Un ¡®fondo buitre¡¯ ayud¨® a D¨ªaz Ferr¨¢n a eludir el pago de deudas
El despacho de abogados de ?ngel de Cabo simulaba comprar empresas en crisis para reflotarlas cuando en realidad actuaba en connivencia con los due?os
El que fuera presidente del grupo Marsans, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, recurri¨® a un fondo buitre, el del empresario ?ngel de Cabo (uno de los detenidos este lunes por la polic¨ªa junto a seis de sus empleados), con una finalidad: entorpecer al m¨¢ximo los procedimientos concursales de sus empresas para no pagar las deudas a proveedores y trabajadores. La declaraci¨®n de ?ngel Sutil, empleado del despacho jur¨ªdico de De Cabo, ha desmadejado ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz los ardides y chanchullos que se empleaban en la oficina que De Cabo posee en Valencia para evitar el pago de deudas de empresas ruinosas.
Por las manos de De Cabo han pasado conocidas empresas ca¨ªdas en concurso de acreedores. Adem¨¢s de Marsans, la firma Nueva Rumasa, de la familia Ruiz Mateos, y Teconsa, implicada en el caso G¨¹rtel. De Cabo era una especie de conseguidor. Aparentaba comprar una empresa en ruinas, a veces por un precio simb¨®lico, como sucedi¨® con Nueva Rumasa, y dec¨ªa que era para reflotarla. Era mentira. No solo su exempleado ?ngel Sutil, tambi¨¦n Joaqu¨ªn Ybancos, abogado durante 30 a?os de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos, ha contribuido a destapar la mugre que gravitaba sobre esas ficticias compraventas de empresas en crisis.
El objetivo real, seg¨²n Sutil, era desvalijar las compa?¨ªas y apartar como fuera sus bienes de los concursos de acreedores que se les avecinaban, o lucrarse directamente de ellos. Los bienes que lograban sacar de los concursos los vend¨ªan luego y se repart¨ªan las ganancias entre De Cabo y los due?os de las firmas ruinosas. Val¨ªa todo. De cabo y sus hombres recurr¨ªan a maniobras ¡°legales e ilegales¡±, seg¨²n informes policiales de la Unidad de Delincuencia Econ¨®mica y Fiscal de la polic¨ªa (UDEF).
La consigna en el despacho de De Cabo era crear ¡°ficciones jur¨ªdicas¡±. Es decir, ¡°mucho laboratorio jur¨ªdico¡±, cont¨® Sutil al juez. Si la empresa ya estaba sometida a concurso, la estrategia era idear cr¨¦ditos a favor de De Cabo, en connivencia con el empresario deudor, confeccionando contratos falsos, e ir con ellos a la subasta para tratar de sacar la mayor tajada, en detrimento de los acreedores reales. ¡°Una consigna b¨¢sica del despacho era elaborar contratos de arrendamiento muy gravosos¡± sobre los bienes que iban a ser subastados, lo que ahuyentaba a compradores de buena fe.
Para crear esos falsos contratos o cr¨¦ditos, se utilizaban sociedades instrumentales de De Cabo, que carec¨ªan ¡°de actividad¡± y a las que tambi¨¦n se dotaba de una ¡°contabilidad falsa¡±, seg¨²n el sumario. Ten¨ªa que parecer real. Habitualmente eran contratos predatados, a los que se pon¨ªan fechas anteriores a la del concurso de acreedores para que parecieran deudas ciertas.
De Cabo lleg¨® a confesar al abogado Yvancos que la inspiraci¨®n de su actividad (supuestamente reflotar empresas en crisis) surgi¨® a ra¨ªz de ver la pel¨ªcula Pretty Woman, que protagoniza Richard Gere. Pero a diferencia de lo que ocurre en la pel¨ªcula, en el sumario del caso Nueva Rumasa no parece que De Cabo se compadeciera in extremis de los miles de personas que entregaron sus ahorros a los Ruiz-Mateos en la confianza de que estos se los devolver¨ªan ¨ªntegros y con jugosos intereses, como rezaba la publicidad televisiva del clan. Cuando la familia Ruiz Mateos anunci¨® p¨²blicamente que su intenci¨®n era devolver hasta el ¨²ltimo c¨¦ntimo a los inversores, ocult¨® que ya estaba en negociaciones con De Cabo. Y no encaminadas, precisamente, a devolver el dinero, sino a conservar como fuera su vasto patrimonio, seg¨²n se desprende del sumario.
Yvancos declar¨® hace semanas a este peri¨®dico que la familia Ruiz Mateos hizo una lista con los inmuebles y dem¨¢s propiedades que De Cabo deb¨ªan conservar a toda costa. Sutil matiz¨® luego ante el juez Ruz que para conservar el patrimonio de los deudores cab¨ªan todo tipo de pr¨¢cticas, incluidas la vigilancia y extorsi¨®n sexual de jueces y administradores judiciales de los bienes. Los hombres del despacho de De Cabo idearon todo un cat¨¢logo de maquiav¨¦licas estrategias entre las que no descartaban los fraudes procesales. La declaraci¨®n de Ybancos, abogado de Ruiz Mateos, ante el juez Ruz respecto a los chanchullos de De Cabo, fue sorprendente: ¡°Aquello era un nido de corrupci¨®n, de hacer delitos d¨ªa a d¨ªa. De sacar los bienes, de utilizar informes, de poner un detective y poner una trampa a un administrador judicial o a un juez de lo mercantil con una chica o con un chico, lo que sepan que les gusta, grabarlo, y a partir de ese momento ya lo tienen cogido¡±.
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