Rota, misiles que traen alquileres
Unos 3.400 estadounidenses llegar¨¢n con los buques del escudo de la OTAN. Muchos vivir¨¢n en el pueblo. En la base ya no caben
Si no fuera porque sus habitantes van vestidos de verde y caqui y porque hay que pedir permiso para entrar, la base militar de Rota, en C¨¢diz, parecer¨ªa un pueblo cualquiera... de EE UU. Con sus Kentucky Fried Chicken, sus helader¨ªas Baskin Robbins, su autocine, sus partidos de b¨¦isbol. Con sus ni?os jugando al baloncesto. Con su bolera y su campo de golf. Con su hospital, su iglesia y sus chal¨¦s pareados y barbacoas. Con sus atascos a la hora de salir de trabajar ¡ªcada d¨ªa entran en el recinto 18.000 personas y 9.000 veh¨ªculos¡ª y un guardia de tr¨¢fico que es, en realidad, un militar. Y, como en cualquier otro pueblo, con locales que cierran por la apertura de un centro comercial.
Entrar en la base de Rota, con casi 60 a?os de historia, es entrar en un pueblo americano. Las instalaciones, de 2.300 hect¨¢reas, con un per¨ªmetro de 26 kil¨®metros y un frente mar¨ªtimo de 6, ocupan casi un tercio del t¨¦rmino municipal. Tiene una poblaci¨®n de 20.500 personas, entre marinos espa?oles (8.728), militares estadounidenses (2.156), sus familias (unos 3.000 espa?oles y casi 2.000 americanos) y unos 1.500 empleados. Su dimensi¨®n ¡ªes la ¨²nica en Europa que tiene puerto y aeropuerto¡ª y su influencia en los rote?os es tan grande que cuesta decir qu¨¦ pueblo engendr¨® a cu¨¢l: si la base est¨¢ dentro de Rota o Rota dentro de la base militar.
EL PA?S ha visitado esos dos pueblos: Rota y su base, para analizar el impacto mutuo y las expectativas generadas ante el sorpresivo anuncio del expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que inaugur¨® su mandato comunicando la retirada de tropas de Irak y lo despidi¨® informando, a mes y medio de las elecciones generales, de que Rota acoger¨ªa el componente naval (cuatro buques destructores) del escudo antimisiles de la OTAN, una medida que supon¨ªa el mayor incremento de presencia militar estadounidense en suelo espa?ol de las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Lo hacemos convencidos de que este compromiso con la defensa colectiva es una garant¨ªa tambi¨¦n para la defensa de nuestro territorio y de los espa?oles¡±, dijo en la sede de la OTAN el 5 de octubre de 2011 ante el secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, Anders Fogh Rasmussen, y el secretario de Defensa de EE UU, Leon Panetta. ¡°Generar¨¢ un millar de puestos de trabajo directos e indirectos¡±, prometi¨®.
Zapatero anunci¨®? mil nuevos puestos de trabajo. Pero un mando militar asegura que los planes son reducir contratados
No fue Zapatero, ni nadie de su equipo, quien firm¨® el acuerdo con EE UU, porque mes y medio despu¨¦s el PSOE perdi¨® las elecciones. Lo firm¨® el ministro de Defensa del Gobierno de Mariano Rajoy, Pedro Moren¨¦s, con su hom¨®logo estadounidense el pasado 10 de octubre. Durante las negociaciones con Washington, que se prolongaron nueve meses, Zapatero ya hab¨ªa consultado con el l¨ªder del PP, entonces favorito en las encuestas, su apoyo a la iniciativa.
Pero los puestos de trabajo no est¨¢n garantizados. Ni siquiera para los ahogados astilleros de San Fernando. Espa?a no lo ha exigido as¨ª. El mantenimiento de los cuatro buques estadounidenses saldr¨¢ a concurso. No se sabr¨¢ qui¨¦n obtiene el jugoso contrato (unos 8,4 millones anuales) hasta la primavera.
