La infanta Margarita: ¡°Los militares no me coger¨¢n con el est¨®mago vac¨ªo ?co?o!¡±
Bono se sale del carril de la pol¨ªtica con an¨¦cdotas de la infanta Margarita, Umbral o Sara Montile
El expresidente del Congreso y exministro cuenta en el primer tomo de sus memorias algunos asuntos perif¨¦ricos de la pol¨ªtica, que implican a personajes tan variopintos como el obispo de Sig¨¹enza, la infanta Margarita o a Sara Montiel. Aqu¨ª van algunos pasajes referidos a esas personas.
Viernes, 23 de octubre de 1992. Infanta Margarita: ??Que me suban unos huevos!, que los militares no me coger¨¢n con el est¨®mago vac¨ªo, ?co?o!?
?(¡) Al parecer, [el general Alfonso] Armada no es santo de su devoci¨®n [¨Del autor se refiere a la lo que le cuenta la infanta Pilar, hermana del Rey, durante un viaje a Barcelona¨D]: ?Armada es un mal educado que permanentemente dejaba con la palabra en la boca a mi hermana Margarita cuando est¨¢bamos en una tertulia o en la mesa del comedor. Claro, con ella lo consegu¨ªa porque es ciega, pero conmigo no. Un se?or que se comporta de ese modo no puede ser bueno. Mi hermana tiene la virtud de dormirse en una silla sin descomponer la figura y as¨ª estaba el 23-F cuando se produjo un tremendo ruido que la despert¨® y, sorprendida, grit¨® al Rey: ¡°?Los tanques, Juanito! Manda que me suban unos huevos fritos, que a m¨ª me llevar¨¢n presa los militares pero no me coger¨¢n con el est¨®mago vac¨ªo, ?co?o!¡±?. Durante la noche del 23-F, ?el Rey me encomend¨® que informara puntualmente a nuestro padre, que estaba en Estoril muy preocupado, y lo fui haciendo, cont¨¢ndole lo que yo cre¨ªa que estaba pasando, ya que a mi hermano no se le pod¨ªa preguntar?.
Jueves, 4 de febrero de 1993. Don Juan de Borb¨®n hace la lista de los que deben acudir a su entierro
?(¡) Luis Reverter regresa de la Zarzuela: ?Don Juan no est¨¢ tan mal como se ha dicho, porque se ha levantado de la cama, est¨¢ jugando a las cartas y pronto pedir¨¢ una ginebra... Pero, eso s¨ª, el entierro lo tiene organizado: lo haremos en El Escorial, aunque ¨¦l ten¨ªa previsto en Poblet. El Rey ha cambiado de criterio y enterrar¨¢ a su padre en el Pante¨®n de Reyes de El Escorial?. Me muestra un cartapacio donde tiene previsto el protocolo del entierro. Veo, incluso, d¨®nde me sentar¨¦ en la bas¨ªlica. Reverter es imprescindible para que los reyes vivan bien, pero, sobre todo, para enterrarlos: ?En cuanto entierre a Don Juan me voy a La Caixa. Por cierto, el Rey me ha pedido que invitemos al entierro a Encarnita, la viuda de Tierno, y a la mujer de Joaqu¨ªn Satr¨²stegui?.
?Estos Borbones son ciertamente especiales! Hasta se preocupan de a qui¨¦n debe invitarse a sus entierros.
Domingo, 20 de abril de 1997. El ministro manda condones al obispo de Sig¨¹enza
?(¡) A las siete de la tarde voy a la catedral (¡).
La ceremonia es larga. Participan unos cuarenta obispos. Asiste el singular obispo de Sig¨¹enza, Pla Gand¨ªa, con un aspecto llamativamente descuidado. Recuerdo (¡) c¨®mo, en 1990, (¡) acept¨¦ un almuerzo que me ofreci¨® en Sig¨¹enza, en su palacio episcopal. Comimos los dos solos en un comedor enorme y sobre una mesa larga, muy larga. Cada uno en una punta de la misma. Me confes¨® que ?estoy muy triste, incluso lloro mucho por las noches... Me despierto y lloro por la inmoralidad que hay en el mundo. Mire usted lo que me ha mandado ese ministro que tienen en Sanidad...? y me echa sobre la mesa un sobre dirigido al obispo con unos folletos del Ministerio de Sanidad en que se daban consejos sobre el uso de preservativos. ?Como puede ver¡ªprosigue¡ª, con dinero p¨²blico se invita a la corrupci¨®n moral de la sociedad.? Me di cuenta de que era imposible convencerle de nada. Sal¨ª del almuerzo y cont¨¦ a mis colaboradores que hab¨ªa comido con una persona d¨¦bil, llena de prejuicios y m¨¢s cercana a Torquemada que a Juan XXIII. Desde luego no es el t¨ªpico obispo listo, ocurrente y elegante. Para ser justos con ¨¦l hay que decir que aunque el voto siempre lo ped¨ªa para el PP, en alguna ocasi¨®n nos ech¨® flores por nuestra sensibilidad en materia de restauraci¨®n de monumentos. Tampoco parece mala persona. Ahora, el ministro se pas¨® en el mailing, mandando condones al prelado.
Mi¨¦rcoles, 7 de mayo de 1997. Umbral: ?Sara Montiel no est¨¢ en las monedas porque no le caben las tetas?
?(¡) Hoy grabo un v¨ªdeo sobre Sara Montiel. Quieren que le dedique unas palabras sobre su origen manchego. Mar¨ªa Antonia Abad ¡ªque con ese nombre naci¨® en Campo de Criptana nuestra popular actriz¡ª fue ave precursora que se atrevi¨® a poner su sentimiento delante de sus intereses y su libertad delante de sus perjuicios. ?La algarab¨ªa de tu arte ¡ªdigo¡ª ha suscitado entre tu pueblo una enorme cantidad de adhesiones.? Hablo del poeta Le¨®n Felipe que, seg¨²n Sara Montiel, fue quien le ense?¨® a escribir. ?Los artistas no tienen biograf¨ªa, tienen destino?, a?ado. Acab¨¦ dando las gracias a la artista por ser nuestra amiga y por permitirnos compartir su destino lleno de ¨¦xitos y belleza. De otros participantes en el v¨ªdeo, por provocador, llaman la atenci¨®n las palabras de Franciso Umbral. Dijo que era una reina y que ?si no la pon¨ªan en las monedas era porque no le cab¨ªan las tetas?.
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