El Poder Judicial reabre su batalla por el Constitucional
La renovaci¨®n del tribunal divide a¨²n m¨¢s a los progresistas y conservadores del Consejo
Uno y uno. Es decir, uno conservador y el otro progresista. Este es el sentir que anida entre los vocales del Consejo del Poder Judicial con vistas al pleno en el que deber¨¢n designar a las personas que ocupar¨¢n las dos pr¨®ximas sillas (de las 12 existentes) que van a quedar vacantes en el Tribunal Constitucional.
El pasado 4 de febrero, el presidente del Consejo, Gonzalo Moliner, inform¨® a los vocales de la recepci¨®n de una carta del Constitucional alertando de que, para junio tiene que haber fumata blanca en la designaci¨®n de los relevos de los magistrados Pascual Sala (actual presidente, y progresista) y Ram¨®n Rodr¨ªguez Arribas (conservador). No ser¨¢ balad¨ª esta votaci¨®n: de ella depende que el alto tribunal cambie su actual mayor¨ªa progresista por otra conservadora. Solo unos d¨ªas despu¨¦s de la llegada de la carta empezaron a surgir nombres. Adem¨¢s, al menos siete magistrados de ambas sensibilidades est¨¢n ofreci¨¦ndose como candidatos. Una vez m¨¢s, se abre la batalla por el voto en el Consejo del Poder Judicial.
Los vocales que conforman las dos grandes sensibilidades del Consejo (los elegidos a propuesta del PP y los del PSOE) han estado divididos ¡ªy subdivididos¡ª a lo largo de la legislatura, que expira en septiembre. En ambos sectores hay grietas internas irreconciliables, la m¨¢s grande, en las filas progresistas, donde casi desde el principio han reinado grup¨²sculos al margen de la disciplina de grupo que incluso se han aliado con los vocales de la derecha para repartirse los cromos. Y es que en este Consejo, en muchas votaciones, ha imperado el amiguismo por encima de las afinidades ideol¨®gicas. El inesperado t¨¢ndem formado por Margarita Robles (propuesta por el PSOE) y sus dos sempiternos delfines (F¨¦lix Az¨®n e Inmaculada Montalb¨¢n) y por el conservador Manuel Almenar, tambi¨¦n con los suyos de la conservadora Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (APM), han logrado colocar a muchos de los altos cargos de la judicatura espa?ola durante esta legislatura. Este es el origen de las brechas que aquejan a ambos sectores.
Detr¨¢s de estas dos plazas del Constitucional est¨¢n en juego importantes leyes abanderadas por el PP y, sobre todo, la postura que adoptar¨¢ el renovado Constitucional frente al desaf¨ªo soberanista. Vocales consultados afirman que ya est¨¢ sobre la mesa el debate sobre los nombres. Juan Antonio Xiol, presidente de la Secci¨®n Primera de lo Civil del Supremo (que durante d¨ªas fue presidente en funciones del Supremo tras la dimisi¨®n de Carlos D¨ªvar por el esc¨¢ndalo de los viajes) despierta un amplio consenso. Xiol es progresista y parte de los vocales de la derecha le votar¨ªan (hay que reunir 13 votos, mayor¨ªa cualificada) si los de la izquierda apoyan a su candidato. El problema es que ambos sectores tienen varios nombres en liza. Y ah¨ª es d¨®nde surgir¨¢n las desavenencias. Las dos vocales/fiscales progresistas (Gabriela Bravo y Almudena Lastra) tienen, por ejemplo, su propio candidato de izquierdas: el ex fiscal general C¨¢ndido Conde Pumpido, pero sin desmerecer a Xiol. La pelea estar¨¢ en si finalmente el elegido es Xiol o Conde Pumpido. Se han postulado otros candidatos progresistas, como el magistrado Juan Carlos Campo, pero con menos opciones.
Una parte sustancial del sector conservador del Consejo (b¨¢sicamente los adscritos a la APM) parecen decantarse por "Pepe L¨®pez", as¨ª lo llaman, magistrado de la Sala de lo Social del Supremo. "Si hay que decir un "no" al soberanismo catal¨¢n, Pepe no se andar¨¢ con titubeos; no s¨¦ si Xiol, que es de all¨ª, de Catalu?a, actuar¨ªa igual", se?alan en fuentes del sector conservador.
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