La Audiencia Nacional confirma la libertad condicional del etarra Bolinaga

El fiscal no hab¨ªa dudado en mantener que el triple asesino y secuestrador del funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, Iosu Uribetxeberria Bolinaga, hab¨ªa presentado un nuevo chantaje al pedir que los m¨¦dicos no lo trataran y lo dejaran morir en paz. La m¨¦dico forense, que nunca ha examinado al preso, aseguraba que su empeoramiento solo se deb¨ªa a su tratamiento de radioterapia e insist¨ªa en que su situaci¨®n no era terminal. Pero la secci¨®n primera de lo penal de la Audiencia Nacional rechaz¨® pasadas las siete de la tarde de ayer los argumentos de ambos, dando un fuerte revolc¨®n a sus tesis, al confirmar la libertad condicional por los mismos motivos humanitarios que invoc¨® el juez central de Vigilancia Penitenciaria, Jos¨¦ Luis de Castro, hace dos semanas.

Los magistrados que ten¨ªan la ¨²ltima palabra sobre el caso no se dividieron entre progresistas y conservadores. La excarcelaci¨®n se impuso entre los cinco miembros de la secci¨®n por cuatro votos a uno. La apoyaron los miembros de la progresista Jueces para la Democracia Javier Mart¨ªnez L¨¢zaro y Ram¨®n S¨¢ez Valc¨¢rcel, pero tambi¨¦n el presidente de la Sala, Fernando Grande-Marlaska, y Alfonso Guevara, ambos considerados de talante m¨¢s conservador. Este ¨²ltimo form¨® parte del tribunal al encontrarse de vacaciones la magistrada Manuela Fern¨¢ndez de Prado. El ¨²nico que se opuso a la libertad condicional fue Nicol¨¢s Poveda (conservador), que anunci¨® un voto particular discrepante y debi¨® dejar su puesto de ponente al no estar de acuerdo con la mayor¨ªa.

El que redactar¨¢ la resoluci¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas ser¨¢ el progresista S¨¢ez Valc¨¢rcel. Ser¨¢ entonces cuando se conozcan los argumentos. El tribunal public¨® ¨²nicamente el fallo y lo envi¨® a Instituciones Penitenciarias y a todas las partes, incluido el hospital Donostia, donde Uribetxeberria se encuentra ingresado desde el 1 de agosto debido a su c¨¢ncer de ri?¨®n con met¨¢stasis en el cerebro y en un pulm¨®n. El etarra conservar¨¢ su libertad siempre que cumpla unas reglas de conducta. Las que le impuso el juez De Castro, al decretar su libertad hace dos semanas ¡ªdecisi¨®n cuyo recurso por el fiscal dio pie a la resoluci¨®n de ayer¡ª, inclu¨ªan la prohibici¨®n de acercarse a las v¨ªctimas y a los familiares de estas, la de participar en actos en los que se ensalce el terrorismo o se ofenda a las v¨ªctimas y la obligaci¨®n de comunicar los cambios en su estado de salud a los servicios sociales de la c¨¢rcel de San Sebasti¨¢n.

El fallo del tribunal lleg¨® tras dos informes especialmente duros del fiscal y la forense, que se desentendieron del empeoramiento s¨²bito reflejado por los m¨¦dicos del hospital Donostia que tratan al interno. En ellos se advert¨ªa que este hab¨ªa pedido que se interrumpiera su tratamiento y se le dejara morir, pero el fiscal equipar¨® esa reclamaci¨®n de Uribetxeberria a su huelga de hambre y la interpret¨® como un chantaje. ¡°Una decisi¨®n del preso en este sentido no puede verse premiada con la obtenci¨®n del beneficio que pretende¡±, mantuvo en sus alegaciones.

El escrito del ministerio p¨²blico, firmado por Carlos Bautista, volv¨ªa a basarse en el criterio de la forense, Carmen Baena, que ha informado al tribunal sin examinar al enfermo, analizando ¨²nicamente los informes enviados por el hospital. En el ¨²ltimo, entregado ayer mismo, Baena manten¨ªa que el agravamiento de la salud del interno se deb¨ªa ¡°a los efectos secundarios del tratamiento recibido [radioterapia]¡± y propon¨ªa que se le volviera a examinar cuando desaparecieran para ¡°evaluar los posibles beneficios reales del mismo¡±.

La decisi¨®n pone fin a un caso que ha dividido al PP ¡ªcon cargos como Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre cargando contra Interior por la excarcelaci¨®n¡ª, pero tambi¨¦n al Gobierno. Mientras Instituciones Penitenciarias, dependiente de Interior, propon¨ªa la libertad, la fiscal¨ªa, cuyo m¨¢ximo responsable nombra Justicia, se opon¨ªa frontalmente a ella con el apoyo del ministro, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Asociaciones de v¨ªctimas como la AVT hablaban ayer de ¡°humillaci¨®n¡±.