La red de tr¨¢fico de datos manten¨ªa estrechos contactos con agentes del CNI
En el sumario consta una operaci¨®n supervisada por jefes del servicio de espionaje
Varios de los implicados en la red de tr¨¢fico de datos desarticulada por la polic¨ªa el pasado mayo aparecen vinculados con esp¨ªas del Centro Nacional de Inteligencia, el organismo p¨²blico responsable de facilitar al presidente del Gobierno informaciones de inter¨¦s para el Estado. A lo largo de los m¨¢s de 16.000 folios del sumario de la Operaci¨®n Pitiusa se ven contactos con agentes del CNI, a los que un grupo de sospechosos se refiere con el nombre en clave de Los ranas.
Los estrechos lazos que los integrantes de la trama manten¨ªan con agentes del CNI quedaron confirmados tambi¨¦n cuando estos ¨²ltimos contactaron con la polic¨ªa para interesarse por las acusaciones que pesaban sobre sus amigos detenidos. Lo que no queda claro es qu¨¦ tipo de relaci¨®n hab¨ªa entre unos y otros, aunque hay indicios de que los esp¨ªas del CNI usaban a los detectives y colaboradores que conformaban el inmenso comercio de datos secretos.
Las investigaciones realizadas durante un a?o por la Unidad Territorial de Seguridad Privada de Barcelona culminaron el pasado mayo. Como consecuencia de la operaci¨®n hay m¨¢s de 150 imputados, entre ellos detectives privados, funcionarios de Hacienda, el Inem, el Catastro, la Seguridad Social, guardias civiles y colaboradores de otro tipo. Entre ellos manejaban una "ingente" cantidad de datos secretos que supuestamente vend¨ªan a empresas y particulares, adem¨¢s de hacer trabajos por encargo, como penetrar en el ordenador de una persona para robarle todo el contenido de su disco duro.
La conexi¨®n del CNI con este entramado es palpable, por ejemplo, en las conversaciones telef¨®nicas grabadas por la polic¨ªa al detective Aitor G¨®mez y un tal Tino en relaci¨®n con una operaci¨®n destinada a descubrir una red de contrabando de tabaco. Aitor G¨®mez es el hombre de la agencia Winterman en Bilbao, mientras Tino aparece algo as¨ª como un colaborador de este en Ourense.
Al referirse a un infiltrado al que van a usar a tal fin, Tino le dice a su compa?ero: "Temo que pueda manipularnos a todos. Es un l¨ªder". Tino, preocupado porque va a meterse "en un merengue muy gordo", admite que tiene un "problema" por unos antecedentes por intrusismo profesional, y a?ade que prefiere no pedir "un segundo favor" a su primo, nombre en clave con el que designa a su contacto del CNI en Galicia, seg¨²n fuentes policiales.
De los pinchazos telef¨®nicos se desprende que Guardia Civil y CNI investigaron el contrabando gracias a sus contactos con detectives, que vigilaban a un tal Songo y a una mujer. Estos importaban 20 contenedores de Marlboro al mes. La mercanc¨ªa il¨ªcita entraba por el puerto de Valencia. La tabaquera Philip Morris ¡ªpropietaria de marcas como Marlboro, Chesterfield y L&M¡ª quiso poner fin a esa situaci¨®n y solicit¨®, supuestamente, la investigaci¨®n a una agencia de detectives.
El ¡®hacker¡¯ Bevilacqua y su controlador ¡®Don Aquiles¡¯
Un hacker argentino de 36 a?os, Mat¨ªas Bevilacqua Brechbuhler, desempe?a un papel central en la trama de tr¨¢fico de datos. Bevilacqua es el experto inform¨¢tico al que dos de los detectives m¨¢s implicados en la trama ¡ªSara Dionisio y Juan Manuel Olivera¡ª recurren de forma asidua para reventar ordenadores y rastrear en cuentas de correo electr¨®nico de empleados y altos cargos de empresas. Pero su virtuosismo tecnol¨®gico tambi¨¦n sirve al Estado: trabaja para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a trav¨¦s de un controlador conocido con el alias de Don Aquiles, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n.
Hace algunos a?os, Bevilacqua coincidi¨® en la misma empresa con Dionisio, Olivera... y Sergio Corcoles, el polic¨ªa local de Santa Maria de Palautordera (Barcelona) que origin¨® la investigaci¨®n. En el registro de la empresa donde trabaja el hacker, CFLabs, la polic¨ªa se incaut¨® de discos duros y 140.000 euros en 12 sobres. En su declaraci¨®n, dijo que el dinero proven¨ªa ¡°del Ministerio de Defensa, con el que est¨¢ trabajando actualmente¡±. No ofreci¨® m¨¢s detalles, pero dijo que pod¨ªa probarlo.
