Dos meses refugiado en la Embajada espa?ola en Malabo
La peripecia de un empresario retenido en Guinea Ecuatorial
Roberto Cubr¨ªa, empresario valenciano de 45 a?os, ha pasado 59 d¨ªas refugiado en la Embajada espa?ola en Malabo. Dorm¨ªa en un sof¨¢ de la biblioteca y se aseaba en la ducha de la piscina. Nunca sal¨ªa solo a la calle por temor a ser detenido. O algo peor. Califica de ¡°excepcional¡± el trato que le brind¨® el personal de la Embajada en Guinea Ecuatorial, pero se confiesa ¡°avergonzado¡± de que su pa¨ªs fuera incapaz de evitar la ¡°extorsi¨®n¡± de la que, seg¨²n sus palabras, ha sido v¨ªctima.
Bajo enga?o, viaj¨® a Malabo el pasado 11 de diciembre, con billete de vuelta para cuatro d¨ªas despu¨¦s. Su objetivo era comprobar la instalaci¨®n de las naves que su empresa, Soluciones Modulares, hab¨ªa vendido a la ecuatoguineana Gao Services, y resolver las discrepancias sobre el precio de las modificaciones pedidas por el cliente a posteriori. Era una discrepancia amistosa. El representante de Gao en Espa?a, Antonio Olo Nchama, iba a acompa?arle, pero se excus¨® a ¨²ltima hora, aunque le pidi¨® que llevase unos juguetes para los hijos de su hermana por parte de madre, Genoveva Andeme. Roberto los pag¨® de su bolsillo: 600 euros.
En el aeropuerto de Malabo lo recogi¨® Faustino, un polic¨ªa al servicio de Genoveva. Le extra?¨® que no le devolvieran el pasaporte, pero el polic¨ªa le tranquiliz¨® explic¨¢ndole que hab¨ªa medidas de seguridad extraordinarias por una cumbre de estados africanos y que ¨¦l lo recoger¨ªa personalmente. Durante los d¨ªas siguientes, Faustino le fue dando largas mientras Roberto inspeccionaba el montaje de los hangares prefabricados y charlaba con Genoveva sobre proyectos futuros. Le garantiz¨® que le enviar¨ªa la nave pendiente cuando le abonase la factura con los gastos extra. A ella no le gust¨® la idea.
La polic¨ªa le quit¨® su pasaporte por una disputa comercial con la hija de Obiang
Lleg¨® el 15 de diciembre y Roberto no pudo tomar el vuelo a Madrid. Segu¨ªa sin pasaporte. Comunic¨® su situaci¨®n a la Embajada espa?ola y all¨ª le dieron dos sorprendentes consejos: que no acudiera a recogerlo a la comisar¨ªa de la Polic¨ªa guineana y que dejase su hotel y se trasladara a vivir a la sede diplom¨¢tica.
Las gestiones para conseguir la devoluci¨®n de su pasaporte fueron infructuosas. As¨ª que el c¨®nsul dot¨® a Roberto de un salvoconducto de viaje y el 25 de diciembre fue por segunda vez al aeropuerto, esta vez acompa?ado por personal diplom¨¢tico.
Ya con la maleta en el avi¨®n y la tarjeta de embarque en la mano, un polic¨ªa le cerr¨® el paso. Al verificar sus datos personales salt¨® una alarma. El ministro ecuatoguineano de Seguridad Nacional, que hab¨ªa dicho a la Embajada que Roberto pod¨ªa salir del pa¨ªs sin problemas, aleg¨® ahora que ten¨ªa que revisar el caso.
Mientras tanto, el representante de Gao en Espa?a telefone¨® a la esposa de Roberto. Le dijo, confundi¨¦ndola con una secretaria, que su jefe estaba en Guinea y no saldr¨ªa de all¨ª hasta que le entregase la nave que faltaba. Agreg¨® que sab¨ªa la direcci¨®n de su casa. Olo llam¨® m¨¢s veces, siempre con el mismo objetivo e igual tono amenazante, aunque distintos interlocutores.
En Guinea, Genoveva denunci¨® a Roberto por estafa. Le acus¨® de haberle vendido material de mala calidad y de no haber fabricado siquiera el hangar pendiente. Un perito certific¨® la calidad del producto y la empresa fabricante de los paneles del ¨²ltimo hangar acredit¨® que estaban ya listos para su entrega.
El empresario ha ¡®regalado¡¯ material por 50.000 euros para salir del pa¨ªs
Genoveva present¨® su denuncia el 17 de diciembre, una semana despu¨¦s de que a Roberto le retirasen el pasaporte. El juez, que no abri¨® diligencias hasta el 16 de enero, nunca le prohibi¨® expresamente salir del pa¨ªs. Cuando le pregunt¨® por qu¨¦ no le devolv¨ªa su pasaporte, respondi¨®: ¡°Preg¨²ntele a quien se lo quit¨®¡±.
El juez inst¨® a Roberto a llegar a un acuerdo extrajudicial con Genoveva. Lo mismo le aconsej¨® la Embajada. El proceso pod¨ªa prolongarse seis meses y, mientras, ¨¦l seguir¨ªa retenido all¨ª. Roberto propuso que la entrega del ¨²ltimo hangar y el pago fuesen simult¨¢neos. Genoveva se neg¨®. Roberto tuvo que ceder.
El 14 de febrero, despu¨¦s de que Olo recogiera el material en Espa?a, Genoveva retir¨® la denuncia y Roberto recuper¨® su pasaporte. Los m¨¢s de 50.000 euros que le ha costado su libertad salieron de sus padres y de un cr¨¦dito con el aval de su casa.
Genoveva Andeme Obiang es una mujer influyente. Tiene pasaporte diplom¨¢tico y un polic¨ªa de escolta. Es directora adjunta del BEAC, el banco central de ?frica Occidental. En 2011 compr¨® una casa en Maryland (EE UU) por 600.000 d¨®lares. Pero, sobre todo, es hija del dictador del pa¨ªs, Teodoro Obiang.
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