La f¨¢brica de los enchufes
El imputado Jos¨¦ Luis Baltar meti¨® a decenas de cargos y familiares del PP en la inflada plantilla de la Diputaci¨®n de Ourense, repleta de peones, telefonistas, limpiadores y porteros
En Ourense, la Diputaci¨®n es el PP. Y viceversa. Una ins¨®lita f¨¢brica de votantes para el partido sobre el que el exbar¨®n popular gallego Jos¨¦ Luis Baltar, ahora imputado por prevaricaci¨®n por sus contrataciones irregulares, apuntal¨® su feudo y su legado. La instituci¨®n ourensana emplea, al menos, a 400 cargos o familiares del PP en una plantilla que no alcanza el millar. El ¡°buen cacique¡±, como se autodenomina Baltar, convirti¨® la diputaci¨®n en su finca particular y a lo largo de las dos d¨¦cadas largas en las que la presidi¨® la sobredot¨® de empleos que no eran m¨¢s que un premio a la fidelidad. Empez¨® colocando a los suyos: las primeras mujeres de sus dos hijos obtuvieron plaza en propiedad y, despu¨¦s, sigui¨® creando puestos de trabajo a trav¨¦s de contratos temporales o de oposiciones calificadas por un tribunal formado por sus propios enchufados.
La instituci¨®n alcanz¨® el delirio empleador en 2010 cuando el patr¨®n se jugaba la sucesi¨®n din¨¢stica en el partido. Y la diputaci¨®n cumpli¨® su cometido: encumbr¨® a su v¨¢stago con los votos de los compromisarios contratados por Baltar en la instituci¨®n. Dos a?os despu¨¦s de aquel congreso, el patr¨®n consigui¨® testar a favor de su hijo tambi¨¦n la Diputaci¨®n. En realidad, una instituci¨®n ya extenuada, endeudada por tama?as contrataciones en un 96,55% y con un gasto en n¨®minas que se come 27,8 millones, casi la mitad de un presupuesto que no alcanza los 70 millones de euros. Solo el cap¨ªtulo de gastos corrientes (luz, limpieza, sellos y papeler¨ªa) y el pago de cr¨¦ditos e intereses absorben el 80% del presupuesto del monstruo en el que el primero de los Baltar convirti¨® la f¨¢brica de los votos del PP.
El buen cacique apenas invirti¨® un 1% en carreteras aunque los tres departamentos destinados a ello ¡ªV¨ªas y Obras, Cooperaci¨®n provincial e Infraestructuras¡ª tengan un ej¨¦rcito de personal: una base fija de 361 personas que, en las ¨¦pocas dulces, preelectorales, suelen ascender a 500 por la gracia de los contratos. Esto es, la mitad de la plantilla de la instituci¨®n trabaja en las pr¨¢cticamente inexistentes obras p¨²blicas de la provincia.
Solo estos empleados (en su mayor¨ªa parientes de los alcaldes y portavoces del PP en los distintos Ayuntamientos) se llevan en n¨®minas 11,8 millones de euros del presupuesto de 16,3 destinado a este ¨¢rea. El resto de las diputaciones gallegas tiene externalizado este servicio, pero Baltar se empecin¨® en mantenerlo jact¨¢ndose de ser un ¡°ejemplo de empleador¡± cada vez que la oposici¨®n le echaba en cara el despilfarro.
La Diputaci¨®n apenas invierte el 1% del presupuesto en carreteras, un ¨¢rea con 361 trabajadores
Los peones forman un s¨®lido ej¨¦rcito baltarista. Brigadas de m¨¢s de media docena de estos trabajadores construyen aceras en los pueblos. Cada una de estas peque?as obras dura m¨¢s de medio a?o. En la localidad de Reboredo, la brigada de la Diputaci¨®n lleva ya seis meses dedicada a la construcci¨®n de una acera de 200 metros de largo. Una empresa lo har¨ªa en menos de un mes, pero los alcaldes no se quejan: ¡°Queda perfecto¡±.
