?Qui¨¦n mat¨® al exalcalde de La Gineta?
Marcial Hidalgo fue abatido en su finca de un tiro en el cuello y otro en el coraz¨®n. Aunque la Guardia Civil tiene un sospechoso, cinco meses despu¨¦s el crimen sigue sin resolverse
Al exalcalde de La Gineta (Albacete) lo mataron en abril y su escurridizo asesino sigue campando a sus anchas. Un crimen sembrado de enigmas que mantienen en vilo a los 2.000 vecinos de este municipio manchego y que es la comidilla de los bares de la zona, donde se cruzan c¨¢balas y conjeturas sobre por qu¨¦ y qui¨¦n mat¨® a Marcial Hidalgo.
El asesino intent¨® despistar a los investigadores con una prueba falsa en el mismo escenario del crimen: dej¨® el arma homicida al lado del cad¨¢ver, simulando un suicidio. Pero no, a Marcial, de 63 a?os, le descerrajaron un tiro en el cuello y, ya abatido, le remataron con otro en el coraz¨®n. A las puertas de su enorme cortijada (210 hect¨¢reas ricas en vi?edos, all¨ª donde muere la provincia de Cuenca y se confunde con la de Albacete). El asesinato de Marcial se ha convertido en un drama rural que ha destapado rencillas entre vecinos, mientras la falta de respuestas ha obligado a la Guardia Civil a echar mano de la UCO, la elitista unidad anticrimen del instituto armado.
Dos familias del t¨¦rmino municipal de La Gineta viven desde el pasado 23 de abril, fecha del crimen, en un sinvivir que no presagia nada bueno. La viuda y los dos hijos del fallecido no quieren ni ver al aparcero al que tienen arrendada parte de la finca en la que fue hallado el cad¨¢ver. Ambas partes se lanzan y sugieren acusaciones. Al ¨²nico que ha imputado formalmente la Guardia Civil es al inquilino de las tierras, Orencio M. R., de 48 a?os. Hay sospechas, pero ninguna prueba s¨®lida contra ¨¦l. Con lo que hay hasta ahora, en un juicio saldr¨ªa absuelto, seg¨²n los expertos.
La Guardia Civil ha rastreado varias l¨ªneas de investigaci¨®n. De momento, est¨¦riles. Y trata de acallar las quejas de los hijos de Marcial, Alonso y Sebasti¨¢n, ante la ausencia de resultados con la promesa de una pronta intervenci¨®n de la UCO. Alonso, el hijo mayor, est¨¢ indignado. ?l s¨ª ve suficientes pruebas en las contradicciones en que ha incurrido Orencio en los tres interrogatorios a los que le ha sometido la Guardia Civil. ¡°?Que vengan ya los de la UCO y encuentren las pruebas para meterle en la c¨¢rcel porque, si no, s¨¦ que me voy a buscar una ruina!¡±, avisa.
Los agentes interrogaron como imputado al aparcero de las tierras del exregidor, pero no tienen pruebas s¨®lidas
Marcial fue alcalde de La Gineta entre 1987 y 1991 por la extinta Alianza Popular de Fraga, partido del que se sali¨® para fundar y presidir otro de tinte independiente, que es el que ahora gobierna en La Gineta en coalici¨®n con el PP. Aunque algunos vecinos ve¨ªan en Marcial a una persona ¡°muy soberbia¡± y, en palabras telef¨®nicas de Orencio, capaz del ¡°suicidio¡± si siente amenazado su patrimonio, la Guardia Civil se?ala en un informe que ¡°no se le conoc¨ªan enemigos¡±. ?ltimamente estaba entregado a sus nietos y a las labores del segmento de la finca sin arrendar. Aparentemente, no ten¨ªa problemas con su aparcero, con el que pact¨® una renta anual de 70.000 euros por explotar 140 de las 210 hect¨¢reas del cortijo. El m¨®vil econ¨®mico, impagos, parece difuminado porque Orencio, aunque con alg¨²n atraso, le abonaba todas las rentas. ?l y Orencio se ve¨ªan con frecuencia en la finca, donde el aparcero tambi¨¦n tiene su casa a 1,5 kil¨®metros de distancia y emplea a numerosos inmigrantes para las tareas agr¨ªcolas.
Las sospechas sobre Orencio se basan en las contradicciones de sus testimonios, aunque bien pudieran ser fruto de olvidos o matices de redacci¨®n del atestado, sugieren fuentes de la investigaci¨®n a EL PA?S. El hecho es que el juez, del partido judicial de San Clemente, ni siquiera le ha interrogado a¨²n, ni a ¨¦l ni a nadie. En medio de esta nebulosa de enigmas, ni siquiera los dos hijos de Marcial han escapado a la lupa de los investigadores, que analizaron sus ubicaciones f¨ªsicas a trav¨¦s de las llamadas y posici¨®n de sus m¨®viles, que funcionan como una especie de GPS y que ha servido a la Guardia Civil para, de momento, descartar la implicaci¨®n de la familia. Tambi¨¦n pincharon tel¨¦fonos.
