Interior bloquea la ¡®v¨ªa Nanclares¡¯
Tras apoyar la ¡®doctrina Parot¡¯, el Gobierno evidencia que ser¨¢ duro con los disidentes de ETA El juez de vigilancia decidir¨¢ ahora sobre dos excarcelaciones y una semilibertad
No m¨¢s terceros grados ni semilibertades. El Gobierno de Mariano Rajoy parece tener la voluntad de hacer expl¨ªcito, y en este momento, el par¨®n que se ha producido desde hace meses respecto a la situaci¨®n de los presos de ETA. El stand by incluye tambi¨¦n a los de la denominada v¨ªa Nanclares, que se acogieron a la reinserci¨®n individual y renunciaron a la violencia durante el anterior mandato socialista.
Mientras, el Ejecutivo vasco del PNV est¨¢ trabajando en otra direcci¨®n, y a la espera. Los postulados que defienden el lehendakari I?igo Urkullu y los suyos no se parecen en nada al inmovilismo por el que ha optado el PP. Pero los nacionalistas vascos, por s¨ª mismos, poco pueden hacer. Necesitan de la colaboraci¨®n del Gobierno de la naci¨®n ¡ªque maneja en exclusiva las competencias penitenciarias, salvo en Catalu?a¡ª, para cualquier cambio real de rumbo.
Tres presos que han roto con la violencia
I?aki Rekarte.Tiene 41 a?os. Ingres¨® en ETA con 19. Fue condenado a 203 a?os y seis meses de prisi¨®n por la colocaci¨®n de un coche bomba en Santander en febrero de 1992 que mat¨® a tres personas. Pas¨® 18 a?os en las c¨¢rceles de El Puerto I (C¨¢diz), Topas (Salamanca), Villabona (Asturias), Nanclares (?lava) y Martutene (Gipuzkoa). En 2010, tras condenar expresamente la violencia terrorista y comenzar a satisfacer la indemnizaci¨®n a sus v¨ªctimas, Rekarte accedi¨® a un programa penitenciario que le permit¨ªa salir de la c¨¢rcel cada d¨ªa para trabajar, con la obligaci¨®n de volver a prisi¨®n los fines de semana. Rekarte particip¨® en uno de los encuentros que arrepentidos de ETA han mantenido con v¨ªctimas de la banda. En su caso, los familiares de los tres fallecidos en el atentado que ¨¦l cometi¨® no accedieron a verse con ¨¦l y se reuni¨® en su lugar con la viuda de un asesinado de la banda. "Vienen sin odio y eso te derrumba", declar¨® en el documental de Tv3 El Perd¨®n sobre estos encuentros.
Kepa Pikabea.Nacido en Navarra en agosto de 1955, se integr¨® en el comando Adarra de ETA a los 25 a?os. A principios de los noventa form¨® parte de la c¨²pula directiva de la banda. En 1994 fue detenido en Francia. En Espa?a fue condenado a 192 a?os de c¨¢rcel por una veintena de asesinatos. En 2008, firm¨®, con otros arrepentidos de la banda, una carta dirigida al colectivo de presos de ETA en la que animaba a sus excompa?eros a apostar por el reconocimiento y la reparaci¨®n de las v¨ªctimas y a participar en "un cambio de ciclo". ]En 201o logr¨® la concesi¨®n de permisos regulares para salir un m¨¢ximo de 36 d¨ªas al a?o de la c¨¢rcel. En 2011 particip¨® en el documental Al final del t¨²nel, producido por El¨ªas Querejeta y dirigido por Eterio Ortega, en el que ofrec¨ªa su visi¨®n sobre las causas y consecuencias del terrorismo. "Alg¨²n d¨ªa mi hijo me preguntar¨¢ si he matado y le tendr¨¦ que decir la verdad. Pero tratar¨¦ de convencerle de que no haga lo mismo; de que, si quiere rebelarse contra la injusticia, nunca utilice las armas. Te dejan heridas que no cicactrizan nunca", dijo en el documental. "Hemos cometido muchos actos contra la dignidad humana".
Aitor Bores Guti¨¦rrez. Tiene 45 a?os. Natural de Sopelana (Bizkaia), fue detenido en marzo de 1998 y condenado a m¨¢s de 70 a?os de c¨¢rcel por ser c¨®mplice del asesinato de un guardia civil en 1994 y por el atentado contra la residencia militar de Araca (Vitoria) en 1997. Lleg¨® a la prisi¨®n de Nanclares, en la que el Ministerio del Interior agrupaba a los disidentes de ETA, en abril de 2010 procedente de un penal de Murcia despu¨¦s de haber roto con la banda terrorista y decidir hacerse cargo de la responsabilidad civil por sus atentados.