Pero si los empleados en V¨ªas y Obras son (num¨¦ricamente) la madre del cordero del enchufismo de la instituci¨®n provincial, este se extiende como una gripe a todos los organismos que dependen de ella. En realidad, Baltar siempre se entendi¨® mucho mejor con el pueblo llano. Entre los cientos de empleos que firm¨®, una aplastante mayor¨ªa se corresponde, adem¨¢s de con los peones, con telefonistas, limpiadores y porteros. La capacitaci¨®n que presentan, mayoritariamente, es la de ser sus propios alcaldes o portavoces, o los parientes de estos: mujeres, hijos, yernos, sobrinos...
Con los porteros hizo pleno. Colm¨® el edificio cultural de la instituci¨®n con 33 de ellos (ahora puntualiza que solo hay 16) para atender sus tres puertas. El visitante entra en esa sala y un enjambre de hombres y mujeres vestidos con traje oscuro se arremolinan en su entorno (siempre muy educadamente, siempre con una sonrisa, siempre con la mejor disposici¨®n) para atenderlo en lo que desee, aunque el visitante no desee m¨¢s que ver una exposici¨®n.
Pese a ello, a finales de 2009, en las v¨ªsperas del congreso provincial sucesorio, el gerente de ese centro cultural ¡ªantes jefe de prensa del propio Baltar en la Diputaci¨®n, Francisco Gonz¨¢lez¡ª reclam¨® 12 personas m¨¢s a trav¨¦s de un informe de urgencia a la presidencia. Baltar los firm¨®, junto a un ciento m¨¢s de contratos, sin informe de Intervenci¨®n ni de Secretar¨ªa. Le bast¨® con la r¨²brica de su responsabilidad paterna.
La plantilla de la Diputaci¨®n de Ourense duplica la de A Coru?a, donde viven cuatro veces m¨¢s ciudadanos
Entre el batall¨®n de sol¨ªcitos porteros del edificio cultural, que tiene un presupuesto anual de 1,1 millones de euros, est¨¢n colocados un pariente del alcalde de Xinzo de Limia; el cu?ado del jefe de compras de los talleres de la Diputaci¨®n (quien adem¨¢s consigui¨® emplear en la instituci¨®n a su mujer, a una hermana y a su cu?ado); una concejala del PP del Ayuntamiento de Sarreaus; el yerno del presidente de la Federaci¨®n Provincial de Asociaciones de Vecinos (que tiene por costumbre homenajear con una comida anual a los alcaldes del PP) y la sobrina del responsable del centro ecuestre de la Diputaci¨®n. Junto a ellos, un mont¨®n de ¡°agentes electorales¡±, seg¨²n ha denunciado hasta la saciedad la oposici¨®n: militantes del PP, con ascendiente en sus municipios, que se encargan de canalizar los votos hacia el partido. Muchos de ellos acaban ocupando puesto en las listas.
En el centro ecuestre de A Limia 17 personas cuidaban de 15 caballos en 2008. Entre los afortunados que encontraron empleo all¨ª figuraban el alcalde del PP de Trasmiras y media docena de concejales del mismo partido en otros Ayuntamientos de la provincia.
La gesti¨®n de ese centro ecuestre est¨¢ en tela de juicio. La Diputaci¨®n dirime ahora en un Juzgado de lo Contencioso de Madrid una parte de la financiaci¨®n ¡ªla aportaci¨®n de los fondos comunitarios¡ª con los que contaba en 2004 para la ¡°habilitaci¨®n¡± de esa h¨ªpica que cuesta 800.000 euros anuales a los ourensanos. Una inspecci¨®n del Ministerio de Hacienda detect¨® numerosas irregularidades.
Los limpiadores, los acomodadores (e incluso los ayudantes de acomodadores) constituyen otro tropel de empleados fundamentales del baltarismo. En este caso concreto, para el coqueto y remodelado teatro Principal de la ciudad (tambi¨¦n con un presupuesto anual de 1,1 millones, aunque apenas ingresa 20.000 euros) del que es gerente la exnuera del patr¨®n, la primera mujer del heredero pol¨ªtico, Olga Moj¨®n. De la misma forma que el gerente del edificio cultural, Moj¨®n reclam¨® tambi¨¦n personal mediante informe de urgencia en las v¨ªsperas del congreso que gan¨® su exmarido.
