El doble rasero del Gobierno espa?ol con los subsaharianos
A los inmigrantes irregulares se les incoa un procedimiento de expulsi¨®n con garant¨ªas La mayor¨ªa de los que desembarcaron en la Isla de Tierra fueron expulsados ilegalmente
?Por qu¨¦ cuando un inmigrante subsahariano salta la valla de Melilla o desembarca de su patera en Tarifa se queda en Espa?a y cuando llega al islote de Tierra es entregado manu militari a Marruecos? Porque el Gobierno espa?ol incumple la legislaci¨®n vigente.
El Ejecutivo calific¨® hoy de ¡°¨¦xito¡± el desalojo de madrugada por la Guardia Civil de los? subsaharianos de la Isla de Tierra, la mayor¨ªa entregados a las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes, pero no explic¨® la diferencia de trato entre los que llegan al islote y los que acostan en una playa gaditana.
Se debe a una sola raz¨®n: tratar a toda costa de cerrar, con una medida llamativa, la nueva v¨ªa de acceso a Espa?a que se abri¨®, a partir de mayo, con el desembarco de pateras en el archipi¨¦lago de las Chafarinas y despu¨¦s en el de Alhucemas al que pertenece la Isla de Tierra.
Todos los juristas consultados coinciden en la ilegalidad de la decisi¨®n gubernamental. ¡°Si est¨¢n en territorio espa?ol se debe incoar el expediente de expulsi¨®n con las garant¨ªas requeridas y con la asistencia de un abogado¡±, asegura, por ejemplo, la letrada Helena Echeverri, experta en extranjer¨ªa.
¡°?Qui¨¦n nos dice que algunos de los inmigrantes no estaban perseguidos en su pa¨ªs y quer¨ªan solicitar asilo en Espa?a?¡±, se pregunta Echeverri. Amnist¨ªa Internacional y el Comit¨¦ Espa?ol de Ayuda al Refugiado tambi¨¦n se?alaron hoy que el Ejecutivo vulner¨® la legislaci¨®n espa?ola sobre extranjer¨ªa y asilo.
¡°No se les puede tratar distinto modo en funci¨®n del territorio espa?ol al que han llegado¡±, sostiene un jurista y diplom¨¢tico del Partido Popular que prefiere permanecer en el anonimato. ¡°Ahora va a resultar que hay una soberan¨ªa espa?ola menos protectora que otra¡±, comenta.
El Gobierno socialista tambi¨¦n recurri¨® a esta modalidad de expulsi¨®n en octubre de 2005, cuando cientos de subsaharianos intentaban casi a diario franquear ¨Cy con frecuencia lo consegu¨ªan- las verjas que circundan Ceuta y Melilla. La vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega solicit¨® entonces a Marruecos devolverle a 72 inmigrantes que lograron entrar en Melilla, y Rabat lo acept¨® a condici¨®n de que se le entregasen en T¨¢nger y no a trav¨¦s de la frontera de la ciudad aut¨®noma. Fue necesario primero trasladarse de Melilla a Algeciras y de ah¨ª a Marruecos.
El Consejo General de la Abogac¨ªa Espa?ola y el Comit¨¦ Espa?ol de Ayuda al Refugiado denunciaron en su d¨ªa ese acuerdo porque no se llevaron a cabo ¡°todos los procedimientos de devoluci¨®n o expulsi¨®n, con las debidas garant¨ªas, y siempre contando con la preceptiva asistencia de un letrado¡±.
Fue la primera vez que Rabat aplic¨® a los subsaharianos el convenio sobre readmisi¨®n de inmigrantes suscrito en 1992 por los ministros de Interior Driss Basri y Jos¨¦ Luis Corcuera. Hasta entonces acog¨ªa a los marroqu¨ªes, pero rechazaba casi siempre a los dem¨¢s porque, alegaba, no se pod¨ªa demostrar que hab¨ªan salido de Marruecos rumbo a Espa?a. Hoy ha sido la segunda vez que lo ha cumplido porque, entre otros motivos, le era dif¨ªcil negar que los ¡°n¨¢ufragos¡± de la Isla de Tierra hubieran zarpado de la costa marroqu¨ª de Alhucemas.
El acuerdo de readmisi¨®n tampoco se aplica correctamente. En su art¨ªculo 5, Espa?a se comprometi¨® a asegurarse de que ¡°los extranjeros readmitidos son enviados lo antes posible a su Estado de origen o al Estado donde comenzar¨¢n su viaje de regreso¡± al pa¨ªs donde resid¨ªan. Ni qu¨¦ decir tiene que el Gobierno espa?ol nunca ha pedido cuentas a Rabat.
La entrega, esta madrugada, de los subsaharianos a Marruecos se ha producido d¨ªas despu¨¦s de que estos empezasen a asentarse en el islote. La mayor¨ªa de las entregas se llevan, sin embargo, a cabo en caliente y no dan lugar a ning¨²n comunicado oficial. Ocurre con frecuencia que cuando el inmigrante logra saltar la primera valla que rodea Melilla, pero no la segunda, o cuando se queda atrapado en lo alto de la verja, los guardias le apresan y le colocan de nuevo en Marruecos aunque ya haya pisado suelo espa?ol. Las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes no ponen reparos. Fern¨¢ndez de la Vega lo llam¨®, en 2005, ¡°devoluci¨®n en frontera¡±.
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