Deber cumplido
El ¡®storytelling¡¯ es ¡°el arte de naturalizar los hechos para convertirlos en leg¨ªtimos y necesarios¡±
El martes pasado, ante un redactor de The Economist, el presidente Rajoy ofreci¨® lo que bien pudiera ser considerado como el relato oficial de su presidencia: si ¡°no he cumplido con mis promesas¡± es porque ¡°he cumplido con mi deber¡±. Y al hablar de relato me refiero a la principal herramienta de comunicaci¨®n pol¨ªtica: el storytelling, o arte de normalizar y naturalizar los hechos para convertirlos en leg¨ªtimos, justos y necesarios. Se trata de un recurso opuesto a su contrario, el framing (encuadre, enmarcado), que viene a cuestionar y problematizar los hechos para tacharlos de injustos, patol¨®gicos o ileg¨ªtimos. Hasta ahora, Rajoy recurr¨ªa a un framing de tipo medicinal o terap¨¦utico, pues defin¨ªa la crisis como una enfermedad cuyo tratamiento exige administrar al cuerpo social una dolorosa cura de austeridad a base de ajustes, reformas y sacrificios. Pero ahora ha encontrado por fin un relato que contarnos, que como toda narraci¨®n se basa en la regla de que el fin justifica los medios, como moraleja de un final feliz.
En su libro sobre el storytelling, Christian Salmon propuso como ejemplo m¨¢s significativo el de la puesta en escena del segundo presidente Bush para justificar su cruenta invasi¨®n de Irak, cuando desembarc¨® en el portaaviones Enterprise disfrazado de piloto de combate con cazadora Top Gun ante una pancarta que rezaba ¡°Misi¨®n cumplida¡±. Pues bien, ahora el presidente Rajoy ha escenificado un montaje an¨¢logo para poder pronunciar ante la biblia del periodismo financiero id¨¦ntico mensaje: ¡°Deber cumplido¡±. As¨ª ven¨ªa a reivindicar un final feliz justificador de su cruenta pol¨ªtica de austeridad a cualquier precio. Y de paso, desestim¨® como irrelevantes todos los ¡°juegos o enredos¡± referidos a la corrupci¨®n, pues lo ¨²nico ¡°importante¡± es ¡°cumplir con su deber¡± en la lucha contra la crisis, igual que Bush dijo cumplir con su misi¨®n en la guerra contra el terror.
Ahora bien, el problema que plantean estos relatos pol¨ªticos no es tanto el de su puesta en escena, por lograda que parezca en esta ocasi¨®n tras poner por testigo a Michael Reid como editor de The Economist, sino su verosimilitud. Es decir, su credibilidad. ?De verdad ha cumplido Rajoy con su deber? ?Ha tenido ¨¦xito en su misi¨®n de combatir la crisis con el arma de la austeridad a cualquier precio? As¨ª lo afirma la propaganda de su partido y de su Gobierno, al sostener que las reformas aplicadas (consolidaci¨®n fiscal, flexibilizaci¨®n laboral y saneamiento bancario) han alcanzado sus objetivos recuperando la competitividad y la confianza de los mercados, como demostrar¨ªa la mejora del saldo exterior y el control de la prima de riesgo. Pero cabe dudarlo. Y si esa presunci¨®n se puede poner en duda es por dos tipos de razones: los datos objetivos y la autor¨ªa de la supuesta mejora.
Ante todo, no es cierto que la austeridad haya tenido ¨¦xito en la lucha contra la recesi¨®n. Por el contrario, no solo la ha agravado sino que ha diferido todav¨ªa m¨¢s la cada vez m¨¢s lejana reactivaci¨®n. Sea cual sea el indicador que se utilice (ca¨ªda del PIB y de la producci¨®n industrial, incremento del paro y destrucci¨®n de empleo, p¨¦rdida de afiliados a la seguridad social, cierre de empresas, aumento de los ERE y las suspensiones de pagos, p¨¦rdida del poder adquisitivo de los salarios, ca¨ªda de la renta familiar disponible, hundimiento del consumo, empobrecimiento general, aumento de la desigualdad y la exclusi¨®n social, incremento de los desahucios¡), en todos los casos las cifras del a?o 2012 se han agravado mucho m¨¢s que las de 2011. Y si el saldo exterior ha mejorado, lo ha hecho por la ca¨ªda brutal de las importaciones, m¨¢s que por el leve ascenso de las exportaciones.
En cuanto a la confianza de los mercados en la econom¨ªa espa?ola, es verdad que se ha recuperado, a juzgar por la prima de riesgo estabilizada en 350 puntos b¨¢sicos (aunque siga siendo una cifra insostenible en el tiempo). Pero aqu¨ª debemos preguntarnos si esa mejora se debe, o no, a la acci¨®n de gobierno de Rajoy. Y para ser objetivos habr¨¢ de reconocerse que no. Por el contrario, este Gobierno nos hundi¨® en la peor crisis financiera que se haya visto nunca: la iniciada en mayo con la quiebra de Bankia para colapsarse en julio con la petici¨®n de rescate bancario, ascendiendo la prima de riesgo a 638 pb. Y quien nos salv¨® de esa crisis ag¨®nica no fue la acci¨®n del Gobierno espa?ol sino la exigencia de Bruselas, que nos impuso el MoU con su reforma de la supervisi¨®n financiera, y el respaldo oficial del BCE, cuyo presidente Draghi pronunci¨® aquellas palabras m¨¢gicas (¡°cr¨¦anme, ser¨¢ suficiente¡±) como sello de garant¨ªa para Espa?a e Italia. Por tanto, quien ha cumplido con su deber no fue Rajoy sino los hombres de negro que se lo dictan y le supervisan, como emisarios de Fr¨¢ncfort y Bruselas.
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