Ruz confirma sus tesis pero excluye del procesamiento a Garc¨ªa Hidalgo
Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros y Enrique Pamies quedan como ¨²nicos implicados La Guardia Civil y el an¨¢lisis de las llamadas confirman el procesamiento de los polic¨ªas El juez les imputa los delitos de colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista y revelaci¨®n de secretos
Queda fuera del caso el exdirector general de la polic¨ªa, V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo. Pero el caso Fais¨¢n, el chivatazo al aparato de extorsi¨®n de ETA que frustr¨® su desmantelamiento por la polic¨ªa el 4 de mayo de 2006, en pleno proceso de paz con la banda, ha resucitado de las dudas e incertidumbres en las que lo sumi¨® la Sala de lo Penal el pasado noviembre. Tras esa resoluci¨®n, aprobada por unanimidad y que encontr¨® ¡°inconsistencias relevantes¡± en la investigaci¨®n de Pablo Ruz, el juez de la Audiencia Nacional ha vuelto a procesar al inspector de la brigada de Informaci¨®n de Vitoria, Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros, y al exjefe superior de polic¨ªa del Pa¨ªs Vasco, Enrique Pamies, por los delitos de colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista y revelaci¨®n de secretos.
El nuevo procesamiento llega solo dos d¨ªas despu¨¦s del informe del fiscal que, a pesar de que no hac¨ªa ninguna alusi¨®n a los delitos que se les pudieran imputar, dejaba fuera del caso a Garc¨ªa Hidalgo al no encontrar nuevas pruebas contra ¨¦l, como exigi¨® la Sala en el duro auto que desmont¨® la investigaci¨®n que ahora Ruz acaba de impulsar. La posici¨®n del fiscal durante la investigaci¨®n es que el chivatazo existi¨®, pero no constituy¨® un delito de colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista, ya que esa no era la intenci¨®n de los agentes imputados. Sin ese delito, el caso deber¨ªa pasar a los juzgados de Instrucci¨®n de Ir¨²n (Gipuzkoa), el lugar donde tuvo lugar la delaci¨®n.
La implicaci¨®n de cada uno de ellos, seg¨²n la hip¨®tesis defendida por Ruz es la siguiente: Ballesteros, destinado en Vitoria, se desplaz¨® ese d¨ªa hasta el bar Fais¨¢n de Ir¨²n, situado frente a la frontera francesa, para encontrarse con el encargado del establecimiento y miembro del aparato de extorsi¨®n Joseba Elosua. Cuando lo encontr¨®, le pas¨® su tel¨¦fono m¨®vil a trav¨¦s del cual convers¨® con el jefe superior Pamies. Este le avis¨® de que estaba siendo vigilado por la polic¨ªa y le advirti¨® para que frustrara la pr¨®xima entrega de dinero del impuesto revolucionario (18.000 euros) que ten¨ªa previsto entregar en su bar a su compinche Jos¨¦ Antonio Cau. El soplo se descubri¨® al intervenir los agentes la conversaci¨®n que Elosua mantuvo en su coche con su yerno Carmelo Luqu¨ªn poco despu¨¦s.
El nuevo auto de procesamiento llega despu¨¦s de que el juez haya ordenado todas las pruebas que la Sala consideraba necesarias para alicatar su investigaci¨®n. Al tumbar el anterior, la Sala de lo Penal puso en cuarentena las pesquisas del equipo investigador nombrado por el primer instructor del caso, Fernando Grande-Marlaska, y despu¨¦s ratificado por Ruz al advertir de que pod¨ªa estar contaminado, por estar formado por algunos de los agentes que deb¨ªan ejecutar la operaci¨®n antiterrorista que el soplo frustr¨®. Para salvar ese obst¨¢culo, Ruz encarg¨® a la Guardia Civil que revisara toda la investigaci¨®n policial y los agentes del instituto armado confirmaron su validez.
El juez tambi¨¦n descarta que el chivatazo se hubiera podido efectuar a trav¨¦s de tel¨¦fono satelital gracias a dos informes periciales de ingenieros de telecomunicaciones de las universidades Polit¨¦cnica y Carlos III de Madrid en los que se subrayaba ¡°su imposibilidad t¨¦cnica¡± y el ¡°llamativo despliegue que exigir¨ªa su uso¡±. ¡°Para responder o establecer comunicaci¨®n, los tel¨¦fonos sat¨¦lite deben utilizar espacios abiertos y con l¨ªnea de visi¨®n directa con el sat¨¦lite por la gran atenuaci¨®n que sufre la se?al al atravesar suelos, paredes y ventanas del edificio¡±, dec¨ªa uno de esos informes.
La Sala tambi¨¦n reproch¨® a Ruz que solo hubiera investigado las llamadas salientes y no las entrantes a trav¨¦s de los repetidores de telefon¨ªa que dan cobertura a la zona del bar Fais¨¢n. Tras indagarlas, el juez llega a la conclusi¨®n de que todas ellas estaban ¡°desvinculadas de cualquier nexo con miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, en consecuencia, de los propios hechos investigados¡±. De igual modo, bas¨¢ndose en las apreciaciones de la Guardia Civil, descarta que el an¨¢lisis de las llamadas efectuadas a trav¨¦s de los repetidores de compa?¨ªas francesas que alcanzan ese territorio fronterizo puedan aportar otras ¡°posibilidades de autor¨ªa¡±.
Ahora, lo previsible es que las defensas de Ballesteros y Pamies recurran el auto por el que se les vuelve a procesar. Ser¨¢ entonces la Sala la que vuelva a tener la ¨²ltima palabra. Su presidente, Fernando Grande-Marlaska, no podr¨¢ formar parte del tribunal al haber sido el primer instructor del caso cuando ocupaba el Juzgado Central de Instrucci¨®n 5 en sustituci¨®n de su entonces titular, Baltasar Garz¨®n. Lo m¨¢s probable es que la secci¨®n segunda sea la que dirima los recursos, salvo que la m¨¢s de la mitad de los magistrados de la Sala pida que sea de nuevo el pleno el que se pronuncie.
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