El Supremo impide que tres condenados vayan a prisi¨®n tras un proceso de 11 a?os
Persiguieron el coche de otros tres j¨®venes embisti¨¦ndoles con su veh¨ªculo y amenaz¨¢ndoles con una motosierra.
Pudo ser una secuencia de La matanza de Texas, pero la casualidad lo evit¨® en el ¨²ltimo momento. En la madrugada del 13 de abril de 2001, tras una discusi¨®n y unos empujones en el Puerto Deportivo de Estepona (M¨¢laga), tres j¨®venes, armados con una motosierra, persiguieron por la autov¨ªa de la Costa del Sol al coche de otros tres, embisti¨¦ndoles repetidamente por detr¨¢s hasta destrozarles el veh¨ªculo, hundirles el port¨®n trasero y echarles fuera de la carretera, donde se empotraron contra un pretil. Atrapados en su veh¨ªculo por el impacto, los accidentados vieron como los agresores bajaban a por ellos blandiendo la motosierra e intentado abrir las puertas de su veh¨ªculo. En el ¨²ltimo momento, las luces de un veh¨ªculo que se acercaba hicieron desistir a los perseguidores, que se dieron a la fuga.
Acusados de intento de asesinato, la Audiencia M¨¢laga conden¨® en 2010 a cada uno de los agresores a un total de 15 a?os de prisi¨®n por una triple tentativa de homicidio. Ahora, el Supremo ha puesto el acento en el retraso de los 11 a?os que ha durando un proceso tan ¡°manifiestamente excesivo y desproporcionado¡± que ha reducido las penas a un m¨¢ximo de dos a?os para que los condenados no tengan que ir a la c¨¢rcel.
Seg¨²n la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado C¨¢ndido Conde-Pumpido, ¡°no se trata de minimizar el hecho¡± puesto que en el origen de la discusi¨®n uno de ellos amenaz¨® a otro con la sierra mec¨¢nica ¡°que aunque apagada, es un instrumento de extrema peligrosidad¡±, y la persecuci¨®n fue prolongada y con varias colisiones con el coche de los lesionados hasta sacarles de la calzada.
Pero tambi¨¦n es cierto, a?aden los magistrados, que mientras las consecuencias para los lesionados ¡°concluyeron en pocos d¨ªas sin secuelas relevantes¡±, los agresores han estado durante m¨¢s de 10 a?os, en un periodo muy relevante de sus vidas, --entre los 20 y los 30 a?os--, condicionados por una acusaci¨®n de intento de asesinato, con una petici¨®n de pena de 17 a?os para cada uno de ellos. Lo que, para el Supremo, constituye indudablemente ¡°una pena natural muy relevante, derivada de la prolongaci¨®n del procedimiento¡±.
El Supremo ha echado cuentas y ha comprobado que desde que concluyeron las primeras pesquisas en 2001 hasta que se pronunci¨® la Audiencia de M¨¢laga en 2010 transcurrieron 9 a?os, un retraso ¡°manifiestamente excesivo¡±. De ellos, entre la conclusi¨®n del sumario y la sentencia pasaron m¨¢s de seis a?os ¡°tiempo manifiestamente extraordinario y absolutamente desproporcionado, dada la escasa complejidad del caso¡±.
En consecuencia, el Supremo ha decidido ¡°compensar¡± el tiempo que los procesados han estado pendientes de una acusaci¨®n que determina ¡°una natural angustia e incertidumbre ante el futuro¡± y que ¡°condiciona toda la vida personal y las expectativas profesionales y familiares¡± con la apreciaci¨®n de la atenuante de dilaciones indebidas ¡°en su m¨¢xima potencia¡±.
Para ello ha estimado que los hechos no fueron constitutivos de tentativa de tres homicidios, sino de sendos delitos de lesiones, y ha reducido la pena correspondiente en dos grados, dejando la pena al portador de la motosierra en dos a?os de prisi¨®n y a los otros dos en a?o y medio, con la consecuencia de que, con la aplicaci¨®n de la remisi¨®n condicional, ninguno de los tres agresores ir¨¢ a la c¨¢rcel.
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