El jaque del soberanista
Mas es el primer presidente catal¨¢n que apuesta por el Estado propio desde la recuperaci¨®n de la democracia
Fr¨ªo, distante, con nervios de acero y una formaci¨®n tecn¨®crata, Artur Mas (Barcelona, 1956) pasar¨¢ a la historia por haber sido el primer presidente de la Generalitat desde la recuperaci¨®n de la democracia que ha lanzado el ¨®rdago de reivindicar para Catalu?a ¡°estructuras de Estado propio¡±. Nada parec¨ªa indicar ese destino para este hombre licenciado en Econ¨®micas, educado en el Liceo franc¨¦s y que fue designado por Jordi Pujol como su sucesor en 2000 frente a Josep Antoni Duran Lleida. Con una fulgurante carrera de tecn¨®crata en la Administraci¨®n y con un origen de escaso pedigr¨ª convergente, Mas ha sorprendido a propios y extra?os al dar el salto al vac¨ªo y hacer un jaque al Estado tras la gigantesca manifestaci¨®n de la Diada.
Tras iniciar en 1982 su carrera en la Administraci¨®n, Mas fue sucesivamente director general de Comercio en la Generalitat ¡ª¡°Obviamente, soy un t¨¦cnico; no un pol¨ªtico¡±, confes¨®¡ª, edil del Ayuntamiento de Barcelona y consejero de Pol¨ªtica Territorial, primero y de Econom¨ªa despu¨¦s con un par¨¦ntesis en la empresa privada (en la peletera Typel de la familia Prenafeta) de escaso ¨¦xito. Prudente y discreto, fue aupado por el sector soberanista de Converg¨¨ncia conocido como el pinyol, entre los que figura Oriol Pujol o el propio Francesc Homs, portavoz del Gobierno. Mas no tiene miedo al fracaso ¡ªlo asocia al ¨¦xito¡ª porque sabe de sobras lo que es: gan¨® las elecciones auton¨®micas en 2003 (en esca?os pero no en votos) y 2006 y no le sirvi¨® para ser presidente. Ni siquiera haber firmado ante notario que no volver¨ªa a pactar con el PP, algo de lo que despu¨¦s se arrepinti¨®.
Pero la traves¨ªa del desierto le forj¨® y en 2007, en pleno auge del tripartito, lanz¨®, en un acto ante 3.000 personas, su apuesta para pasar del catalanismo al soberanismo superando los postulados cl¨¢sicos de Jordi Pujol. La hoja de ruta la denomin¨® la Casa Com¨²n, en la que lanz¨® gui?os tanto a catalanistas del PSC como a independentistas. Fue entonces cuando empez¨® a hablar del derecho a decidir sin l¨ªmites, que en ese momento acot¨® a infraestructuras, el concierto econ¨®mico y el autogobierno. Y abog¨® por superar la ¡°obsesi¨®n¡± de Catalu?a por intentar cambiar a Espa?a.
El Estatuto, aprobado por el Parlamento catal¨¢n y el Congreso y en las urnas, ya llevaba un a?o en el Tribunal Constitucional tras ser recurrido por el PP. ¡°El texto no se toca y si es as¨ª, no se acepta¡±, avis¨® Mas, que hab¨ªa ayudado a desbloquear el Estatuto en una pol¨¦mica cita en La Moncloa en 2006 con el presidente Zapatero, a espaldas del entonces presidente de la Generalitat, el socialista Maragall.
Mas pas¨® de calificar esa reuni¨®n con Zapatero de ¡°pacto con may¨²sculas¡± a mostrarse escandalizado ante una posible revisi¨®n del Estatuto y que se cuestionara, por ejemplo, que Catalu?a es una naci¨®n. ¡°Si se toca el texto y se da contra la pared, Catalu?a deber¨¢ iniciar su propia transici¨®n en favor del derecho a decidir¡±. Y as¨ª fue: el Estatuto se recort¨® en junio de 2010 y se produjo la multitudinaria manifestaci¨®n en Barcelona bajo el lema Somos una naci¨®n. Nosotros decidimos. En noviembre, Mas arras¨® en las elecciones sin apenas promesas, salvo la de suprimir el impuesto de sucesiones. Su propuesta estrella era el pacto fiscal, que concitaba el apoyo de la gran mayor¨ªa de la sociedad catalana a diferencia de la independencia.
Su discurso de investidura ya gir¨® en torno a la transici¨®n nacional del derecho a decidir con un pacto fiscal como primera etapa, que solo ten¨ªa sentido si Rajoy no ganaba por mayor¨ªa absoluta para condicionarle. Pero lo hizo, y Mas gobern¨® con una mano recortando y con otra reclamando el pacto fiscal que el Parlamento catal¨¢n aprob¨® en julio y que para ¨¦l era el ¨²ltimo tren para encajar Catalu?a en Espa?a. La crisis ech¨® el resto: la tesorer¨ªa ahogada, los recortes, que CiU asocia al d¨¦ficit fiscal, y el rescate situaron al concierto en la primera l¨ªnea de la parrilla. Fueron los consejeros de Mas, muchos soberanistas ¡ªdesde Felip Puig, de Interior, al exsocialista Ferran Mascarell, de Cultura¡ª, los que alentaron la manifestaci¨®n de la Diada. ¡°Los l¨ªderes son aquellos que interpretan el sentido de cada momento hist¨®rico. Los que encuentran el camino escuchando con atenci¨®n el latido de la sociedad¡±, dijo Mas en su investidura, en unas palabras similares con las que justifica el ¨®rdago. ¡°Es responsabilidad de un Gobierno no cerrar las puertas a los anhelos de un pueblo as¨ª como evitar fracturas y llevarlo a la frustraci¨®n¡±. Mas, que vot¨® s¨ª en las consultas soberanistas no vinculantes, quiz¨¢ ha interpretado que es el momento de dar el paso. En 2009 dec¨ªa que tem¨ªa un refer¨¦ndum por miedo a que Catalu?a dijera que quiere seguir en Espa?a. Ahora habla del ejemplo de Escocia y la duda es si en su programa electoral incluir¨¢ la votaci¨®n. ¡°?A qu¨¦ dem¨®crata?¡±, se pregunt¨® en la investidura y en Madrid, ¡°?le da eso miedo?¡±.
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