Malestar con el juez y preocupaci¨®n en el Gobierno por la imputaci¨®n de Rato
Rajoy ha evitado defender a un referente del PP que ¨¦l coloc¨® al frente de Bankia
Bankia y la ca¨ªda de Rodrigo Rato se han convertido hace tiempo en un asunto central del mandato de Mariano Rajoy. Desde que el presidente decidi¨® forzarle a dimitir y nacionalizar el gran banco del PP, dominado por dirigentes de este partido, es el asunto principal de las conversaciones internas. Pero ahora, con la imputaci¨®n del exvicepresidente econ¨®mico del PP y de otros 13 consejeros de Bankia y BFA vinculados estrechamente con el partido, como el exministro ?ngel Acebes, han saltado todas las alarmas.
Tanto en el Gobierno como en el PP se ha instalado una gran preocupaci¨®n que solo se comenta en privado. La imagen que se traslada es p¨¦sima, admiten, el resultado de un largo proceso incierto, y sobre todo: Rato no es cualquiera.
Adem¨¢s, entre distintos miembros del Gobierno y del PP se ha instalado tambi¨¦n una aut¨¦ntica indignaci¨®n con el juez Andreu por haber aceptado ¨ªntegramente la querella de UPyD. Esa indignaci¨®n, muy extendida, se dej¨® ver ayer en las palabras de un ministro que es pata negra del PP, como Miguel Arias Ca?ete, responsable de Agricultura, que critic¨® por ¡°indiscriminada¡± la imputaci¨®n m¨²ltiple ¡ª33 personas¡ª decidida por Andreu. Algunos incluso est¨¢n molestos con UPyD, el partido que se ha apuntado un gran tanto pol¨ªtico, porque creen que ha sido irresponsable.
El Gobierno, de nuevo, decret¨® silencio oficial. La portavoz, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, huy¨® de la prensa cuando esta le pregunt¨® por el asunto tras su intervenci¨®n en el Campus FAES, la fundaci¨®n que preside Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Ella reivindic¨® el 96, cuando el PP lleg¨® al Gobierno, como un ¡°modelo¡± para el actual proceso de reformas, pero no dijo una palabra del gran protagonista de esas reformas econ¨®micas: Rato. Los aznaristas aseguran ahora que en realidad era Aznar el que dirig¨ªa la pol¨ªtica econ¨®mica.
La vicepresidenta no habl¨®, pero algunos ministros ten¨ªan entrevistas en Onda Cero, Cope o TVE y se vieron obligados a hablar mientras la portavoz guardaba silencio. Jos¨¦ Ignacio Wert, el titular de Educaci¨®n, sostuvo que hay ¡°sobreinterpretaci¨®n del significado material¡± de la imputaci¨®n de Rato y otros. Y Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, el de Exteriores, dijo sentirse ¡°entristecido¡± por ¡°una situaci¨®n delicada¡± de alguien como Rato, a quien considera un amigo, aunque tambi¨¦n se?al¨®: ¡°Como ciudadano, me alegra vivir en un pa¨ªs en el que la ley es igual para todos¡±.
El asunto Rato es extremadamente delicado para el PP. Consciente de que fue Rajoy quien decidi¨® dejar caer al exvicepresidente, ninguno de sus notables se anima a apoyarlo abiertamente. Al contrario, los m¨¢s fieles al presidente critican la actitud de Rato y se molestaron mucho cuando demostr¨® que estaba dispuesto a contratacar e hizo p¨²blica una carta que hab¨ªa enviado a todos los consejeros defendiendo su gesti¨®n y se?alando que Bankia no necesita los 19.000 millones que ha estimado su sucesor, Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri.
Otros, los ratistas, est¨¢n molestos precisamente porque creen que el Gobierno lo ha dejado caer de manera demasiado estruendosa y no le ayuda a salvar su reputaci¨®n. Los ratistas est¨¢n adem¨¢s especialmente indignados tras la querella porque entienden que el verdadero responsable del fracaso de Bankia, que es seg¨²n ellos el aznarista Miguel Blesa ¡ªamigo del expresidente y presidente de Caja Madrid durante 12 a?os¡ª, se est¨¢ librando de la quema y no est¨¢ entre los imputados. El caso Rato fractura pues al PP y es un asunto del que pr¨¢cticamente solo se puede hablar en privado.
Al contrario de lo que han hecho algunos miembros del partido, Rajoy no ha dicho ni una palabra en estos dos meses a favor del que fuera su rival en la sucesi¨®n de Aznar. Y eso que fue ¨¦l quien lo nombr¨® en Bankia. Cada vez que se le pregunta, el presidente esquiva la cuesti¨®n. Nunca cita a Rato.
La distancia entre ambos es evidente, aunque nadie se plantea, por ejemplo, que Rajoy fuerce a Rato y a todos los dem¨¢s imputados del PP a pedir la suspensi¨®n de militancia. El PSOE ha metido mucha presi¨®n porque, el mismo d¨ªa en que se anunci¨® la imputaci¨®n, los dos consejeros socialistas en Bankia, Jorge G¨®mez y Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva, dejaron su partido. El PP no quiere seguir esa l¨ªnea. Tendr¨ªa que echar a 14 personas, incluido Acebes, que fue nada menos que su secretario general hasta 2008.
El asunto Rato es tan complejo que el Gobierno tampoco se ha animado, como ped¨ªa un sector del PP, a promover que el exvicepresidente y otros responsables de Bankia comparezcan en el Congreso. Algunos creen que esa pelea evidente que mantiene con Rajoy y en especial con Luis de Guindos, ministro de Econom¨ªa, convierten a Rato en un peligro para el Gobierno si le da una tribuna como la del Congreso.
El Ejecutivo, oficialmente, no rechaza esas comparecencias. Pero las retrasa siempre. La vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa y Elena Valenciano, n¨²meros dos del PSOE, intentaron llegar a un acuerdo, pero no se logr¨® nada. Solo hay largas, aunque ayer Alfonso Alonso, portavoz parlamentario del PP, insist¨ªa en que su grupo no se opone a las comparecencias, solo a la comisi¨®n de investigaci¨®n. Lo cierto es que han pasado dos meses, no ha habido comparecencias, y la justicia ha sido m¨¢s r¨¢pida que el Congreso con mayor¨ªa absoluta del PP.
El PSOE sigue metiendo presi¨®n y el jueves forzar¨¢ una votaci¨®n en la diputaci¨®n permanente sobre la investigaci¨®n parlamentaria de Bankia. Muchos en el PP, incluso abiertamente, como hizo ayer Alicia S¨¢nchez Camacho, piden ¡°llegar hasta el final¡± y ¡°depurar responsabilidades¡± por el esc¨¢ndalo. Pero Rajoy es el ¨²nico que decide. Y de momento ha decidido el silencio.
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