¡°Que no toquen a mi abuela¡±
Un matrimonio en paro intenta renegociar su hipoteca para evitar el desahucio que amenaza a su avalista de 80 a?os
Para Antonio Campos, extreme?o de origen, de 34 a?os, y su mujer Igone Aldaregia, de 35, el tiempo corre en contra para no acabar perdiendo su vivienda de protecci¨®n oficial en un barrio perif¨¦rico de San Sebasti¨¢n. Padres de cuatro hijos, todos menores de edad, aut¨®nomos en paro desde hace casi dos a?os, sobreviven de la ayuda econ¨®mica familiar y de las visitas quincenales al Banco de Alimentos.
A este matrimonio no solo le preocupa quedarse en la calle con cuatro hijos. En su d¨ªa tuvo que recurrir a dos avalistas a la hora de pedir un cr¨¦dito hipotecario. ¡°Mi t¨ªo nos aval¨® con su n¨®mina y mi abuela, que tiene 80 a?os, con su casa. Si quieren les doy mi piso en pago al banco, pero no quiero que toquen a mi abuela. Su casa est¨¢ ya pagada y no debe pasar por el disgusto de quedarse en la calle por haber sido avalista¡±, se lamenta.
Llevan casi dos meses sin poder pagar la cuota mensual de la hipoteca de 120.000 euros que contrajeron en 2007 con el Banco Santander, m¨¢s un cr¨¦dito personal, porque no tienen ingresos. Hace cuatro meses solicitaron la ayuda de la Renta de Garant¨ªa de Ingresos (RGI), que supondr¨ªa 933 euros, que no acaba de llegar. Ahora intentan negociar con la entidad financiera la aplicaci¨®n de una carencia de tres a?os para pagar solo intereses antes de entrar en mora y ser desahuciados. Pero llevan meses sin una respuesta.
¡°Mientras en la oficina de aqu¨ª nos dan largas, desde Madrid el banco te manda cartas con amenazas de desahucio sin darte alternativas. Lo ¨²nico que pedimos es reajustar la deuda y vivir con un poco de dignidad¡±, denuncia esta pareja desesperada por encontrar un trabajo, ¨¦l como alba?il y ella en el servicio dom¨¦stico o alguna empresa de limpieza.
Tanto Antonio como Igone se quejan de la falta de acceso a la informaci¨®n que existe en torno a las salidas que hay para defender tu vivienda cuando te encuentras en exclusi¨®n social si no acudes a una plataforma como Stop Desahucios, donde han encontrado asesoramiento y apoyo legal. A esta dram¨¢tica situaci¨®n, una de las miles que se est¨¢n viviendo en Espa?a, se suma la necesidad de vivir de las pensiones o sueldos de familiares.
¡°Mi madre era quien se hac¨ªa cargo de nuestra hipoteca desde que nos quedamos en paro, pero hace meses que se ha quedado en la calle y con el subsidio que le queda no nos da para pagar la hipoteca. Lo que entra en casa es para dar de comer a mis hijos, que son la prioridad¡±, comenta Igone, a quien le indigna que la fiscal¨ªa no se persone en los desahucios donde hay menores de por medio. ¡°?Qui¨¦n los protege? Se preocupan de que tengan educaci¨®n y sanidad, pero no de que los dejen en la calle. La vivienda es un derecho b¨¢sico y no es justo ni ¨¦tico que 400.000 familias est¨¦n en la calle. La Ley Hipotecaria es obsoleta y hay que adaptarla a los tiempos de crisis¡±.
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