Un equilibrio roto en tres generaciones
Las pol¨ªticas forestales no han tenido en cuenta el fuego. Y cuando no se previene, se detecta tarde (hay cientos de torres vig¨ªa vac¨ªas) solo queda la extinci¨®n, que es la cat¨¢strofe actual
Las dantescas escenas que estamos viviendo ¡ªpersonas lanz¨¢ndose por precipicios en llamas, miles de habitantes desplazados, fuegos incontrolados de kil¨®metros, espacios naturales y nacionales quemados¡ª obligan a pensar de d¨®nde venimos y hacia d¨®nde vamos respecto al fuego y la gesti¨®n de los ecosistemas forestales.
Los ecosistemas forestales han estado adaptados a una gesti¨®n tradicional y una fuerte presencia de herb¨ªvoros durante cientos de a?os. En tan solo tres generaciones este equilibrio se ha roto: se desmantelaron los pueblos, se dej¨® de recoger la le?a, de resinar, de cultivar zonas agr¨ªcolas dentro de forestales, se abandon¨® la ganader¨ªa extensiva, que controlaba matorral y pastos y, por ello, se acumul¨® una gran cantidad de biomasa y necromasa inestable. Las pol¨ªticas de desarrollo rural miraron hacia otro lado. Durante la dictadura y los primeros a?os de la democracia se implement¨® una pol¨ªtica forestal err¨®nea basada en repoblaciones masivas de pinos y eucaliptos, que presentan gran riesgo de arder y que cre¨® vac¨ªos poblacionales. ?ltimamente se permitieron viviendas y urbanizaciones en los bosques. Finalmente, se declararon docenas de espacios protegidos, en los que incluso se prohibi¨® la gesti¨®n tradicional (que los hab¨ªa hecho ?protegibles!).
Con esta hoguera de san Juan preparada, el inicio, da un poco igual. Puede ser un coche, un rayo o un excursionista cretino. Con los cambios en el C¨®digo Penal, los beneficiarios por la recalificaci¨®n de terrenos o por los precios de la madera han desaparecido.
Las pol¨ªticas forestales no han tenido en cuenta el fuego. Y cuando no se previene, se detecta tarde (hay cientos de torres vig¨ªa vac¨ªas) solo queda la extinci¨®n, que es la cat¨¢strofe actual. La soluci¨®n para el futuro pasa por la planificaci¨®n, sierra a sierra y valle a valle, considerando la gran diversidad de situaciones, introduciendo razas aut¨®ctonas, creando mosaicos, dehesas, potenciando robles y especies m¨¢s resistentes en pinares, aumentado bosques maduros... Esto, adem¨¢s, crear¨¢ empleo estable en un sector estrat¨¦gico.
El cambio clim¨¢tico determinar¨¢ m¨¢s sequ¨ªas y aumentar¨¢ la probabilidad de incendios. Soluciones simplistas o bienintencionadas, como el aprovechamiento masivo de la biomasa o la limpieza de los montes sin tener en cuenta la biodiversidad, no tienen sentido. Desde 1961 hasta 2012 han sido recorridas por el fuego 7,5 millones de hect¨¢reas (de un total de 25 millones). En 1978, 1985, 1989, 1994, 2000, 2005, y ahora 2012 ha habido importantes superficies quemadas, y siempre, parece algo impredecible.
Aqu¨ª, como con el cambio clim¨¢tico, es mucho mayor el coste de no actuar que el de actuar de una manera inteligente.
Fernando Prieto es ec¨®logo.
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