Los americanos no pagan impuestos en los locales del recinto. ¡°La base no puede ser un para¨ªso fiscal¡±, clama la alcaldesa
¡°No se van a crear m¨¢s puestos de trabajo porque los americanos tienen 1.100 civiles contratados y hace tiempo que los quieren reducir¡±, asegura un mando de la base. ¡°?Qu¨¦ gana Espa?a? Prestigio. ?Y qu¨¦ gana Rota? Que los militares que vienen no van a vivir en la base, porque ya no caben. De hecho, est¨¢n haciendo obras para convertir los chal¨¦s pareados en uno solo porque quieren casas m¨¢s grandes. Van a alquilar sus viviendas fuera y van a consumir¡±.
El capit¨¢n Scott C. Kraverath, la m¨¢xima autoridad americana en la base, el alcalde de este pueblo, tampoco habla de puestos de trabajo, ni mucho menos del ¡°millar¡± que prometi¨® Zapatero. ¡°Aunque hay muchos factores implicados para poder facilitar una cifra exacta sobre el impacto econ¨®mico que el despliegue de estos cuatro buques supondr¨¢, la cantidad estimada de 1.300 militares [que vendr¨¢n a Rota con el escudo y que no sobrepasan el tope fijado en el convenio con Espa?a: 4.750], civiles y aproximadamente 2.100 familiares, tendr¨¢ sin lugar a dudas un impacto positivo en la econom¨ªa local¡±, afirma diplom¨¢ticamente. Lleg¨® a la base hace 18 meses para poner en marcha el escudo y se ir¨¢ en mayo. Se ha mudado 15 veces en 20 a?os.
¡°Se vendi¨® como una panacea, pero no va a ser todo tan paradisiaco¡±, explica la alcaldesa, Eva Corrales, del PP, quien conf¨ªa, eso s¨ª, en que los americanos alquilen y consuman en el pueblo. De hecho, quiere que el Ministerio de Defensa le ayude a cofinanciar una quinta puerta en la base para que los nuevos inquilinos puedan acceder sin atascos a una zona de urbanizaciones. Rota tiene 29.125 habitantes, 14.000 viviendas de segunda residencia y 4.455 parados. La tasa de paro es ligeramente inferior a la de otros municipios de la provincia con poblaci¨®n similar. Pero el efecto riqueza de la base, que para la alcaldesa es ¡°la empresa m¨¢s importante de C¨¢diz¡±, se ha ido diluyendo. El capit¨¢n de nav¨ªo Jos¨¦ Mar¨ªa Caravaca, en la base desde hace 26 a?os, mantiene que las instalaciones ¡°irradian 400 millones de euros al a?o en la zona¡± entre n¨®minas de empleados y relaciones con 700 empresas.
Los rote?os esperan con ansia la llegada de esos militares que trae el escudo porque conf¨ªan en recuperar as¨ª un poquito de ¡°los buenos a?os¡±, cuando en Rota hab¨ªa 11.000 americanos (militares y parientes), 4.000 familias viviendo de la base ¡ªahora son 1.000¡ª y taxistas que trabajaban sin parar y ganaban tanto dinero que diversificaron su econom¨ªa comprando casas para alquilar a los estadounidenses. Como el padre de Jos¨¦, que espera aburrido, sin clientes, en la parada de taxis a la puerta de la base. ¡°No le ve¨ªamos el pelo en casa porque estaba siempre trabajando. Dorm¨ªa cinco horas. Ganaba m¨¢s con las propinas que por las carreras y compr¨® una casa que luego alquil¨® a los americanos. Lleva cinco a?os vac¨ªa. Dentro de la base ahora tienen una empresa que les ayuda a buscar vivienda¡±. Ernesto, delante de otro taxi parado, explica: ¡°Esto era la gallina de los huevos de oro. Ahora solo pone huevos negros. Hay muchos menos americanos y salen menos¡±.
Los estadounidenses llaman ¡°rata de base¡± a los que nunca salen al pueblo y prefieren ir al cine, a comer o al gimnasio dentro de las instalaciones militares. No son pocos. La alcaldesa de Rota mantiene que cuando Zapatero no se levant¨® al paso de la bandera estadounidense en el desfile de la Fiesta Nacional de 2003, los americanos dejaron de salir a consumir al pueblo en represalia. Tom Brenan, de 58 a?os, lleg¨® a la base desde Idaho en 1978. En el hospital del recinto naci¨® su hijo en 1980. Hoy solo tiene un consejo para McLary, un estadounidense de 37 a?os reci¨¦n llegado: ¡°Sal de la base. Conoce gente. Aprende¡±.
