Vulnerabilidad frente a Marruecos
Los islotes y pe?ones espa?oles son indefendibles ante una oleada migratoria o una marcha de nacionalistas marroqu¨ªes a menos que Rabat eche el resto
Espa?a posee seis islotes (archipi¨¦lagos de Chafarinas y Alhucemas), pegados a Marruecos, una peque?a pen¨ªnsula (Pe?¨®n de V¨¦lez y de la Gomera), unida por tierra al pa¨ªs vecino, y otro archipi¨¦lago (Albor¨¢n), a mitad de camino entre la costa marroqu¨ª y la de Almer¨ªa.
Todos ellos son indefendibles ante una oleada migratoria o una marcha de nacionalistas marroqu¨ªes a menos que Rabat eche el resto como lo est¨¢ haciendo este verano en Melilla.
Cuatro de ellos est¨¢n deshabitados y otros cuatro cuentan con peque?as guarniciones militares, tres de ellas dependientes de las Comandancia General de Melilla. Ninguna, excepto Albor¨¢n, que forma parte de la provincia de Almer¨ªa, pertenece administrativamente a Melilla o a Ceuta. Las gobierna el Ministerio de Defensa en colaboraci¨®n, en el caso de Chafarinas, con la Red de Parques Nacionales.
Los soldados de regulares all¨ª apostados no est¨¢n preparados para lidiar con la inmigraci¨®n irregular.
De ah¨ª que el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, anunciase el pasado mes de julio, en Melilla, su intenci¨®n de enviar a las islas Chafarinas a una unidad de guardias civiles, pero la protesta del Gobierno de Rabat le incit¨® a aplazar sine die su decisi¨®n. Tampoco los agentes del instituto armado hubieran podido frenar el desembarco de inmigrantes, sino encauzarlo.
Los islotes no son Ceuta ni Melilla protegidas por una doble verja cuya altura se duplic¨® en 2005, hasta alcanzar los seis metros, patrullada por la Guardia Civil. No se pueden cercar de alambre ni se disponen de guardias suficientes para custodiarlos de manera permanente.
Aunque en Albor¨¢n el goteo empez¨® hace un par de a?os, han tenido que transcurrir tres lustros para que los inmigrantes descubran una nueva y f¨¢cil v¨ªa de acceso a Espa?a: pe?ones e islotes. Desde mayo han llegado cuatro embarcaciones a Albor¨¢n, seis a las Chafarinas y tres a los pe?ones de Alhucemas. Por si no bastase, media docena de nacionalistas marroqu¨ªes irrumpieron a pie, el 29 de agosto, en el Pe?¨®n de V¨¦lez como mostrando a los subsaharianos otra puerta de entrada.
Los primeros que desembarcaron en Chafarinas y Alhucemas fueron trasladados a Melilla y Almer¨ªa, pero, desde el 29 de agosto, el Gobierno espa?ol intenta evitar el efecto llamada dejando a 13 subsaharianos, desde hace cinco d¨ªas, en la diminuta Isla de Tierra. El domingo se les a?adieron otros 68 que, con su desembarco, invalidan la decisi¨®n de bloquearles en el islote.
Solo la colaboraci¨®n de Marruecos puede sacar al Gobierno de este apuro. Rabat lo sabe muy bien. Es posible que haya querido que Madrid tome conciencia de la vulnerabilidad de sus pe?ones.
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