Baleares quiere tratar 100.000 toneladas al a?o de basura de Europa

No lo llaman basura sino combustible para generar energ¨ªa el¨¦ctrica renovable. En la isla de Mallorca, las Administraciones insulares y auton¨®micas que controla con hegemon¨ªa el Partido Popular han decidido importar 100.000 toneladas anuales de basuras urbanas, partidas excedentes de distintas capitales y regiones europeas, para procesarlas en la ¨²nica planta de cremaci¨®n de residuos.

La raz¨®n esgrimida para defender la compleja y pol¨¦mica operaci¨®n radica en la necesidad de rentabilizar empresarialmente la incineradora gigante de Son Reus, a la que se destinan actualmente 400.000 toneladas de residuos urbanos recogidos en la isla, cuando su capacidad es de 700.000 toneladas por a?o. Quien presiona al PP es la empresa Tirme -propiedad de Enel Green Power, con un 40%, e Iberdrola, FCC y Urbaser, con un 20% cada una-, que tiene el monopolio de gesti¨®n privada de residuos hasta 2041.

Con la importaci¨®n de combustible de residuos europeos, las autoridades insulares aseguran que se evitar¨¢ una amenaza para los bolsillos de los ciudadanos: se podr¨¢ congelar la subida de la tasa anual por incineraci¨®n por vivienda, que pasar¨¢ de 131 euros a 141, y en el futuro quiz¨¢s se reducir¨¢. La mayorista Tirme reclama aumentar sus ingresos para poder afrontar la carga financiera de hasta 375 millones que le supuso la ampliaci¨®n del techo de digesti¨®n de la incineradora, tras el plan oficial de 2007.

El PP balear, por la v¨ªa excepcional de unas enmiendas introducidas en un decreto ley de medidas urgentes de reactivaci¨®n econ¨®mica, a¨²n en tr¨¢mite en la C¨¢mara auton¨®mica, avalar¨¢ sin problemas -tiene mayor¨ªa absoluta- nuevas disposiciones para regularizar la importaci¨®n de residuos del continente.

Es un nuevo negocio, pol¨¦mico, al que se oponen sin ¨¦xito desde la izquierda y los ecologistas. Por cuestiones de imagen tur¨ªstica lo critica la poderosa federaci¨®n de hoteleros de Mallorca, que tras reunirse con la consejera insular de Medio Ambiente del PP, Catalina Soler, se manifest¨® preocupada por "la imagen negativa que se est¨¢ dando sobre Mallorca en los mercados emisores, siendo el turismo un sector altamente vulnerable". Este efecto adverso de una lluvia de noticias en medios internacionales, creen los hoteleros, "podr¨ªa da?ar la afluencia de visitantes durante las pr¨®ximas temporadas". La poderosa patronal reiter¨® su preocupaci¨®n por lo "que podr¨ªa hipotecar el presente y el futuro de Mallorca como destino tur¨ªstico".

La defensa p¨²blica de la operaci¨®n la han articulado esta semana en el Parlamento el presidente de Baleares, Jos¨¦ Ram¨®n Bauz¨¢, y dos de sus consejeros, el de Turismo, Carlos Delgado, y el de Medio Ambiente, Biel Company. "Mallorca no ser¨¢ un basurero, como han dicho ustedes (por la izquierda)", asegur¨® Delgado. "No llegar¨¢n bolsas malolientes, van a llegar paquetes estancos de biocombustible que van a permitir generar energ¨ªa y exportar servicios medioambientales, y que no se tenga que subir un 40% la tasa tal y como hicieron ustedes", dijo.

Dos alcaldes del PP se muestran reticentes a la importaci¨®n. El de Bu?ola, municipio donde se ubica el horno incinerador, y el del Alc¨²dia, en cuyo puerto operar¨¢n decenas de barcos y cientos de camiones al a?o. Los defensores del negocio aseguran que se crear¨¢n 350 puestos de trabajo y se ahorrar¨¢n ocho millones al a?o a las arcas p¨²blicas. Con una poblaci¨®n de menos de cerca de un mill¨®n de habitantes, la isla de Mallorca recibe diez millones de turistas al a?o, la mayor¨ªa del Reino Unido y la Rep¨²blica Federal Alemana

Durante nueve meses al a?o, sin los residuos de la poblaci¨®n tur¨ªstica flotante, la empresa de la incineradora la cree infrautilizada. En la temporada de invierno hay meses huecos, de escasa cremaci¨®n y bajo nivel de producci¨®n de electricidad. Ah¨ª nace el plan de deslocalizar la eliminaci¨®n de basuras continentales en una isla de la periferia. Con combustible continental se compensar¨¢ el negocio de las mayoristas del horno de Tirme que pretend¨ªan repercutir las p¨¦rdidas de explotaci¨®n (por la temporada baja) a los residentes contribuyentes.

La compleja y pol¨¦mica operaci¨®n se quiere iniciar en 2013. La importaci¨®n de residuos inertes empaquetados se anuncia inevitable y, en todo caso, se presenta a manera de b¨¢lsamo para los bolsillos de los ciudadanos. En plena crisis y angustia social, el PP dice que evitar¨¢ que suba un 40% la tarifa de basuras.

El poder ha articulado un discurso de presentaci¨®n adecuado, con reiteraci¨®n de eufemismos. As¨ª, a las partidas de residuos de importaci¨®n se le llama material procesado, inerte, tratado bajo control y normativa de la UE,"biocombustible", "que no huele ni contamina". En este mismo c¨®digo de mensajes, la incineradora es la "planta de energ¨ªa verde" y se resalta que la mitad de la basura continental ser¨¢ biomasa.

En el plan insular de residuos de 2007, correspondiente a la etapa econ¨®mica de expansi¨®n del consumo y del desarrollismo de la burbuja inmobiliaria, se calcul¨® muy al alza la generaci¨®n de detritus. Se eliminaron todos los vertederos y se duplic¨® la capacidad de cremaci¨®n. El Gobierno balear y el Consell de Mallorca actuales cargan la responsabilidad final de la importaci¨®n de basura sobre la izquierda y los nacionalistas del PSOE, PSM, Iniciativa-Verds (ex IU), por haber aprobado mientras gobernaban la ampliaci¨®n de la incineradora y avalado la posible importaci¨®n de residuos. Los aludidos lo niegan.