Oprobio
Es infamante que el Tribunal Supremo haya rebajado la ya liviana sanci¨®n al militar maltratador
Hasta las m¨¢s altas instancias pueden acabar produciendo resoluciones infamantes, cuando anteponen al imperio del Derecho intereses que le son ajenos.
Resolviendo el Tribunal Supremo la estimaci¨®n de una pena impuesta en instancia a un militar a quien se hab¨ªa condenado con una sanci¨®n realmente liviana (nueve meses) por el delito de lesiones causadas a su mujer, ha suavizado a¨²n m¨¢s la pena rebaj¨¢ndola a cinco meses.
Lo infamante de la jurispericia en el caso, reside en los motivos aducidos por el Tribunal, en cuyo descargo aprecia la Sentencia dos circunstancias enteramente ajenas al caso: la primera, el no haberse tomado en cuenta la "infrecuencia" con que los autores de este g¨¦nero de delitos contra su mujer cuenta en su haber con menciones honor¨ªficas y condecoraciones militares obtenidas en el ejercicio de su profesi¨®n (cuando lo que proceder¨ªa ser¨ªa justamente lo contrario que fuese privado de tales merecimientos por su actuaci¨®n delictual posterior, de lo que ya hay antecedentes concretamente por lo que se refiere a la Orden de San Hermenegildo).
La segunda circunstancia alegada en la Sentencia del Supremo es el hecho de haber participado el reo en las acciones que el Estado espa?ol tiene empe?adas para el mantenimiento de la paz en la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Afganist¨¢n.
Pues bien, a la vista de tama?as retorsiones de la l¨®gica, la coherencia, la ¨¦tica y el m¨¢s elemental sentido com¨²n, es urgente pasar a denunciar:
1?) que los premios y medallas adquiridos por el profesional de la milicia no le pueden servir de atenuante o minoraci¨®n de la gravedad frente a los delitos de violencia de g¨¦nero que es el mayor atentado que puede cometerse contra la integridad de las conciencias. El razonamiento esgrimido equivaldr¨ªa por ejemplo a que a un bombero se le pretendiese excusar judicialmente escud¨¢ndose en su dominio del elemento mort¨ªfero y su arsenal ign¨ªfugo para quitarse de encima los conflictos con su mujer prendi¨¦ndole fuego.
2?) apelar al trato violento que se ejercita en los pa¨ªses en conflicto, --aunque las operaciones militares tengan por objeto la restauraci¨®n de la paz-- es tanto como rebajar la conducta humana a los actos reflejos de los animales irreflexivos.
3?) Ante estas consideraciones judiciales ?a alguien le puede caber la duda sobre las razones que hacen imposible cualquier intento de acabar con la violencia de g¨¦nero?
Ana M? P¨¦rez del Campo, presidenta Federaci¨®n Asociaciones Mujeres Separadas y Divorciadas y vocal del Observatorio Estatal contra la Violencia de G¨¦nero.
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