Muchos de los que salieron se casaron. ¡°Hubo cierta caza del americano¡±, cuenta un veterano militar de la base. En 1965, un 20% de los matrimonios en Rota eran enlaces entre rote?a y estadounidense. En 1970, un 22%, recoge Alejandro Rom¨¢n en su estudio La poblaci¨®n de Rota durante el franquismo. En 1950 ten¨ªa 10.193 habitantes. Diez a?os despu¨¦s eran 16.856, y en 1981, 25.981.
Cuando hablan de ¡°los buenos tiempos¡±, muchos rote?os se refieren a la ¨¦poca en la que en Rota hab¨ªa submarinos nucleares estadounidenses (1963-1978) y 5.000 americanos m¨¢s, y sobre todo, a antes del euro. ¡°Eso cambi¨® mucho las cosas¡±, cuenta Antonio Franco, concejal de IU. ¡°Hace 30 a?os, un militar que ganaba 1.000 d¨®lares ten¨ªa un sueldo equivalente a unas 200.000 pesetas, que muy poca gente ganaba en Espa?a¡±. Brenan lo corrobora: ¡°Rota ha cambiado mucho. Cuando llegu¨¦, la mayor¨ªa de las casas no ten¨ªan tel¨¦fono. Hoy es todo mucho m¨¢s caro¡±.
Los estadounidenses ¡°repart¨ªan d¨®lares como si fueran estampitas de la Virgen. Y los rote?os dejaron el campo y se fueron a trabajar para ellos¡±, explica Ana Mar¨ªa Exp¨®sito, vicepresidenta de la asociaci¨®n de empresarios, comerciantes e industriales de Rota. ¡°Mi padre, alba?il, se fue a trabajar a la base de camarero y ganaba un 35% m¨¢s que un camarero del pueblo. Hoy tiene una pensi¨®n fabulosa. La base nos sac¨® adelante a los seis hermanos. Los domingos, mi padre me llevaba a comer a la pizzer¨ªa que hay dentro ¡ªtiene tanto ¨¦xito que hay quien se cuela en los maleteros de los coches para comer ah¨ª¡ª y luego a tomar un helado al Baskin Robbins. Era un d¨ªa redondo¡±, recuerda. ¡°Aqu¨ª es muy dif¨ªcil encontrar a gente contraria a la base. Los que se oponen son gente de fuera¡±.
¡°Todo el mundo tiene claro que es una fuente de riqueza¡±, insiste Jos¨¦ Javier Ruiz, concejal socialista en el Ayuntamiento. ¡°Aunque genera una servidumbre y hay mucha gente de fuera que piensa que Rota es solo una base. No se imaginan que aqu¨ª hay un castillo, y una iglesia...¡±.
Es cierto que en Rota es dif¨ªcil encontrar a gente contraria a las instalaciones militares. Y mucho m¨¢s a gente que cuando se le pregunta por el escudo antimisiles responda hablando de misiles, de Ir¨¢n o de peligro en lugar de americanos, alquileres y restaurantes. La plataforma andaluza contra las bases militares, que agrupa a diversas asociaciones, sindicatos y grupos ecologistas, organiza todos los a?os una marcha para mostrar su rechazo a las instalaciones. Izquierda Unida acude, pero con una pancarta propia en la que se lee: ¡°Menos servidumbre militar, m¨¢s alternativa laboral¡±. El coordinador de la formaci¨®n en la localidad, Manuel Carmona, explica lo dif¨ªcil de su posici¨®n: ¡°El lema de OTAN no, bases fuera aqu¨ª equivale a mandar a 1.000 familias al paro. Es el ¨²nico motor econ¨®mico del pueblo. Lo que pedimos es una compensaci¨®n por la servidumbre militar: Si est¨¢n, que paguen. Con esa compensaci¨®n podr¨ªamos fomentar otras fuentes de ingresos. Porque si el d¨ªa de ma?ana los americanos dicen que se llevan la base a Gibraltar porque all¨ª habla todo el mundo ingl¨¦s, aqu¨ª nos quedamos a dos velas¡±. Su padre trabaj¨® en la base de carpintero.
