Un referente obligado entre los padres de la Constituci¨®n
Conoc¨ª a Gregorio Peces-Barba en sus a?os universitarios, cuando ambos desarroll¨¢bamos tareas europeistas. Desde la facultad de Derecho de la Universidad Complutense, donde ¨¦l ostentaba representaciones corporativas, y desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Cooperaci¨®n Europea (AECE), en la que yo trabajaba como secretario general, organizamos una conferencia sobre la Convenci¨®n Europea de Derechos del Hombre a la que hab¨ªamos invitado al representante del Consejo de Europa, P. Modinos, quien por alguna raz¨®n que se me escapa fue vetado por la Direcci¨®n General de Seguridad y a punto estuvo de impon¨¦rsenos una sanci¨®n gubernativa por aquel "desaf¨ªo" al sistema pol¨ªtico franquista.
Gregorio se incorpor¨® m¨¢s tarde a la AECE, figurando en su junta directiva y pronunciando diversas conferencias en actos que siempre produc¨ªan un notorio malestar gubernativo. Su defensa brillante de la promoci¨®n de los derechos humanos y su dedicaci¨®n en actividades acad¨¦micas al referido tema pronto le llevaron a tener una autoridad indiscutida en la defensa de los derechos fundamentales, llegando a ser incorporado al Centro de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Su vocaci¨®n pol¨ªtica le llev¨® a participar en numerosos intentos de coordinaci¨®n democr¨¢tica, siendo uno de los convocantes en la reuni¨®n celebrada en Los Molinos para intentar el reagrupamiento y unificaci¨®n de una naciente democracia cristiana no colaboracionista. Fracasado aquel intento no ces¨® en sus actividades pol¨ªticas y, con Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez y otros cuantos j¨®venes dem¨®cratas, particip¨® en la fundaci¨®n de la revista Cuadernos para el Dialogo, referente destacado en aquellos a?os de la pretransici¨®n .
Su evoluci¨®n pol¨ªtica posterior le llev¨® a participar de forma destacada en el grupo socialista que se hizo con la titularidad internacional en el Congreso de Suresnes, donde Felipe Gonz¨¢lez fue nombrado secretario general de PSOE. Gregorio pronto se destac¨® dentro de las filas del socialismo espa?ol y su palabra f¨¢cil, talento organizativo y vocaci¨®n pol¨ªtica le llevaron a ocupar cargos de responsabilidad y direcci¨®n.
En las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1977 fue elegido diputado y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, participando como tal en las reuniones de la Junta de Portavoces que me correspondi¨® dirigir durante el periodo constituyente.
Al ser elegida la Comisi¨®n Constitucional que deb¨ªa preparar el proyecto de Constituci¨®n y someterlo al pleno de las Cortes, fue designado como uno de los ponentes redactores de la Carta Magna, dedic¨¢ndose intensamente a este trabajo con un protagonismo notorio y manteniendo las posiciones del grupo socialista que consideraba adecuadas dentro de las discusiones de la ponencia.
Con los naturales altibajos se fue desarrollando el trabajo de la ponencia, y en un momento determinado los ponentes decidieron reunirse en el parador de Gredos para intentar conciliar las posiciones m¨¢s divergentes. En estas reuniones no particip¨® Peces-Barba a partir del d¨ªa 8 de marzo de 1978, precisamente en las que se estudi¨® el T¨ªtulo VIII, relativo a la comunidades aut¨®nomas, la disposici¨®n adicional, as¨ª como las transitorias y finales, la reordenaci¨®n sistem¨¢tica del anteproyecto y la revisi¨®n de algunos art¨ªculos pendientes.
Realmente hay una cierta oscuridad respecto a los motivos que decidieron la retirada del ponente Peces-Barba, puesto que si las razones aducidas fueron las divergencias existentes en torno a problemas como la educaci¨®n, la cuesti¨®n religiosa, la libertad de empresa y la econom¨ªa de mercado, no se entiende bien por qu¨¦ su ausencia ¨Ctal como refleja el escrito de la ponencia- tuvo lugar sobre todo durante la discusi¨®n del tema auton¨®mico.
Probablemente sea una hip¨®tesis m¨¢s cierta si consideramos que el PSOE pretendi¨® mantenerse en posiciones de retaguardia respecto de la autonom¨ªas, que sin duda fue el punto m¨¢s conflictivo para el partido gubernamental, y del que hoy en alguna medida sufrimos las consecuencias.
Integrado posteriormente a la ponencia y participando de forma destacada tanto en las reuniones de la Comisi¨®n Constitucional como luego en el pleno del Congreso, Gregorio Peces-Barba es un referente obligado a la hora de enumerar a los padres de la Constituci¨®n.
Despu¨¦s de su protagonismo en la etapa constituyente, con sus aceradas criticas al partido gubernamental, que sin duda forman un cap¨ªtulo apasionante de la cr¨®nica parlamentaria, al llegar el PSOE al poder, en diciembre de 1982, Peces-Barba fue elegido como presidente del Congreso de la primera legislatura socialista. El Gregorio presidente, m¨¢s reposado, tolerante e integrador, dirigi¨® una etapa parlamentaria significativa.
No debemos olvidar su decisi¨®n ¨Cal principio no muy bien aceptada- de prohibir fumar dentro del hemiciclo, para preservar las pinturas que figuran en el techo del mismo y proteger la salud de Sus Se?or¨ªas.
Con independencia de esta vocaci¨®n pol¨ªtica, que le llev¨® a ser una figura del parlamentarismo democr¨¢tico, cabe destacar su vocaci¨®n acad¨¦mica, antes referida, que culmin¨® al ser designado como Rector de la Universidad Carlos III, la cual ha conseguido un prestigio notorio.
Con su muerte, Gregorio Peces-Barba deja un gran vac¨ªo entre sus correligionarios socialistas y sin duda un hueco entre los amigos que le estim¨¢bamos.
Fernando ?lvarez de Miranda fue presidente del Congreso de los Diputados entre 1977 y 1979
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