Un heredero todopoderoso bajo sospecha
Aguirre lega la presidencia a Ignacio Gonz¨¢lez por los servicios prestados durante 25 a?os
En la accidentada carrera por la sucesi¨®n, siempre empuj¨® para caer de pie. Ignacio Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez (Madrid, 1960) se licenci¨® en Derecho por la Universidad Aut¨®noma, gan¨® una plaza por oposici¨®n en el Ayuntamiento de Madrid como t¨¦cnico superior a los 24 a?os y casi desde entonces se dedica en exclusiva a Esperanza Aguirre, su ¡°jefa¡± de siempre.
Lleva Gonz¨¢lez media vida a la sombra de la l¨ªder del PP y en este tiempo ha conseguido ser la mano derecha y la izquierda de la presidenta; el rostro antip¨¢tico del poder madrile?o frente a la direcci¨®n nacional del partido y el tentetieso al que sacud¨ªan desde G¨¦nova 13 para desprestigiar a Aguirre. Nunca lograron derribarle del todo porque su contrapeso era Esperanza. Ahora le toca volar solo.
Tras los m¨²ltiples servicios prestados, Aguirre lega su puesto a Gonz¨¢lez por casi tres a?os (hasta mayo de 2015, fecha de las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas), un regalo pol¨ªtico may¨²sculo para curar pasadas decepciones y pagar algunas deudas pendientes.
Gonz¨¢lez se sabe el trabajo de memoria, lleva ejerci¨¦ndolo desde noviembre de 2003, cuando Aguirre gan¨® a la segunda intentona la presidencia auton¨®mica. ¡°En el Gobierno de la Comunidad de Madrid no se mueve un papel ni se aprueba un gasto importante sin permiso de Ignacio Gonz¨¢lez. En el partido, quita y pone alcaldes, decide listas y mueve a su antojo a los ejecutivos. Siempre ha sido as¨ª, hasta cuando no era secretario general del PP¡±, coinciden cargos y ex altos cargos auton¨®micos.
Su control es tan estricto que lleg¨® a imponer un sistema de comunicaciones casi clandestinas entre los consejeros a trav¨¦s de tel¨¦fonos prepago que caducaban a los 15 d¨ªas, seg¨²n algunos usuarios del peculiar procedimiento. Vive Gonz¨¢lez obsesionado por saber qui¨¦n encarg¨® a una agencia de detectives que le siguiera durante un viaje que hizo a Cartagena de Indias (Colombia) y arremete con demandas judiciales contra cualquier periodista que difunda informaciones donde se ponga en duda su honorabilidad. Antes cre¨ªa que un constructor despechado pudo pagar a los detectives, ahora sospecha que los esp¨ªas andaban muy cerca de su despacho.
En el juego de las amenazas, cuenta un exconsejero, Ignacio Gonz¨¢lez es un ¡°tah¨²r casi invencible¡±. Cuando desde la direcci¨®n nacional del PP, a trav¨¦s de su extesorero ?lvaro Lapuerta, insinuaron pr¨¢cticas de espionaje por parte del Gobierno de Esperanza Aguirre y se abrieron investigaciones internas para depurar responsabilidades, Gonz¨¢lez respondi¨® con una jugada cargada de riesgos, seg¨²n explicaron a este peri¨®dico dirigentes del PP conocedores de la maniobra. Gonz¨¢lez difundi¨® informaciones que implicaban a dirigentes nacionales del PP en supuestas presiones para que la Comunidad de Madrid adjudicase varios contratos a empresas que simpatizaban con el PP o eran propiedad de cargos del partido. En G¨¦nova entendieron el mensaje, cerraron la investigaci¨®n interna y olvidaron el caso. Gonz¨¢lez gan¨® esa partida.
En aquel caso del espionaje pol¨ªtico a Manuel Cobo y Alfredo Prada, adversarios de Aguirre dentro del PP, cargos del Gobierno regional apuntaron a Gonz¨¢lez como autor intelectual del ilegal enredo, pagado con fondos p¨²blicos de la Comunidad de Madrid y ejecutado, seg¨²n las pruebas periciales que obran en el sumario, por asesores de la consejer¨ªa de Interior que cobraban sueldos muy elevados.