Por ejemplo, una conversaci¨®n que revela la buena relaci¨®n que existe entre un mando de la Guardia Civil de Casas de Ben¨ªtez, t¨¦rmino en el que se enclava la finca, y Orencio, as¨ª como otros di¨¢logos en los que el aparcero habla de supuestos avales bancarios que le venc¨ªan a Marcial, y de inquinas con sus hijos. ¡°Todo es absolutamente falso¡±, se encrespa Alonso. Sus palabras contienen ira y le salen insultos hacia Orencio. Solo quiere verle en la c¨¢rcel y fuera de sus tierras. Est¨¢ convencido de que fue ¨¦l, pero no hay pruebas.
El pasado 23 de abril, Josefina, la viuda de Marcial, lleg¨® cargada con dos bolsas de compras al caser¨®n de la finca, denominada El Pe?¨®n. Su marido yac¨ªa en el suelo, boca arriba, en el exterior de la casa, al lado de grandes matas de lilas en flor. No hab¨ªa sangre visible. Empez¨® a moverlo y golpearle en el pecho, pero Marcial no se mov¨ªa. Y a chillar en medio de tierras casi deshabitadas, clamando auxilio. La oy¨® Pedro Antonio A., un tractorista que labraba en la zona. Pasaban pocos minutos de las once de la ma?ana. Al lado del cad¨¢ver, una antiqu¨ªsima pistola de origen franc¨¦s de 6,5 mil¨ªmetros. Peque?a, pero de las que matan. El tractorista telefone¨® a Orencio, que estaba junto a su esposa, Nadiya, en otro caser¨®n de la misma finca, a 1,5 kil¨®metros de all¨ª. ¡°Avisa a las urgencias del 112, estoy con Josefina, que est¨¢ muy nerviosa¡±. Los chillidos se o¨ªan al otro lado del tel¨¦fono.
Orencio llam¨® al 112 y se fue para la finca: ¡°No pases, se ha pegado un tiro, tiene la pistola a su lado¡±, le solt¨® el tractorista cuando lleg¨® a la puerta del caser¨®n. Pedro le pas¨® su m¨®vil. Al otro lado, una operadora del 112, que segu¨ªa intentando averiguar c¨®mo pod¨ªan llegar all¨ª las ambulancias. Sujetando con una mano el m¨®vil mientras hablaba con el 112, Orencio se acerc¨® hacia Josefina, que segu¨ªa de rodillas ante el cad¨¢ver de Marcial, tratando de reanimarle. Le suplic¨® ayuda. ¡°Qu¨¦ maniobras de reanimaci¨®n vamos a hacer si est¨¢ aqu¨ª la pistola¡¡±, le espet¨® Orencio, cogiendo el arma del suelo por el ca?¨®n y mostr¨¢ndosela a la viuda. ¡°Esa pistola no es nuestra, no es de mi marido, nunca la he visto¡±, repuso Josefina, a¨²n fuera de s¨ª.
¡°?Pero qu¨¦ haces, es que t¨² no ves las pel¨ªculas¡ no toques la pistola!¡±, le vocearon Pedro y otro tractorista que se hab¨ªa acercado al caser¨®n al o¨ªr los gritos. ¡°Tienes que dec¨ªrselo a la Guardia Civil¡±, le advirtieron. ¡°Era para ver si estaba fr¨ªa o caliente¡±, se justific¨® luego. Una hora despu¨¦s llegaron al lugar del ¨®bito, desde Albacete, donde ambos trabajan, los dos hijos de Marcial. Ya estaban all¨ª la Guardia Civil y las asistencias.
La prueba policial cient¨ªfica de la parafina ha revelado la existencia de p¨®lvora, pero no solo en las manos de Orencio: tambi¨¦n en las de la viuda Josefina y en la de Sebasti¨¢n, el hijo menor. Pero los expertos lo atribuyen al contacto que ambos tuvieron con el cad¨¢ver en el suelo. ¡°Me parece bien que nos hayan investigado a nosotros, si con ello logramos que se den los pasos necesarios para llegar hasta el culpable, pero ya han pasado cuatro meses y seguimos igual¡±, subraya Alonso, el mayor.
Al entierro del exalcalde de La Gineta acudieron algunas autoridades de Cuenca y Albacete y altos cargos provinciales del PP. Marcial era muy conocido e incluso hab¨ªa hecho dinero. Cuando un incendio devast¨® su f¨¢brica de sillas el seguro lo indemniz¨® con generosidad. Parte del dinero lo invirti¨® en la compra de la finca.
Los d¨ªas pasan y su ¡°asesino, sea quien sea, sigue suelto¡±, denuncia Jos¨¦ Miguel Ayll¨®n, presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas de Delitos Violentos, que lamenta el descenso en las ¨²ltimas d¨¦cadas de Guardia Civil en el mundo rural y sus cortijadas. Seis tomos, unos 2.000 folios, ocupa el sumario que instruye el juzgado de San Clemente (Cuenca), se?ala Antonio N¨²?ez Polo, que se acaba de hacer cargo del caso en nombre de la familia. El pasado 31 de julio se levant¨® el secreto sumarial, en el que hay grabaciones telef¨®nicas con indicios, pero sin certezas, como la conversaci¨®n de Orencio con una operadora del 112 en la que este, desde su casa y antes siquiera de llegar a donde estaba Marcial, le dice que el cad¨¢ver no tiene ninguna constante vital.
Desde hace cuatro meses, los hijos vienen convocando concentraciones vecinales en La Gineta para exigir respuestas. El pr¨®ximo d¨ªa 29 ser¨¢ la siguiente.
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