Rubalcaba intenta enfriar la rebeli¨®n de socialistas catalanes y gallegos
La direcci¨®n del PSOE descarta la ruptura con el PSC y encara una negociaci¨®n de meses El PSdeG abre otra crisis al ignorar los estatutos del partido

La direcci¨®n del PSOE decidi¨® hace cinco meses atender las peticiones expresas de los socialistas catalanes ¡ªen plena ola soberanista en Catalu?a¡ª e inici¨® un viaje mete¨®rico hacia el federalismo, propuesta de reforma constitucional incluida. Algo tan de fondo y que en otro tiempo habr¨ªa llevado meses de debate interno se asumi¨® casi de un d¨ªa para otro: el secretario general, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, lo anunci¨® de corrido en una entrevista de televisi¨®n y otra de radio en los agitados d¨ªas de septiembre que siguieron a la manifestaci¨®n de la Diada.
Cinco meses m¨¢s tarde, el equipo de Rubalcaba y varios de sus principales barones territoriales contemplan entre furiosos y resignados la actitud del PSC, que en una sola semana pidi¨® la abdicaci¨®n del Rey a espaldas del PSOE y consum¨® una rebeli¨®n de sus diputados en el Congreso para apoyar, contra el criterio del grupo socialista y en la sede de la soberan¨ªa nacional, una resoluci¨®n a favor de un refer¨¦ndum soberanista en Catalu?a. A esa rebeli¨®n se a?adi¨®, ayer mismo en Galicia, otro foco de desaf¨ªo a la autoridad de Rubalcaba y su ejecutiva: el PSOE gallego aprob¨® convocar primarias para elegir al pr¨®ximo secretario general, salt¨¢ndose los estatutos del partido, y a pesar de las advertencias de Ferraz.
El secretario general trata de aplacar la indignaci¨®n de los barones
Dos crisis muy distintas pero que han explotado en la misma semana, dur¨ªsima para los socialistas, y a las que Rubalcaba va a responder igual: tom¨¢ndoselo con calma y apost¨¢ndolo todo al di¨¢logo. Con el PSC no hay ninguna intenci¨®n de romper, y s¨ª ¡°mucha voluntad mutua de reencontrarse¡±, dicen fuentes del entorno m¨¢s directo del secretario general; y a los socialistas gallegos se les explicar¨¢ que lo que han aprobado ¡°no se puede llevar a la pr¨¢ctica, no porque a Rubalcaba no le guste sino porque vulnera los estatutos que el partido se dio democr¨¢ticamente¡±, y se confiar¨¢ en que acaben reculando.
En el caso de la relaci¨®n con el PSC, el asunto m¨¢s de fondo, el equipo de Rubalcaba prefiere enfriar as¨ª la indignaci¨®n de algunos barones y miembros de la ejecutiva, que hab¨ªan planteado la necesidad de dar un pu?etazo en la mesa ¡ªincluso rompiendo lazos con el PSC¡ª ante la deriva soberanista del partido que los representa en Catalu?a. En esa l¨ªnea presionan hist¨®ricos como Alfonso Guerra o secretarios generales de plazas emblem¨¢ticas como Extremadura o Castilla-La Mancha.
¡°Todos los esfuerzos que hemos hecho en estos meses para apoyar al PSC, a pesar de nuestras importantes discrepancias con ellos, y reforzar a Pere Navarro nos los pagan as¨ª, con la votaci¨®n del otro d¨ªa. No esperaba esta deslealtad¡±, se lamenta un dirigente federal, con palabras que comparten otros. Hay tambi¨¦n, sin embargo, quien desde dentro del PSOE se?ala que no es justo ¡°dramatizar¡± ahora cuando el PSC no ha hecho sino votar ¡°lo mismo que llevaba en su programa electoral¡±, programa al que la direcci¨®n federal no puso ni un pero en campa?a: constat¨®, s¨ª, que el ¡°derecho a decidir¡± era una ¡°discrepancia¡± porque el PSOE nunca lo aceptar¨ªa, pero le rest¨® toda importancia.
Ahora la discrepancia ha explotado, se ha resuelto con multas a los diputados d¨ªscolos ¡ªy con la salida del PSC, no se sabe si temporal o permanente, de la direcci¨®n del grupo parlamentario¡ª y los dos partidos van a sentarse a ¡°revisar¡± su protocolo de relaciones. Fuentes de Ferraz, que hace solo dos d¨ªas aseguraban que el acuerdo podr¨ªa estar listo en uno o dos meses, apuntan ahora a que esa negociaci¨®n va para largo. ¡°Llevar¨¢ varios meses, porque se quiere hacer a fondo y en paralelo a la discusi¨®n sobre el nuevo modelo territorial del PSOE¡±, dicen. Las bases del acuerdo ser¨¢n tres: ¡°reciprocidad, simetr¨ªa y autonom¨ªa¡±. Pero a¨²n no est¨¢ decidido si la simetr¨ªa significar¨¢, por ejemplo, que el PSOE tenga voz y voto en la ejecutiva del PSC, como s¨ª ocurre a la inversa; o si la autonom¨ªa supondr¨¢ dar cierto margen a los diputados catalanes para saltarse la disciplina de voto en el Congreso como hicieron el otro d¨ªa, por primera vez, por la v¨ªa de los hechos consumados.
El miedo de muchos es que el desaf¨ªo del PSC en el Congreso se repita
El miedo de muchos en distintas federaciones del PSOE es que, como el proceso soberanista no ha hecho m¨¢s que empezar, la situaci¨®n que se vivi¨® el 26 de febrero en el Congreso, con el PSOE incapaz de frenar la desobediencia de los diputados del PSC, se repita en una agon¨ªa insoportable. En el entorno de Rubalcaba asumen que ¡°puede ocurrir¡±, pero creen que, pasado el golpe de la primera, las siguientes ser¨ªan menos dolorosas. Otros dirigentes est¨¢n profundamente preocupados: ¡°Seguro que CiU ya est¨¢ preparando la siguiente resoluci¨®n. No van a parar, para ellos es un arma letal con el ¨²nico objetivo de dividirnos. No podemos estar viviendo esto durante dos a?os¡±, se desespera un miembro de la c¨²pula.
En esa l¨ªnea, un diputado lamenta que el PSC no se conformara con ¡°una propuesta tan generosa como era la de reformar la Constituci¨®n¡±, y confiesa: ¡°El viernes anterior a la votaci¨®n, cuando vi la resoluci¨®n que hab¨ªa registrado CiU sobre el derecho a decidir, dije: ¡®Esto ya no tiene arreglo¡±. ¡°El PSC ha sido literalmente arrastrado por la marea que surgi¨® hace cinco meses en Catalu?a. El PSC se nos ha ido a esa v¨ªa¡±, interpreta este veterano dirigente que, sin embargo, no quiere cargar las culpas sobre los socialistas catalanes. ¡°Este problema no es del PSC con el PSOE, es de Catalu?a con el resto de Espa?a. En cualquier momento le pasar¨¢ tambi¨¦n al PP¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.