¡°?Qui¨¦n califica al calificador? ?Qui¨¦n audita al auditor?¡±
Quien fue procurador con Franco, precursor de la Ley de Amnist¨ªa y ministro y empresario en democracia habla de una crisis institucional estructural grave frente a una crisis econ¨®mica coyuntural y defiende una Espa?a federal
El tesoro de Rodolfo Mart¨ªn Villa (Santa Mar¨ªa del P¨¢ramo, Le¨®n, 1934) est¨¢ contenido en un solo folio y lo guarda en una carpetita de pl¨¢stico transparente. Lo tiene descuidadamente camuflado entre un mont¨®n de papeles, sobre la mesa de su despacho, en el piso 13 de su imperio el¨¦ctrico, Endesa, un rascacielos que se yergue en el barrio de Chamber¨ª y desde el que se domina todo Madrid.
Es un documento muy preciado para ¨¦l, que le ha llevado a?os componer. Lo ha logrado a los 78, despu¨¦s de ser, por este orden, gobernador Civil en Barcelona con Franco, ministro de Relaciones Sindicales del Gobierno de Arias Navarrro, ministro de Gobernaci¨®n (Interior) en los primeros a?os de la Transici¨®n, senador, diputado por Le¨®n, ministro de Administraci¨®n Territorial, vicepresidente del Gobierno con Leopoldo Calvo-Sotelo, diputado del PP por Madrid en los 90 y comisionado del Gobierno para la crisis del Prestige. Y en el sector privado, presidente de Endesa (antes, durante y despu¨¦s de su privatizaci¨®n) y de Sogecable. El tesoro de Rodolfo Mart¨ªn Villa tiene forma de ¨¢rbol geneal¨®gico, se remonta al siglo XVII y esconde algunas respuestas sobre su vida.
Aqu¨ª y ahora
La crisis. "Hay barra libre para pedir responsabilidades a los pol¨ªticos pero aqu¨ª estamos entre calificadores".
La memoria hist¨®rica. "Tuvimos el pasado muy presente para no repetirlo. Ah¨ª est¨¢ la Ley de Amnist¨ªa que refleja lo que quisimos hacer y seguimos en ello".
La Transici¨®n. "Previamente hab¨ªa habido un cambio tan fenomenal que era clara la discordancia entre una sociedad modernizada y un r¨¦gimen pol¨ªtico que no lo era. No idealizamos demasiado".
Espa?a. "Una Espa?a federal supondr¨ªa una esencial igualdad en las comunidades. Se puede defender que la gente es distinta, pero no que unos son m¨¢s".
Europa. "No hay ni gobierno de verdad, ni parlamento de verdad, ni tribunales de verdad".
La democracia. "Gobernar es mandar, pero tambi¨¦n es ceder".
Los pol¨ªticos. "El buen pol¨ªtico es fuerte con los fuertes, no con los d¨¦biles".
Rajoy. "Le pagamos para que se trague muchos sapos. Los gobiernos no est¨¢n para que su deuda dependa de los mercados".
El aborto. "Yo no ser¨ªa de los que tocar¨ªa demasiado la legislaci¨®n actual".
La eutanasia. "Me tranquiliza que en la Conferencia Episcopal haya especialistas en bio¨¦tica".
El matrimonio gay. "No le hubiera llamado matrimonio, pero se ha regulado bien para evitar marginalidades".
Dios. ¡°Soy creyente y a veces discrepante de la organizaci¨®n eclesi¨¢stica¡±.
El Estado de Bienestar. ¡°Es dar de comer a hambrientos y sedientos, cuidar a los enfermos, ense?ar a los que no saben, dar vivienda¡ Las obras de misericordia. Desde hace 2.000 a?os nada nuevo¡±.
La propuesta. ¡°Una ley de partidos que establezca un sistema de financiaci¨®n transparente y controlado por la Administraci¨®n. Habr¨ªa menos corrupci¨®n y menos descr¨¦dito de los pol¨ªticos¡±.
Recientemente se ha dado por satisfecho en la composici¨®n de ese rompecabezas y ha descubierto que procede de una estirpe cuajada de pol¨ªticos y ferroviarios, de gentes que asumieron asuntos que afectaban a su comunidad y de personalidades forjadas en ¡°los caminos de hierro del Norte¡±, que es como se llam¨® la compa?¨ªa del ferrocarril antes de ser la Renfe. Entre sus antepasados hay ¡°veedores de nublos¡± ¡ª ¡°lo que ahora ser¨ªa la Protecci¨®n Civil¡±, explica¡ª, ¡°contadores de cuentas¡±, ¡ª¡°como auditores¡±¡ª, inspectores de pa?os ¡ª¡°para garantizar la calidad del producto¡±¡ª y luego hay obreros que construyeron v¨ªas y en el camino se echaron mujer e hijos, y se hicieron ferroviarios y hasta jefes de estaci¨®n cuyos entierros estuvieron presididos por gobernadores civiles¡ ¡°Lo que mi padre hubiera querido es que yo fuera presidente de la Renfe, no ministro¡±.
