Irresponsabilidades
Las imprudencias cometidas por Rajoy y Mas amenazan con hacer imposible la negociaci¨®n de una salida para encauzar la cuesti¨®n catalana
Cuando parec¨ªa que su sentido de la responsabilidad deber¨ªa llevar a Rajoy y Artur Mas a negociar una salida capaz de encauzar la cuesti¨®n catalana, resulta que las imprudencias e irresponsabilidades cometidas por ambas partes amenazan con hacerlo imposible. ?A qu¨¦ salida me refiero? A la de pactar por consenso alguna reforma de la Constituci¨®n que haga legalmente posibles las consultas de autodeterminaci¨®n. Es lo que har¨ªan en nuestro caso unos gobernantes m¨¢s pragm¨¢ticos, como los anglosajones por ejemplo. Pero est¨¢ visto que los espa?oles, catalanes incluidos, estamos cong¨¦nitamente incapacitados para ejercer el pragmatismo. Pues en lugar de aplicar la weberiana ¨¦tica de la responsabilidad racional, que obliga a medir todas las consecuencias de las decisiones a adoptar, tendemos a preferir la irracional aplicaci¨®n de la ¨¦tica de las convicciones, que obliga a sostenella y no enmendalla aunque se hunda el mundo y caiga quien caiga.
Es lo que acaba de hacer Rajoy, al rechazar cualquier posibilidad de reforma constitucional por necesaria que sea (mucho m¨¢s que las presuntas reformas que enmascaran eufem¨ªsticamente los recortes fiscales). As¨ª dej¨® escapar una oportunidad de oro, surgida por hallarse en el Senado: la C¨¢mara de representaci¨®n territorial m¨¢s necesitada de reforma (junto al T¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n) a juicio de todos los especialistas. Es posible que el propio Rajoy considere que lo m¨¢s prudente o responsable en este campo es no hacer nada, pues abrir el mel¨®n de la reforma constitucional ser¨ªa un l¨ªo que es mejor no tocar ahora ni nunca (por decirlo al modo pedestre que tanto parece gustarle). Pero ah¨ª se equivoca de medio a medio. Pues tal como est¨¢ degenerando ahora la situaci¨®n, eludir la imprescindible reforma constitucional es una imprudencia de una irresponsabilidad may¨²scula.
Ahora bien, hablando de irresponsabilidades, mucho m¨¢s extempor¨¢nea e inoportuna parece la cometida por el ministro de Educaci¨®n cuando present¨® su tercer borrador de la reforma legal que prepara para espa?olizar (y "catolizar") la ense?anza, al incluir sin previo aviso una pu?alada por la espalda al modelo catal¨¢n de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica. Justo lo que menos necesit¨¢bamos cuando el president catal¨¢n est¨¢ negociando la dif¨ªcil formaci¨®n de su pr¨®ximo Gobierno. Pues si hab¨ªa alguna esperanza de que Artur Mas pudiera conducirse con un m¨ªnimo de sensatez y pragmatismo, el fr¨ªvolo gesto del ministro ha terminado por arruinarla, echando a Mas en brazos de ERC para celebrar un ilegal referendo de autodeterminaci¨®n. Parece que a Wert le gusta vivere pericolosamente jugando al cuanto peor mejor. Deporte al que tambi¨¦n juega Montoro cuando amenaza con aplicar a Catalu?a el peso de la Ley de Estabilidad si no reduce su d¨¦ficit al 1,5% del PIB. ?C¨®mo puede permitir Rajoy tama?as irresponsabilidades?
Cabe temer que la historia se repita y asistamos a otro Tripartito que hunda todav¨ªa m¨¢s a Catalu?a
Pero lo peor es que la parte catalana tambi¨¦n incurre en otras irresponsabilidades parecidas. Ante la p¨¦rdida de la quinta parte de sus esca?os en las pasadas elecciones, el fracasado president Mas, lejos de reconvertir su programa de gobierno en sentido moderado para asumir la responsabilidad de su derrota, ha optado por el contrario por huir hacia delante, extremando su proyecto independentista en un gesto desaforado de sostenella y no enmendalla. Y para ello se ha echado en brazos de ERC como la forma m¨¢s simple de poder formar un Gobierno estable. Lo cual le va a obligar a dar un giro social y deficitario que est¨¢ en las ant¨ªpodas de su programa liberal de rigor y austeridad. Pero el concederle la iniciativa pol¨ªtica a su rival ERC equivale al error de Esa¨², cuando le vendi¨® la primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Pues puede que as¨ª Esa¨² Mas logre gobernar algunos a?os m¨¢s. Pero a cambio perder¨¢ la primogenitura nacionalista en beneficio de Jacob Junquera, cuyo abrazo del oso terminar¨¢ por asfixiarle como hizo Carod Rovira con Maragall y Montilla.
Y las cosas a¨²n pueden empeorar m¨¢s, pues todo parece indicar que, como reacci¨®n a la pu?alada por la espalda de Wert, est¨¢ a punto de fraguarse en Barcelona un segundo Pacto del Tinell, dirigido contra el PP y el Gobierno central, y en el que participar¨ªan tambi¨¦n los socialistas adem¨¢s de CiU, ERC e IC-V. Se recordar¨¢ que aquel primer Pacto del Tinell se firm¨® para excluir al PP de Aznar fuera de Catalu?a, y ah¨ª se origin¨® tanto la formaci¨®n del Tripartito catal¨¢n de Maragall y Montilla, de efectos tan desastrosos, como la catalanofobia espa?olista de la que habr¨ªa de surgir la sentencia del TC sobre el Estatut. Pues bien, cabe temer que ahora la historia se repita y asistamos a otro nuevo Tripartito que hunda todav¨ªa m¨¢s a Catalu?a precipitando el naufragio de CiU. ?Qui¨¦n asumir¨¢ semejante irresponsabilidad?
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