Percepci¨®n negativa

Espa?a es un pa¨ªs que, en conjunto, padece un nivel bajo de corrupci¨®n aunque, ciertamente, podr¨ªa ser a¨²n menor seg¨²n se desprende del ¨²ltimo ?ndice de Percepci¨®n de la Corrupci¨®n elaborado por Transparencia Internacional ¡ªel correspondiente a 2012¡ª: nuestro pa¨ªs aparece situado en el puesto 30 de un total de 174 pa¨ªses, una posici¨®n claramente mejorable pero no muy alejada de otros pa¨ªses de nuestro entorno (Francia, por ejemplo, est¨¢ en el puesto 22).

Sin embargo no es esa la sensaci¨®n que predomina entre la ciudadan¨ªa: la casi totalidad de los encuestados considera que existe mucha o bastante corrupci¨®n en nuestra vida pol¨ªtica y, adem¨¢s, que el grado de corrupci¨®n es ahora m¨¢s elevado que el de hace dos o tres d¨¦cadas, que es superior a la que existe en los pa¨ªses de nuestro entorno y que est¨¢ m¨¢s extendida en el ¨¢mbito pol¨ªtico que en el de otras esferas de nuestra sociedad.

En realidad, los propios espa?oles matizan la percepci¨®n inicial que declaran ya que reconocen de forma mayoritaria que, de hecho, no hay tanta corrupci¨®n como parece sino que se dan casos minoritarios pero suficientes como para poner en entredicho el buen nombre de los dem¨¢s.

Los ciudadanos proponen, adem¨¢s, posibles medidas para combatir la corrupci¨®n que pasan desde agilizar la Justicia en la investigaci¨®n de estos casos hasta no votar a listas que incluyan candidatos acusados de corrupci¨®n.

Sondeo tras sondeo los ciudadanos lo siguen reclamando: la necesidad de un gran pacto nacional entre los principales partidos pol¨ªticos para afrontar la actual crisis econ¨®mica que est¨¢ afectando gravemente a la calidad de vida de cada vez m¨¢s gente.

No obstante se muestran pesimistas con respecto a que ese entendimiento se vaya a producir, principalmente porque consideran que la ¨¦lite pol¨ªtica espa?ola no est¨¢ a la altura que demandan las actuales circunstancias.

Su preocupaci¨®n por resolver intereses partidistas antes que nacionales, su facultad de crear problemas antes que resolverlos y su incapacidad para llegar a acuerdos en cuestiones importantes son rasgos que seg¨²n la amplia mayor¨ªa de ciudadanos definen a nuestros actuales dirigentes.

No son solo peores que los de hace 20 o 30 a?os sino que, para la mayor¨ªa, con los actuales pol¨ªticos no se hubiera podido conseguir la transici¨®n a la democracia.

Jos¨¦ Pablo Ferrr¨¢ndiz es soci¨®logo y vicepresidente de Metroscopia.