Una de las ¨²ltimas decisiones del Ministerio del Interior, que en realidad es del pasado septiembre pero que se ha conocido este fin de semana, ha sido denegar el tercer grado a los reclusos de la banda I?aki Recarte y Kepa Pikabea y el r¨¦gimen de semilibertad a Aitor Bores. Las medidas hab¨ªan sido propuestas por la junta de tratamiento de la prisi¨®n.
Los tres son disidentes declarados de ETA que han cumplido con lo que dispone la ley: renunciar a la violencia; pedir perd¨®n a las v¨ªctimas ¡ªen el caso de Recarte y Pikabea han participado tambi¨¦n en los encuentros cara a cara con v¨ªctimas del terrorismo auspiciados por los anteriores Gobiernos nacional y vasco, ambos socialistas¡ª; y comenzar a hacer frente a las indemnizaciones civiles. Recarte est¨¢ ya en el r¨¦gimen de semilibertad; es decir, en estos momentos puede salir de prisi¨®n a diario para trabajar, pero el tercer grado le permitir¨ªa una autonom¨ªa mayor.
El bloqueo no solo se ha evidenciado con este caso. Durante los ¨²ltimos meses se han denegado salidas (a hist¨®ricos de la banda como Joseba Urrusolo Sistiaga, Valent¨ªn Lasarte o Rafael Caride Sim¨®n); se han recortado en alg¨²n caso los d¨ªas fuera de la c¨¢rcel que suelen pasar los que est¨¢n en semilibertad; han tardado en concretar los cupos anuales de permisos...
La decisi¨®n sobre Recarte, Pikabea y Bores est¨¢ ahora en manos del juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Luis de Castro, que decidir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas y que tendr¨¢ que asumir, solo, la responsabilidad de seguir adelante con los terceros grados u optar por el criterio de Interior de denegarlo todo. Y, sea cual sea el sentido de la resoluci¨®n del magistrado, Interior siempre podr¨¢ hacer valer ante las v¨ªctimas que el ministerio se opuso a cualquier concesi¨®n y que, al igual que defiende con ardor la doctrina Parot ante Estrasburgo, tambi¨¦n discute los beneficios penitenciarios.
Desde Prisiones se insiste en que esto no significa nada; que la v¨ªa de la reinserci¨®n sigue abierta pero que en estos tres casos no se cumpl¨ªan los requisitos. Sin embargo, al plan de reinserci¨®n del actual Gobierno no se ha sumado un solo preso hasta el momento y lo ¨²nico que estaba en marcha, la v¨ªa Nanclares, se ha parado.
Jonan Fern¨¢ndez, secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, cuestion¨® ayer que los beneficios penitenciarios se traten como ¡°privilegios¡±, cuando son ¡°derechos¡± reconocidos. ¡°No se puede hacer del cumplimiento de la ley un traje a la medida de la coyuntura¡±, critic¨® en una entrevista a Onda Vasca.
Entre los presos acogidos a esta v¨ªa (en su mayor¨ªa ahora en la nueva c¨¢rcel de Zaballa) reina una inquietud que viene de lejos. Ya mientras gobernaba el PSOE tuvieron algunas quejas con los tiempos, y con c¨®mo, seg¨²n su punto de vista, se iban escalonando los permisos y las semilibertades en funci¨®n de criterios de oportunidad pol¨ªtica. Ellos consideraban que hab¨ªan cumplido con su parte del trato: verificar los requisitos estipulados en el C¨®digo Penal con el gran coste personal de convertirse en disidentes de una organizaci¨®n terrorista. Y dec¨ªan que los beneficios llegaban con cuentagotas.
El colectivo oficial de presos, adem¨¢s de rechazar frontalmente su postura, consider¨® siempre que los de Nanclares tampoco hab¨ªan conseguido gran cosa y depend¨ªan de los vaivenes del Gobierno de turno. Siempre han sostenido que la reinserci¨®n que propone el Ejecutivo, a la vista de los resultados de la v¨ªa Nanclares, carece de credibilidad.
Mientras gobern¨® el PSOE, en todo caso, los presos poco a poco fueron logrando permisos y semilibertades. Cuando el PP lleg¨® al poder, impuls¨® durante los primeros meses tres terceros grados y algunos acercamientos de presos enfermos a c¨¢rceles vascas. Pero, desde el verano pasado, tras la pol¨¦mica desatada con el preso Iosu Uribetxeberria Bolinaga ¡ªque fue excarcelado por enfermedad despu¨¦s de declararse en huelga de hambre¡ª, el Gobierno fren¨® en seco cualquier movimiento sobre los presos de ETA, que pudieran recriminarle las v¨ªctimas. Ah¨ª se ha quedado.
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