¡°La ¨²nica inversi¨®n que se plantea un rote?o es comprar una casa para alquilarla a los americanos. La base ha matado el esp¨ªritu emprendedor. Nos ha acomodado y adem¨¢s es un tab¨². Si la criticamos, somos los demonios del pueblo¡±, confiesa Manuel Jes¨²s Helices, edil de IU en el Ayuntamiento. ¡°A la gente le da miedo morder la mano que le da de comer¡±, concluye Carmona.
La alcaldesa est¨¢ enfrascada en una ardua negociaci¨®n con el Gobierno central, de su mismo partido, para recibir una compensaci¨®n por los impuestos que deja de ingresar en las instalaciones militares: por obras, IBI o veh¨ªculos. ¡°La base no puede ser un para¨ªso fiscal y as¨ª se lo hemos dicho al Ministerio de Hacienda. No podemos permitir que haya un pueblo dentro de otro pueblo y que uno pague impuestos y otro no¡±. El viernes pasado consigui¨® la autorizaci¨®n para cobrar el impuesto de veh¨ªculos.
La negociaci¨®n con la Administraci¨®n central es el ¨²ltimo cartucho del Ayuntamiento despu¨¦s de que el Supremo fallase que el Consistorio no puede cobrar el IBI a los edificios de la base que no tienen fin militar, como las pizzer¨ªas, helader¨ªas o viviendas, y por las que el Consistorio esperaba recaudar 1,3 millones de euros al a?o. La batalla por el cobro de impuestos se remonta a los ochenta y en ella han estado unidos todos los partidos de Rota frente al Gobierno central. En 2002, el mismo Tribunal Supremo dio la raz¨®n al Ayuntamiento al entender que los bienes ¡°de car¨¢cter comercial, deportivo o las instalaciones destinadas a esparcimiento¡± que hay dentro de la base no estaban afectos a la defensa nacional y, por tanto, a la exenci¨®n de impuestos. Pero ni el Ejecutivo de Aznar ni el de Zapatero acataron el fallo. Lo que se hizo fue cambiar la Ley de Haciendas Locales que generaliz¨® la exenci¨®n de impuestos para los suelos de inter¨¦s para la defensa nacional. El Consistorio opt¨® por dejar de abonar al Estado el equivalente a lo que ingresar¨ªa por el cobro de esos tributos. La ¨²ltima sentencia del Supremo, que se refiere solo al ejercicio de 2007, obliga ahora al Ayuntamiento a devolver al Estado casi 1,2 millones de euros. El alto tribunal explica su cambio de parecer en esa modificaci¨®n de la Ley de Haciendas Locales.
¡°La base es el 60% de la econom¨ªa de Rota¡±, explica la alcaldesa, pero ¡°genera una servidumbre muy importante¡±. El pasillo a¨¦reo impide construir en determinadas zonas y como la base no se puede cruzar ¡ªhubo un tren, pero se quit¨® a mediados de los ochenta¡ª, hay que rodearla: 17,50 kil¨®metros para ir a Rota. Pese a todo, la base ha tra¨ªdo al pueblo m¨¢s beneficios que inconvenientes. ¡°Cuando se construy¨®, aqu¨ª no hab¨ªa nada. Esto era un campo de mini-minifundios, los mayetos, donde se plantaban tomates y calabazas¡±, cuenta un mando espa?ol. ¡°De hecho, la base empez¨® a construirse con 300 burros que tra¨ªan la piedra hasta aqu¨ª¡±.
Fue por las 2.300 hect¨¢reas de esta instalaci¨®n militar por donde empez¨® a cambiar Espa?a en plena dictadura franquista. De eso hace casi 60 a?os, los que se cumplen en 2013 de los llamados Pactos de Madrid, por los que el l¨ªder del mundo libre, EE UU, se ali¨® con un dictador para instalar en ¡°el pa¨ªs m¨¢s anticomunista de Europa¡± y en plena guerra fr¨ªa cuatro bases militares, entre ellas Rota. ¡°Tenemos ahora que ingerir una p¨ªldora amarga: el acuerdo militar con la Espa?a de Franco. Esperemos que la medicina produzca m¨¢s efectos ben¨¦ficos que da?os¡±, escribi¨® en su editorial The New York Times. A cambio, Franco obtuvo un espaldarazo econ¨®mico y pol¨ªtico al r¨¦gimen que puso fin al aislamiento internacional de Espa?a: en 1955 ingres¨® en la ONU, y en 1958, en el FMI. ¡°Occidente recapacita¡±, proclam¨® el dictador en las Cortes.
