes, as¨ª que la factura impagada por el expreso asciende a unos 320.000 euros. Marina Meridional ha presentado una demanda ante el Juzgado de lo Mercantil de la ciudad aut¨®noma para reclamar esa deuda, y el juez ha decretado un embargo sobre el barco. El segundo, porque tambi¨¦n est¨¢ intervenido por la Audiencia Nacional.
En Sotogrande todav¨ªa recuerdan por su nombre ese tremendo yate atracado frente a la torre de control de la marina, en el muelle m¨¢s espacioso del puerto. ¡°Era precioso, ?realmente pertenec¨ªa a Correa?¡±, pregunta uno de los empleados del Real Club Mar¨ªtimo. Despu¨¦s comprueba en el ordenador si el cabecilla de G¨¹rtel aparece en los registros de esta peque?a pero exclusiva sociedad n¨¢utica. Y lo confirma. ¡°Era socio, pero lo acabamos de dar de baja¡±, asegura. Se niega a explicar por qu¨¦.
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