Los escuderos que llevaron a CiU al independentismo toman las riendas

Artur Mas lleva toda su trayectoria pol¨ªtica ligada a un grupo de fieles al que tradicionalmente se le ha llamado el pinyol (¡°hueso¡±). Lo forman la primera generaci¨®n netamente soberanista de Converg¨¨ncia, que aup¨® a Mas para suceder a Jordi Pujol. Para su reto pol¨ªtico final ¡ªMas ha anunciado en varias ocasiones que se retirar¨¢ si logra tirar adelante la consulta soberanista¡ª, el presidente catal¨¢n ha decidido dar todo el poder al pinyol, a sus escuderos m¨¢s fieles. El grupo original lo forman, adem¨¢s de Mas: el nuevo consejero de Presidencia, Francesc Homs; el de Justicia, Germ¨¤ Gord¨®; el presidente del grupo parlamentario de CiU, Oriol Pujol; el vicepresidente del Parlament, Llu¨ªs Corominas, y el exsecretario de Comunicaci¨®n de Converg¨¨ncia, ahora retirado de la pol¨ªtica, David Mad¨ª.

El peso de organizar la consulta recaer¨¢ en Homs. Gord¨®, hasta ahora en un discreto segundo plano pese a su influencia en Mas, deber¨¢ dise?ar el camino jur¨ªdico al refer¨¦ndum. Ambos ascienden tras ser secretarios generales en el anterior Ejecutivo. El poder en el partido ser¨¢ tarea de Pujol, que coordinar¨¢ la acci¨®n parlamentaria. Mad¨ª, pese a estar retirado, todav¨ªa mantiene ascendencia en el grupo.

El pinyol naci¨® y se fogue¨® en pol¨ªtica en la Federaci¨®n Nacional de Estudiantes de Catalu?a (FNEC), un sindicato estudiantil independentista. Pujol, Homs y Mad¨ª participaron en la organizaci¨®n de la campa?a Freedom for Catalonia, que en los a?os previos a los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona trat¨® de subrayar el catalanismo de las olimpiadas del 1992.

Por aquel entonces Mas ya estaba en Converg¨¨ncia, como concejal en Barcelona. ?l fue el escogido como l¨ªder del pinyol, que contaba con la bendici¨®n de la familia Pujol y que logr¨® situar a Mas en la carrera sucesoria del presidente de la Generalitat. Su primer objetivo lo consigui¨®, siendo candidato a las elecciones auton¨®micas de 2003. El segundo, ser presidente del Gobierno catal¨¢n, no lo alcanz¨® hasta 2010. Esos siete a?os, que en CiU se denominan la ¡°traves¨ªa del desierto¡±, sirvieron para fijar el rumbo del partido hacia el independentismo y afianzar el poder del pinyol en el partido.

Mas y su n¨²cleo duro, que se mantuvo unido pese a las penurias del partido, fueron consumando el viraje de Converg¨¨ncia al soberanismo. El primer paso fue el dise?o de la Casa Gran del Catalanismo, un intento de Mas de recuperar el papel hegem¨®nico de Converg¨¨ncia como fuerza nacionalista. Fue entonces cuando CDC se fij¨® como doctrina pol¨ªtica el derecho a decidir. La autodeterminaci¨®n, entendida primero como una asunci¨®n amplia de competencias y luego como un refer¨¦ndum por la independencia, ha marcado el camino de CiU desde 2007 hasta hoy. Primero fue el derecho a decidir en infraestructuras, una ampulosa forma de reclamar las competencias en cercan¨ªas, puertos y aeropuertos. En 2010 el partido logr¨® poner fin a siete a?os en la oposici¨®n gracias a reivindicar el pacto fiscal, un an¨¢logo del concierto econ¨®mico vasco que a Mas le gustaba definir como el derecho a decidir sobre todos los impuestos. Y en 2012 el pinyol ha logrado el salto definitivo que anhelaba cuando sus integrantes pugnaban por incluir enmiendas soberanistas en cada congreso de CDC. El objetivo ahora de Converg¨¨ncia es la independencia, y el camino, una consulta por la autodeterminaci¨®n que el nuevo Gobierno catal¨¢n se encargar¨¢ de fijar.

En 2010, Mas opt¨® por relegar a su n¨²cleo duro a un segundo plano para encarar el Ejecutivo a los recortes y a la salida de la crisis. El presidente aspiraba a formar el ¡°gobierno de los mejores¡±, t¨¦rmino con el que intentaba enfatizar la inclusi¨®n de consejeros independientes en algunos departamentos.

La opini¨®n de sus m¨¢s estrechos colaboradores fue decisiva para que Mas decidiera convocar elecciones despu¨¦s de la hist¨®rica manifestaci¨®n independentista de la Diada. La estrategia electoral, centrada en el independentismo, fue responsabilidad directa de Homs y Corominas. El pinyol lo controla todo en el partido, y sus errores ¡ªdirigentes no afines de CDC y los miembros de Uni¨® culpan a su estrategia del fracaso electoral¡ª se aparcan.

El objetivo del nuevo Gobierno es organizar la consulta soberanista. Un reto que ha obligado a dar m¨¢s peso pol¨ªtico al Ejecutivo, camino para el que Artur Mas no ha dudado en transitar, rodeado de sus m¨¢s fieles. Tambi¨¦n de Felip Puig, que sin formar parte del c¨ªrculo reducido de Mas, ha destacado siempre como uno de los l¨ªderes del sector soberanista de CiU.

En el camino se ha quedado el ¨²nico dirigente alejado del c¨ªrculo con posibilidades de suceder a Mas: Llu¨ªs Recoder, hasta ahora consejero de Territorio, aspiraba a un departamento con m¨¢s peso pol¨ªtico para ganar visibilidad. El n¨²cleo duro de Mas no ha transigido: el pinyol toma las riendas.