Aquel acuerdo inicial era un cheque en blanco que inclu¨ªa una cl¨¢usula secreta, revelada por el historiador ?ngel Vi?as, por la que los estadounidenses pod¨ªan usar todo el suelo espa?ol a su antojo. ¡°En caso de evidente agresi¨®n comunista que amenace la seguridad de Occidente, podr¨ªan las fuerzas estadounidenses hacer uso de las zonas e instalaciones situadas en territorio espa?ol como bases de acci¨®n contra objetivos militares en la forma en que fuera necesario para la defensa de Occidente a condici¨®n de que, cuando surja tal situaci¨®n, ambos pa¨ªses se comuniquen, con la m¨¢xima urgencia, su informaci¨®n y prop¨®sitos¡±, dec¨ªa. Dej¨® de tener validez a finales de los setenta.
Sesenta a?os despu¨¦s, la base de Rota se prepara para acoger en 2014 los cuatro buques destructores americanos asignados al sistema antimisiles de la OTAN, un complejo entramado de sat¨¦lites y radares capaces de detectar el lanzamiento de un misil, ver su trayectoria, localizarlo en su ¨®rbita y destruirlo (con otro misil). El viejo proyecto de guerra de las galaxias de Reagan, que George W. Bush quiso retomar y que Barack Obama modific¨® por su desorbitado coste (20.000 millones de d¨®lares) y por el recelo que provocaba en el Kremlin, de forma que fuera un sistema de defensa compartido para los 28 miembros de la Alianza y en lugar de derribar en vuelo misiles intercontinentales, que solo figuran en los arsenales de las grandes potencias, sirviera para neutralizar los de corto y medio alcance.
As¨ª, Francia desplegar¨¢ un radar y un sistema de alerta, Holanda adaptar¨¢ sus fragatas, Turqu¨ªa tendr¨¢ un radar de detecci¨®n que determinar¨¢ la trayectoria del, misil, Ruman¨ªa y Polonia aportar¨¢n interceptores, y Rota, escogida por su estrat¨¦gica situaci¨®n ¡ªpuerta de entrada al Mediterr¨¢neo, a mitad de camino entre EE UU y Oriente Pr¨®ximo¡ª y ben¨¦vola climatolog¨ªa, cuatro buques con los misiles que destruir¨ªan el que pudieran lanzar reg¨ªmenes como Ir¨¢n o Corea del Norte.
El compromiso con el escudo refuerza el peso de Espa?a en la OTAN y puede aumentar su potencial como objetivo terrorista. Caravaca niega que vaya a aumentar el riesgo. ¡°El nivel de alerta de la base, lejos de aumentar, ha disminuido en los ¨²ltimos a?os. Formar parte de un sistema defensivo como este no hace m¨¢s que aumentar la seguridad colectiva. No pod¨ªamos decir que no¡±.
A los rote?os les gusta hablar de la base, pero sobre todo de la de hace 50 a?os. En plena dictadura, tras una larga autarqu¨ªa, la instalaci¨®n americana supuso la entrada en Espa?a no solo de productos extranjeros ¡ª¡°Pap¨¢ Noel vino a Rota antes que a ning¨²n otro lugar en Espa?a¡±, asegura Antonio Franco, de IU¡ª, sino prohibidos. Cada rote?o echa mano de un ejemplo distinto: unos recuerdan que gracias a la base consegu¨ªan preservativos; otros, m¨²sica rock, tabaco rubio o unos vaqueros a los que no hab¨ªa que ajustar el bajo porque ven¨ªan en distintas medidas. ¡°La base trajo modernidad¡±, resume el capit¨¢n de nav¨ªo Caravaca: ¡°Ven¨ªamos aqu¨ª y nos llamaba la atenci¨®n ver en las dotaciones de los buques americanos a personal femenino¡±. En el pueblo atribuyen al fallecido Manuel Fraga la siguiente frase durante una visita a las instalaciones en 1986, en pleno bombardeo de EE UU a Libia: ¡°Aqu¨ª no pasa nada. Yo solo he visto a unos americanos jugando al golf y a tres negritas mon¨ªsimas¡±.
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