Un municipio espl¨¦ndido

Un repartidor del Ayuntamiento va tocando, una por una, a las puertas de la treintena de casas de San Miguel de Aguayo. Es el aviso de que la Navidad ha llegado a este peque?o pueblo de la comarca c¨¢ntabra de Campoo-Los Valles. El joven deposita en cada domicilio una caja de regalo de parte del Consistorio con cava, embutidos, turr¨®n y frutos secos, adem¨¢s de golosinas. Solo es un detalle m¨¢s que el Ayuntamiento tiene con sus 174 vecinos, que gozan, adem¨¢s, de reparto de le?a, transporte gratuito al mercado de Reinosa o al ambulatorio de la Seguridad Social. Hasta este verano, adem¨¢s, el municipio ¡ªintegrado por otras dos poblaciones, Santa Mar¨ªa y Santa Olalla¡ª les regalaba un viaje de una semana a destinos de Portugal, Andaluc¨ªa o Galicia. Cosas de la crisis.

?¡°Ahora estamos muy bien. Recuerdo cuando lav¨¢bamos en el r¨ªo y sec¨¢bamos la ropa en la lumbre¡±. Las grandes nevadas hacen que los inviernos en San Miguel, donde Mar¨ªa Teresa Sansegundo ha pasado ¨ªntegros sus 84 a?os, sean muy duros. La octogenaria se refiere al riachuelo que atraviesa el pueblo. El agua esconde parte de la explicaci¨®n de la dadivosidad municipal. La empresa alemana E.ON paga medio mill¨®n de euros anuales al municipio por la central hidroel¨¦ctrica del embalse del Alsa, un ingreso extraordinario para un pueblo de su tama?o. El Ayuntamiento cont¨® en 2012 con un presupuesto de 953.221 euros, seg¨²n el Gobierno de Cantabria. Esta cifra es casi tres veces superior a la de, por ejemplo, Tudanca, otra localidad c¨¢ntabra de poblaci¨®n similar.

La Navidad avanza y el pueblo se re¨²ne a comer en la casa de la cultura. Es el momento de repartir los regalos para los ni?os. El Pap¨¢ Noel municipal les entrega juguetes. Los mayores tambi¨¦n reciben por estas fechas obsequios como carteras, bufandas o perfumes. Sansegundo no le da importancia. Para ella, el verdadero regalo se lo hizo el inventor de la lavadora. Los vecinos no quieren fomentar una reputaci¨®n falsa de peque?o para¨ªso e invitan a dar un paseo por el conjunto de calles humildes, donde no hay ni una sola tienda. La vida aqu¨ª, dicen, hay que trabajarla mucho, y poco les alivia que el municipio facilite un taxi, que funciona como una l¨ªnea de autob¨²s, para ir al mercado de los lunes en Reinosa, a unos 20 kil¨®metros, o que se encargue de que no falte el suministro de le?a.

Una carretera serpenteante sube a casi 900 metros en un paisaje verde parcheado por balsas de nieve. Despu¨¦s, quietud, o casi. Estamos a 69 kil¨®metros al sur de Santander. Un ni?o, hay 12 en San Miguel, corre a coger el autob¨²s escolar. Se acercan las nueve de la ma?ana. Los perros se encargan de avisar de forma estruendosa de cualquier movimiento. Huele a le?a quemada. Hay una pila en cada puerta, gentileza del Ayuntamiento. Un vecino se disculpa. No puede detenerse a charlar porque toca saneamiento de vacas. Ya por la tarde, vuelve a saludar, mientras conduce una manada de caballos hacia el monte. El 90% de la poblaci¨®n se dedica a la ganader¨ªa, aunque no corren buenos tiempos. Electra de Viesgo, fundada en Santander en 1906, puso en marcha en 1983 la central hidroel¨¦ctrica ligada indisolublemente a San Miguel de Aguayo. La empresa alemana E.ON compr¨® la compa?¨ªa c¨¢ntabra en 2008. Pero los beneficios han llegado al pueblo en forma de ingresos fiscales, no de puestos de trabajo. Hay una veintena de parados en el municipio.

