C¨®mo viajar de 12.000 millones a cero

Hubo una hist¨®rica cumbre bilateral hispano-lusa celebrada en 2003 en Figueira da Foz, presidida por los conservadores Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en la que se presentaron cuatro megaproyectos de AVE: el Madrid-Lisboa, el Oporto-Vigo, el ramal Aveiro-Salamanca y el Faro-Huelva. El presupuesto que se manejaba por entonces mareaba: 12.000 millones de euros. Despu¨¦s, con los a?os, todos estos planes se olvidaron hasta que solo sobrevivi¨®, a duras penas, el m¨¢s obvio, los 700 kil¨®metros largos del Madrid-Lisboa, recorridos hoy a¨²n por un tren nocturno y viejo que tarda toda una noche en llegar. Durante los a?os siguientes, cumbre a cumbre, se ratific¨® el plan, aunque se empezaron a dar largas en cuanto a la fecha de conclusi¨®n. Aznar y Barroso, en 2003, aseguraron que en 2011 los lisboetas llegar¨ªan en el flamante AVE a Madrid (y viceversa) en menos de tres horas. Despu¨¦s, sucesivamente, se habl¨® de 2013, de 2015¡­

Hasta que lleg¨® la crisis. En 2009, en plena campa?a electoral portuguesa, la conservadora Manuela Ferreira Leite acus¨® a su oponente, el socialista Jos¨¦ S¨®crates, de trabajar m¨¢s por Espa?a que por Portugal al apoyar un AVE que, a su juicio, conven¨ªa m¨¢s a los espa?oles que a los portugueses. El tren de alta velocidad Madrid-Lisboa y, por extensi¨®n, la compleja relaci¨®n Portugal-Espa?a (vista desde Portugal) se convirtieron en el eje de una envenenada campa?a que, a la postre, gan¨® S¨®crates.

El dirigente socialista se agarr¨® al viejo proyecto de unir las dos capitales, y as¨ª lo ratific¨® en sus respectivas cumbres (cada vez m¨¢s descafeinadas, cada vez con menos dinero) celebradas con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.

Hasta que lleg¨® el rescate financiero en abril de 2011. Y nuevas elecciones en junio. El actual primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, siendo candidato, avis¨® de que abandonar¨ªa el proyecto si sal¨ªa elegido. Y as¨ª fue. En marzo del a?o pasado, Portugal daba por definitivamente archivado el AVE Lisboa-Madrid o, al menos, el Lisboa-Badajoz. Los casi 2.700 millones de euros de aportaci¨®n lusa al plan eran absolutamente inasumibles para un pa¨ªs atrapado en una recesi¨®n creciente, en un programa de recortes galopante, en una pol¨ªtica de adelgazamiento a machamartillo del gasto p¨²blico. Por poner un ejemplo: este a?o, el Gobierno portugu¨¦s est¨¢ empe?ado en ahorrar, a base de recortes en la funci¨®n p¨²blica que incluyen despidos de funcionarios y subida de las pensiones, unos 4.000 millones de euros.

As¨ª, la prioridad portuguesa en materia ferroviaria pasa ahora por construir una l¨ªnea de ancho europeo que conecte el puerto de Sines con Badajoz (y el resto de Europa) destinada, sobre todo, al tr¨¢fico de mercanc¨ªas a fin de favorecer las exportaciones. Tambi¨¦n podr¨¢ transportar viajeros, es cuatro veces m¨¢s barata y puede llegar a los 200 kil¨®metros por hora. El problema es que a¨²n carece de fecha clara de finalizaci¨®n.

Espa?a, por su parte, no ha renunciado al proyecto, aunque este se ha ralentizado. Con todo, hay voces cr¨ªticas que cuestionan una infraestructura que, sin su contrapartida lusa, carece, a su juicio, de mucho sentido. Eso sostuvo en mayo de 2012 el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, que ve¨ªa mal que Barcelona se apretara el cintur¨®n mientras el pa¨ªs ¡°contribu¨ªa a esa burrada¡±. El presidente de la Junta de Extremadura (la regi¨®n m¨¢s perjudicada por la decisi¨®n portuguesa de abandonar el proyecto), el popular Jos¨¦ Antonio Morago, le contest¨® de un modo terminante: ¡°Si ten collons (sic), d¨ªmelo a la cara¡±.