Al calor de los empleos que ha fomentado el buen cacique se han multiplicado los organismos dependientes de la Diputaci¨®n. El m¨¢s reciente, Urbaourense, una especie de agencia de desarrollo urban¨ªstico que Baltar cre¨® para competir con la de la Xunta de Galicia cuando la gobernaban PSOE y BNG. Nombr¨® a dedo al gerente, Jos¨¦ Cudeiro, un ex director general de la Xunta de Galicia, le puso un sueldo de 80.000 euros anuales y dos empleados en n¨®mina a su cargo. Uno de ellos, una administrativa hija del abogado personal del exbar¨®n. Adem¨¢s, blind¨® el contrato de Cudeiro para indemnizarlo con 200.000 euros en caso de disoluci¨®n del organismo. Urbaourense, que solo perdi¨® dinero ¡ªtiene un agujero de 381.000 euros¡ª se disolvi¨®. Ahora, el nuevo Baltar le busca al exgerente jefatura de servicio en la desbordada Diputaci¨®n.
Pero la red de empleos del organismo provincial va mucho m¨¢s all¨¢. Al Instituto Ourensano de Desarrollo Econ¨®mico (Inorde) no se le conocen grandes gestiones, pero tiene un presupuesto anual de 2,2 millones de euros y un buen n¨²mero de cargos y militantes del PP tambi¨¦n en n¨®mina. Empezando por el gerente.
Hasta la aprobaci¨®n de la Relaci¨®n de Puestos de Trabajo, la Diputaci¨®n era una finca asilvestrada. Despu¨¦s, tambi¨¦n. Durante las dos d¨¦cadas que duraron sus impenetrables mayor¨ªas absolutas, el buen cacique recib¨ªa cada jueves a un aluvi¨®n de alcaldes que acud¨ªan a interesarse por lo suyo. Cada vez m¨¢s, demandas de empleo en una provincia sin tejido empresarial. ?l les dec¨ªa a todos lo mismo: que s¨ª. Aunque el personal duplica al de la Diputaci¨®n de A Coru?a que atiende a una poblaci¨®n de 1,1 millones de personas frente a los poco m¨¢s de 333.000 de la de Ourense. Pero de su arbitrariedad con el personal da cuenta el que fue jefe del servicio de Publicaciones de la instituci¨®n, que detalla c¨®mo Baltar emple¨® en ese mismo departamento al hijo del entonces alcalde de su pueblo natal, Esgos, y de c¨®mo le ¡°pag¨® la n¨®mina¡± durante los a?os en los que el trabajador se fue a estudiar a Santiago ¡°sin pisar la Diputaci¨®n¡±.
El ex arquitecto jefe de la instituci¨®n, Emilio Fonseca ¡ªPremio Europa Nostra¡ª recuerda, ya con distancia, c¨®mo le ningune¨® el expresidente. Fonseca era el ¨²nico arquitecto de la Diputaci¨®n, pero no era de la cuerda de Baltar: le pagaba menos que a los t¨¦cnicos de grado medio que trabajaban en el mismo departamento. El arquitecto recurri¨® al sindicato mayoritario de la Diputaci¨®n, CC OO. Pero descubri¨® que estaban ah¨ª ¡°todos los alcaldes del PP, los que hab¨ªa colocado antes el presidente en el sindicato amarillo¡±. Se hab¨ªan cambiado de siglas.
Esta semana, despu¨¦s de que la fiscal¨ªa anunciase una querella por prevaricaci¨®n contra el hombre que controla a sus anchas la provincia desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, Baltar anunci¨® que se daba de baja temporalmente como militante del PP.
El futuro del v¨¢stago lo decidir¨¢, quiz¨¢ en marzo, el congreso provincial de un partido repartido por las dependencias de la exc¨¦ntrica Diputaci¨®n. O tambi¨¦n viceversa.
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