De Cabo era ¡°el due?o y se?or, el hombre del ordeno y mando¡±
El testaferro de D¨ªaz Ferr¨¢n se embols¨® 45 millones al llegar a Marsans, que estaba en quiebra Habla el testigo que llev¨® a la c¨¢rcel a su jefe y al exjefe de la CEOE
?ngel de Cabo, testaferro del expresidente de la patronal CEOE Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, era en sus empresas (en pocas figuraba), ¡°el due?o y se?or de todo¡±, el hombre de los ¡°gritos¡± el del ¡°ordeno y mando¡± a sus trabajadores, el del ¡°esto lo quiero para ya¡±. Siempre ¡°con voces¡±. As¨ª lo define Jorge Garc¨ªa T¨¦llez, testigo clave del caso D¨ªaz Ferr¨¢n. Si quer¨ªa un informe, ning¨²n trabajador se iba de all¨ª, daba igual la hora, mientras no estuviera sobre su mesa. Hasta que el juez Eloy Velasco orden¨® el pasado diciembre su ingreso en prisi¨®n (junto a D¨ªaz Ferr¨¢n), De Cabo era el gran liquidador espa?ol de empresas en crisis,?en su versi¨®n m¨¢s pura y despiadada. Llegaba a ellas para, literalmente, limpiarlas de trabajadores y hasta de muebles.
La lujosa mesa de reuniones de Viajes Marsans (que cost¨® 30.000 euros) se la llev¨® al edificio de cinco plantas que posee su empresa en Valencia, con gimnasio y pista de p¨¢del. Cuando desvalij¨® Marsans, se enamor¨® de ella. Igual que de los supercoches que conservaban los empresarios a los que dec¨ªa ayudar: ¡°No es conveniente que te vean los empleados con un coche as¨ª¡±.
Pero lo que mejor se le daba a De Cabo era limpiar el dinero de las empresas en las que desembarcaba con los hasta 30 abogados y economistas que ten¨ªa en n¨®mina.?Le daba exactamente igual que miles o cientos de empleados llevasen meses sin cobrar. Si olfateaba cualquier bien traducible en liquidez, le faltaba tiempo para ordenar que se lo traspasasen a su cuenta. Su t¨¢ctica era rastrear con sus expertos empresas abocadas al concurso de acreedores y, en connivencia con los due?os, arruinados, desprenderse de los trabajadores. Y si hab¨ªa dinero para n¨®minas, se lo quedaba ¨¦l metiendo miedo: ¡°Hay que sacarlo ya, que mis contactos en la fiscal¨ªa me dicen que van a embargar las cuentas¡±. Todo mentira. Era para ¨¦l.
Iba de adinerado, ¡°pero nunca pagaba un duro por nada¡±. Si ve¨ªa tajada, desembarcaba en ella, fing¨ªa que la compraba por un precio s¨ªmbolico (a D¨ªaz Ferr¨¢n fingi¨® comprarle por 3.000 euros Viajes Marsans) y lo que realmente hac¨ªa era falsear las cuentas (le sobraban economistas) y crear falsas deudas con vistas a enga?ar al juez y sacar provecho del concurso de acreedores. Lo hizo con Teconsa, una empresa vinculada a la trama G¨¹rtel, y le sali¨® bien; lo hizo con la familia Ruiz Mateos en Nueva Rumasa, y tambi¨¦n gan¨® mucho dinero. Y lo ha hecho con el Grupo Marsans. Pero tanto fue el c¨¢ntaro a la fuente (sus acciones est¨¢n tipificadas en el C¨®digo Penal) que, ahora s¨ª, ha acabado en la c¨¢rcel con la mayor fianza impuesta por la justicia espa?ola: 50 millones de euros.
Este es el hombre al que acudi¨® un desesperado D¨ªaz Ferr¨¢n para que le ayudase a ocultar su patrimonio viendo que se le echaban encima sus 10.000 acreedores. El testimonio voluntario prestado ante la justicia por Jorge Garc¨ªa T¨¦llez, testaferro de De cabo, contable y durante un tiempo su hombre de m¨¢xima confianza, ha sido crucial para el juez. No es un mero testimonio (los casi 20 folios que ocupa se pueden leer en EL PA?S.com) fruto de comentarios de terceros. Garc¨ªa T¨¦llez, que define a De Cabo como ¡°un dictador¡± laboral, presenci¨® e intervino (¡°por orden suya, tem¨ªa perder mi trabajo¡±) directamente en casi todas las operaciones que condujeron al saqueo del Grupo Marsans. D¨ªaz Ferr¨¢n le dej¨® hacer y deshacer.
Al aterrizar en Marsans con su falso halo mesi¨¢nico, De Cabo oli¨® dinero f¨¢cil. Y, a la voz de ¡°lo quiero para ya¡±, orden¨® a sus expertos que se lo transfirieran a su (presunto) delictivo bolsillo. En total 45 millones de euros. Diez de ellos los sac¨® de una empresa de transportes que hab¨ªa logrado reunirlos para pagar n¨®minas atrasadas.
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