Seg¨²n el sumario, Bevilacqua penetr¨® en los ordenadores de altos cargos de las empresas Minas de R¨ªo Tinto y Unilever.
Aitor y Tino se reunieron en un hotel de Madrid a la asistieron mandos de la Guardia Civil (los verdes, como aparecen en el sumario) y miembros del Centro Nacional de Inteligencia en Vigo, a los que apodan Los ranas. Ambos est¨¢n inquietos y son conscientes de la "importancia" del caso. Aitor discute con un hombre no identificado sobre la fecha de la reuni¨®n. "Esp¨¦rate, d¨¦jame verificar si Guardia Civil me dijera que s¨ª seguro, porque no lo s¨¦, t¨ªo", dice ese interlocutor an¨®nimo, que en alguna ocasi¨®n le llama desde la Comandancia de Vitoria.
Aitor le explica a ese interlocutor, miembro de la Guardia Civil, que es una "operaci¨®n del CESID" [antiguo nombre del CNI], y que va a ser este servicio el que "decida qui¨¦n lo va a reventar, si lo revienta la polic¨ªa nacional, los verdes o nuestra gente". No obstante, Aitor G¨®mez insiste en que "quien va a llevar la voz cantante" es el CNI. El propio guardia civil reconoce que el cuerpo andaba detr¨¢s de este asunto desde hac¨ªa a?o y medio y que se dirigi¨® a Aitor para "tener m¨¢s datos".
"Si vienen los del centro [de inteligencia] es para dar cobertura al informante, no para organizar ellos nada (...) Es simplemente de protecci¨®n, porque no se f¨ªan de la Guardia Civil, que es lo que me dijiste", apunta el guardia al detective.
Tras la reuni¨®n, Aitor y Tino se muestran preocupados por si el caso est¨¢ judicializado o no. "De eso depende que podamos sacar adelante nosotros el tema con la informaci¨®n que tenemos", recalca Aitor en una conversaci¨®n.
Otro de los imputados que mantiene contactos con el CNI es Mat¨ªas Bevilacqua-Brechbuhler, que desempe?a un papel fundamental en la trama de tr¨¢fico de datos. Bevilacqua, un hacker de 36 a?os y de origen argentino, hace trabajos para dos de los detectives que cayeron en la redada policial: Sara Dionisio y Juan Manuel Olivera. Todos ellos hab¨ªan coincidido, junto al polic¨ªa local Sergio Corcoles en la empresa Cybex.
Al ser detenido, Bevilacqua ya avis¨® a los polic¨ªas de Barcelona que hac¨ªa trabajos delicados para los servicios de inteligencia espa?oles. En prueba de ello, facilit¨® un n¨²mero de tel¨¦fono y el nombre en clave de "don Aquiles", el oficial de enlace del CNI para el que trabajaba. Don Aquiles corrobor¨® despu¨¦s su versi¨®n.
En el extenso sumario judicial hay un tercer nexo que revela los contactos de la trama de tr¨¢fico de datos con el CNI: la llamada telef¨®nica de Jos¨¦ Moraga, de Madrid, a Sergio Corcoles, polic¨ªa local de Santa Maria de Palautordera (Barcelona), cuya intensa actividad supuestamente ilegal fue el origen de la investigaci¨®n. Moraga le dice que ha logrado su n¨²mero de tel¨¦fono a trav¨¦s de "un amiguete del CNI". De ah¨ª se deduce que Corcoles ten¨ªa contactos con miembros del CNI con los que presuntamente intercambiaba informaci¨®n, seg¨²n fuentes policiales.
El marido de Cospedal no perdona a quien orden¨® espiarle
Ignacio L¨®pez del Hierro, marido de Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, no ha perdonado a su jefe, que orden¨® investigarle por temor a una conspiraci¨®n de consejeros de Neoris. El consejero delegado de la firma, Marco de Pedro, autoriz¨® a un detective a grabar la reuni¨®n de Del Hierro y cuatro consejeros en un restaurante de Madrid. El abogado de De Pedro pidi¨® el archivo porque los consejeros, incluido el esposo de Cospedal, le hab¨ªan "manifestado su perd¨®n". Fuentes pr¨®ximas a De Cospedal negaron que haya habido perd¨®n y afirmaron que Del Hierro baraja acciones legales contra ¨¦l.
De Pedro envi¨® ayer a EL PA?S un escrito en que se?ala que siempre tuvo ¡°plena confianza¡± en L¨®pez del Hierro, al que ¡°en ning¨²n momento se estaba investigando, sino al conjunto de los asesores¡± y admite: ¡°[El esposo de Cospedal] en ning¨²n momento me ha otorgado ni por escrito, ni en sede judicial, su perd¨®n¡±.
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