De aquellos ancestros que serv¨ªan a su pueblo conserv¨® el gusto por atender asuntos p¨²blicos, y de los ferroviarios dice que ¡°imprimen car¨¢cter¡±. Tras m¨¢s de tres horas de charla, parece que esto ¨²ltimo quiere decir algo as¨ª como tener ¡°sentido de la realidad¡±, de ¡°las cosas de verdad¡±.
Curiosamente, a ojos de Mart¨ªn Villa, ¡°de verdad¡± es la pol¨ªtica sindical que vivi¨® estando en Barcelona y que destaca por encima de todos sus otros cargos: ¡°Es la pol¨ªtica de realidades¡±, asegura. ¡°De verdad¡± es la ¡°sensibilidad por lo social¡± que adquiri¨® en el colegio de los Agustinos ¡ª¡°cristianos de manga ancha¡±¡ª donde estudi¨®, frente a los pol¨ªticos de ahora, cuando ¡°hay bastantes m¨¢s casos de lo que ser¨ªa de desear de gente que se ha iniciado en las filas de un partido pol¨ªtico y no ha hecho otra cosa, son profesionales de la pol¨ªtica, no pol¨ªticos¡±.
De mentira es Europa y la uni¨®n monetaria, porque se hizo ¡°sin unas instituciones s¨®lidas¡±: ¡°No hay ni gobierno de verdad, ni parlamento de verdad, ni tribunales de verdad¡±. Y ¡°de verdad¡± es tambi¨¦n ¡°la crisis institucional, que es el problema real de Espa?a¡±. Porque no se han arbitrado los ¡°mecanismos y organismos solventes para regular a los reguladores: desde el Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial al Banco de Espa?a o la Comisi¨®n de la Energ¨ªa, todos se nutren por cuotas del partido. Eso no puede ser. Los pol¨ªticos deber¨ªan dejarse de nombramientos y ponerse a regular a los auditores y calificadores: ?Qui¨¦n califica al calificador? ?Qui¨¦n audita al auditor?¡±.
Su fama de componedor le precede, desde un d¨ªa de 1957. Fue en el Colegio Mayor Santa Mar¨ªa, de Madrid, donde hizo su vida universitaria junto a otros como el despu¨¦s presidente de la CEOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, o el tambi¨¦n ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n. All¨ª alz¨® la voz a favor de la reforma de las ense?anzas de los colegios de arquitectos e ingenieros, con una mayor¨ªa en contra. Despu¨¦s le eligieron delegado sin siquiera estar presente y cuenta la leyenda que nunca m¨¢s volvi¨® a bajarse del coche oficial. ?l siempre se dejo querer, tambi¨¦n cuando muchos a?os despu¨¦s (1997) fue llamado para privatizar empresas p¨²blicas: ¡°Frente a los m¨ªos, yo creo que la propiedad privada tiene l¨ªmites, pero tambi¨¦n que la gesti¨®n de lo p¨²blico puede hacerse desde lo privado¡±, justifica. La componenda no le sali¨® tan bien cuando quiso ampliar el imperio el¨¦ctrico y fusionarse con Iberdrola. ?l dice que pudo ¡°trampear¡± pero que no es su estilo y se retir¨®. Pero lo cierto es que el Gobierno puso entonces unas condiciones para garantizar la competencia que ¨¦l entendi¨® inasumibles. S¨ª prosper¨® la expansi¨®n latinoamericana, aunque no faltaron tampoco esc¨¢ndalos por supuestos impagos medioambientales y cr¨ªticas por un posible deterioro de la Patagonia chilena.
Mart¨ªn Villa tiene pinta de sabueso que juega al despiste, de esos que hacen dejadas y esperan pacientes la respuesta del otro. Ligeramente encorvado hacia adelante y con una voz que atraviesa la historia, siempre parece estar diciendo m¨¢s de lo que dice. Ni el v¨¦rtigo a las alturas ni sus problemas de vista le impiden mirar a Espa?a con perspectiva y afirmar: ¡°En lo que estamos peor es en lo institucional, faltan organismos reguladores serios, cre¨ªbles e independientes¡±. Y despu¨¦s marca un camino: ¡°El federalismo supondr¨ªa una igualdad esencial para todas las comunidades¡±. Ah¨ª deja eso.
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