La crisis tambi¨¦n ha llegado al municipio. Este a?o se han interrumpido los viajes gratuitos de una semana

Alberto Fern¨¢ndez, alcalde, del Partido Regionalista de Cantabria, enumera la lista de proyectos de su Ayuntamiento, que va m¨¢s all¨¢ de los ¡°detalles¡± con los vecinos. Por ejemplo, las dos m¨¢quinas quitanieves del Ayuntamiento que se encargan de mantener la carretera despejada en el invierno, los kil¨®metros de cemento para acceder a los prados, los refugios para ganaderos en la monta?a... Eso, y las clases de ingl¨¦s y de refuerzo que cada tarde reciben los ni?os y que son pagadas por el Consistorio. ¡°Esas clases llevan d¨¦cadas¡±, justifica el alcalde. ¡°Son un incentivo para que las familias no abandonen San Miguel. Esos gastos son una peque?a parte del presupuesto¡±, aclara. Fern¨¢ndez es uno de los regidores c¨¢ntabros de poblaciones de menos de 1.000 habitantes que se quedar¨ªan sin salario si sale adelante la reforma de la Administraci¨®n local del Gobierno de Mariano Rajoy.

Bruno Palazuelos, de 40 a?os, decidi¨® en 2006 cambiar la ciudad por el campo junto con su familia. Piensa que las d¨¢divas para los habitantes de San Miguel se han descontextualizado. ¡°Aqu¨ª se vive normal. No tenemos grifos de oro o un cheque para cada vecino¡±, ironiza. ¡°No ha habido desarrollo urban¨ªstico. Me gustar¨ªa ver cu¨¢nto se gastan otros Ayuntamientos en protocolo¡±. Palazuelos no est¨¢ de acuerdo con los viajes o las cestas, pero cree que los servicios que se ofrecen ¡°son muy buenos¡±.

Pero no todos piensan igual. ¡°Ha habido muchas medidas electoralistas¡±, critica Baldomero Guti¨¦rrez, de 61 a?os, que corta le?a enfrente de su casa, justo al lado del edificio consistorial. ¡°?D¨®nde est¨¢ el dinero?¡±, se preguntan ?ngel Conde y Remigio Sainz, apostados a la entrada de una cuadra. Ambos est¨¢n desempleados y lamentan la p¨¦rdida de los trabajos que antes daba el Ayuntamiento ¡ªcinco contratos temporales, que ahora se han reducido a dos¡ª y que la central hidroel¨¦ctrica no ayuda. Conde apunta hacia la iglesia de San Miguel, con su campanario de espada?a, que se alza en una de las colinas del pueblo desafiando al Ayuntamiento, que preside la otra. ¡°Fue destruida por un rayo y se reconstruy¨® con fondos municipales¡±, relata. Un sacerdote dice misa dos s¨¢bados al mes. ¡°Un malgasto de dinero¡±, proclama Conde.

Teresa Sansegundo celebra los pitidos que anuncian la llegada de las furgonetas de las mercanc¨ªas. Una de ellas trae el pan y el peri¨®dico, otra vende pescado, pero sus idas y venidas son un poco imprevisibles. ¡°?Ves? Aqu¨ª tenemos de todo¡±, recalca satisfecha desde su sill¨®n, algo gastado.

La compa?¨ªa E.ON ha presentado un plan de ampliaci¨®n de la central que supone la inversi¨®n de 600 millones de euros. A falta de que se aprueben las autorizaciones, la empresa a¨²n desconoce el comienzo de las obras, que se extender¨¢n a lo largo de unos cinco a?os, pero s¨ª confirma que esta central hidr¨¢ulica se convertir¨¢ en la segunda de bombeo [el agua sube o baja para generar electricidad seg¨²n las necesidades] m¨¢s grande de Espa?a tras la de La Muela, en Valencia. El pueblo responde con un ¡°ya veremos¡± al n¨²mero de trabajos que el proyecto reporte, del que E.ON a¨²n no hace previsiones. Aun as¨ª, el Ayuntamiento ha tenido que pedir a los vecinos de localidades de los alrededores que dejen de entregar curr¨ªculos para los posibles trabajos en la central, ya que no es su misi¨®n, aclaran, decidir los contratos.

Mientras tanto, Bruno Palazuelos lo tiene claro. El futuro es que ¡°casi todos¡± los ni?os que han venido recibiendo clases de refuerzo gracias al Ayuntamiento en San Miguel de Aguayo han completado la ense?anza obligatoria.