Pero el defenestrado fue Francisco Granados, que fich¨® a los tres ex guardias civiles que supuestamente espiaron. En solo unos meses, Granados dej¨® de ser consejero de Interior y secretario general del PP para diluirse, como otros, en el anonimato de un esca?o en el Senado.
En el campo de batalla de las conspiraciones internas y de las luchas dom¨¦sticas por el poder, Ignacio Gonz¨¢lez es el m¨¢s temido, el m¨¢s odiado y el m¨¢s poderoso de cuantos han revoloteado alrededor de Aguirre. Nadie ha tenido tanta confianza con la presidenta ni influencia sobre las decisiones que tomaba.
Sin preparaci¨®n financiera suficiente para dirigir un banco, Gonz¨¢lez aspir¨® en 2010 a la presidencia de Caja Madrid, trab¨® pactos con otras fuerzas pol¨ªticas para tumbar a Miguel Blesa y asegurarse su elecci¨®n para un puesto que le iba a permitir multiplicar su sueldo por 25.
Aguirre, partidaria ac¨¦rrima en teor¨ªa de la ¡°despolitizaci¨®n de las cajas¡±, apoy¨® con entusiasmo aquella operaci¨®n pol¨ªtica para poner a su leal escudero al frente de la cuarta entidad financiera del pa¨ªs, pero a ¨²ltima hora se rindi¨® a Rodrigo Rato, el favorito de Rajoy, para evitar una crisis mayor en su partido.
Ignacio Gonz¨¢lez se qued¨® compuesto, desganado y sin el goloso cargo al que aspiraba y para el que trabaj¨®. En aquel momento, el s¨®lido matrimonio pol¨ªtico que formaba con la presidenta se descosi¨® sin llegar a romperse.
Dos a?os antes, Gonz¨¢lez se hab¨ªa partido la cara por Aguirre mirando a los ojos de Rajoy. En pleno proceso precongresual, tras la dolorosa derrota del PP en 2008, Ignacio Gonz¨¢lez acudi¨® a la Ejecutiva con su discurso escrito: ¡°No debemos caer en el oportunismo cortoplacista y acomplejado, o en pensar que hay que parecernos a nuestros adversarios, ser su segunda marca en los planteamientos ideol¨®gicos o tener complejos de falsa progres¨ªa¡±. Desde entonces, el todopoderoso vicepresidente de la Comunidad de Madrid se convirti¨® en un apestado en la s¨¦ptima planta de G¨¦nova 13. Rajoy lo sac¨® de la Ejecutiva tras ganar el Congreso de Valencia, en la primavera de 2008, y no le devolvi¨® el puesto hasta febrero pasado, cuando ya era inocuo para su inmenso poder.
Gonz¨¢lez ser¨¢ m¨¢s que probablemente dentro de dos semanas el cuarto presidente de la Comunidad de Madrid, el ¨²nico que llega al puesto sin ganar unas elecciones. Ser¨¢ un presidente bajo sospecha y pendiente de los juzgados. En uno de ellos se dilucida qui¨¦n le espi¨® y por qu¨¦; en otro se investiga qui¨¦n orden¨® espiar desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid a adversarios de Aguirre dentro del PP; en otro se decide si hay condena para el periodista que difundi¨® el v¨ªdeo que demostraba el espionaje del que fue v¨ªctima.
El ¨¢tico de lujo del que disfruta los fines de semana en Marbella (M¨¢laga) tambi¨¦n sigue bajo sospecha. Est¨¢ a nombre de una empresa especializada en ocultar la identidad de sus verdaderos due?os para facilitar fraudes fiscales y Gonz¨¢lez paga a esa firma sospechosa 2.000 euros al mes desde hace cuatro a?os. La investigaci¨®n del sospechoso ¨¢tico acab¨® con dos cargos policiales destituidos (uno de ellos un comisario general). Los contrapesos de Gonz¨¢lez siguen siendo poderosos.
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