Sumarios sobre terrorismo de ETA y el 11-M ya crearon conflictos de competencia

Los conflictos de competencia entre jueces, sin ser frecuentes, se viven con cierta naturalidad en la Audiencia Nacional. Las hemerotecas devuelven algunos ejemplos de este tipo de pugnas entre magistrados por asumir la investigaci¨®n de algunos casos, generalmente relevantes y con importantes implicaciones pol¨ªticas.

En julio de 2007, tres jueces de la Audiencia Nacional ¡ªBaltasar Garz¨®n, Fernando Grande-Marlaska y Juan del Olmo¡ª se disputaron la causa sobre los contactos del Gobierno con ETA a ra¨ªz de la detenci¨®n en Francia de los dirigentes terroristas Jon Iurrebaso y Kepa Su¨¢rez, que llevaba consigo, en el momento de su arresto, tel¨¦fonos de personas de Espa?a y Francia que participaron en un proceso de conversaciones con la banda armada.

Garz¨®n, a instancias de la Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional, hab¨ªa reclamado a Del Olmo la comisi¨®n rogatoria remitida por la juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, que hab¨ªa pedido informaci¨®n sobre los contactos mantenidos por Iurrebaso, quien se hab¨ªa identificado en el momento de ser detenido como integrante del aparato de interlocuci¨®n de ETA. Tras un tira y afloja de varios d¨ªas, Del Olmo accedi¨® a entregar el caso a su colega.

Tres a?os antes, en abril de 2004, Del Olmo y la magistrada Teresa Palacios mantuvieron otra dura pugna por la competencia sobre la explosi¨®n en el piso de Legan¨¦s (Madrid) en la que se suicidaron siete islamistas radicales y falleci¨® el geo Javier Torronteras tras la matanza del 11-M. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional entonces, Eduardo Fungairi?o se situ¨® del lado de Palacios, al considerar que acumular el caso de Legan¨¦s con los atentados de los trenes dar¨ªa lugar a un macrosumario perjudicial para la instrucci¨®n. Sin embargo, al final Del Olmo acab¨® acumulando la investigaci¨®n de los dos sucesos.

En 1995, otra causa relacionado con ETA ¡ªen este caso, la guerra sucia contra la banda terrorista¡ª fue objeto de disputa entre jueces. Sin embargo, en esta ocasi¨®n, la pugna no fue entre magistrados de la Audiencia Nacional, sino entre jueces de este ¨®rgano y las audiencias provinciales de Alicante y Gipuzkoa. Los jueces territoriales se negaban a inhibirse en la Audiencia Nacional en el caso Lasa y Zabala, sobre el asesinato de los dos miembros de ETA cuyos cad¨¢veres fueron encontrados en Alicante enterrados en cal viva.

Los magistrados Baltasar Garz¨®n y Carlos Bueren tuvieron que pugnar, primero con la juez alicantina Carmen Men¨¢rguez, y posteriormente con el magistrado donostiarra Fernando Andreu, que luego ir¨ªa destinado a la Audiencia Nacional. Finalmente, el Tribunal Supremo dictamin¨® que el caso le correspond¨ªa al juzgado nacional.