Todos con La Gomera
Primero fue El Hierro con el volc¨¢n y ahora La Gomera con el fuego. Desde hace mucho tiempo sabemos que esta ¨²ltima es una de las islas m¨¢s bellas del mundo, y as¨ª lo afirman los ge¨®grafos expertos en la materia. La Gomera est¨¢ situada en el grupo de islas occidentales del archipi¨¦lago canario, en la regi¨®n biogeogr¨¢fica de la Macaronesia, islas afortunadas en palabras del bot¨¢nico brit¨¢nico Philip Webb, en el hemisferio norte, al noroeste del continente africano, en pleno oc¨¦ano Atl¨¢ntico.
Desde el siglo XV, La Gomera adquiri¨® vocaci¨®n americanista por cuanto desempe?¨® un papel importante en la log¨ªstica de los viajes del almirante Crist¨®bal Col¨®n cuando se empe?¨® en encontrar Am¨¦rica. De manera especial en aquel 6 de septiembre de 1492 cuando sali¨® rumbo a las Indias. Luego ser¨ªa el ingeniero italiano Leonardo Torriani quien se sorprendiera en el siglo XVI de la calidad de la naturaleza gomera. Le llam¨® mucho la atenci¨®n la fertilidad de las tierras, de las aguas y de la vegetaci¨®n que miraban al norte. Siglos m¨¢s tarde, la que fuera Premio Cervantes en el a?o 1992, la cubana universal Dulce Mar¨ªa Loynaz, casada con un periodista canario, escribi¨® en su novela de viajes a Canarias que La Gomera era una isla dormida de volcanes, amansada, que estaba cubierta por una tupida colcha de manto vegetal. Se refer¨ªa a la laurisilva, esa selva m¨ªtica que embeles¨® a poetas y pintores, a bot¨¢nicos y zo¨®logos. Ese monte que el pueblo gomero ha protegido a lo largo de su historia.
Por la misma ¨¦poca, escritores nacidos en La Gomera como Pedro Garc¨ªa Cabrera, de Vallehermoso, y como el padre Jos¨¦ Trujillo, natural de Agulo, fueron capaces de contar la historia de su isla natal en verso y en prosa. Otro gomero como el canario cubano de Agulo, Jos¨¦ Aguilar, ensalz¨® las bellezas y las virtudes de la fiesta agulense de San Juan en alguno de sus cuadros. Pint¨® murales en la bas¨ªlica de Candelaria, en el Cabildo de Tenerife, y en el casino de la capital tinerfe?a. Sobresaliente a la hora de recoger para la posteridad al liberal sacerdote gomero Don Antonio Ruiz de Padr¨®n, diputado docea?ista que con su discurso pol¨ªtico consigui¨® derrocar la Inquisici¨®n espa?ola en las Cortes de C¨¢diz, en 1812. Un europeo que apost¨® por La Gomera, el austr¨ªaco Guido Kolischter, fue capaz tambi¨¦n de dejar plasmada la belleza de la naturaleza gomera y en particular del bosque de Garajonay.
Hoy tenemos que estar unidos todos con la isla, con la gente de San Sebasti¨¢n y de Alajer¨®, de Hermigua y Agulo, pero sobre todo con los vecinos de Vallehermoso y de Valle Gran Rey. Son los que han sufrido en sus carnes los impactos del fuego pero ya est¨¢n sacudi¨¦ndose, ya est¨¢n volviendo a la normalidad. Por eso todos queremos ayudarles y como hay que ser positivos tenemos que comenzar con un Plan de Recuperaci¨®n Tur¨ªstica de La Gomera. Habr¨¢ que aunar de nuevo Naturaleza y Cultura, con Garajonay y el Silbo como banderas, con la dimensi¨®n americana de la isla. Tenemos que convivir de nuevo con su naturaleza y su historia, y con la cultura de un pueblo, a pesar del fuego. Para ello contamos con una m¨²sica ancestral que viene de las ch¨¢caras y tambores, y con el Silbo como lenguaje singular. Por todas estas consideraciones Todos con la Gomera.
Isidoro S¨¢nchez Garc¨ªa es ingeniero de montes y fue director de Parque Nacional de Garajonay entre 1982 y 1987.
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