Sin movimiento en las c¨¢rceles
El entorno de los presos busca c¨®mo sortear el bloqueo del Gobierno
Los presos, las ¡°consecuencias del conflicto¡± en la terminolog¨ªa de ETA, son la gran cuesti¨®n que la banda terrorista ¡ªjunto a los huidos, ¡°refugiados¡± en su terminolog¨ªa¡ª quiere negociar con los Gobiernos espa?ol y franc¨¦s. Pero sus expectativas, en estos momentos, son poco halag¨¹e?as. Los mensajes que ha enviado el Ejecutivo de Mariano Rajoy desde el pasado verano, cuando se produjo la gran pol¨¦mica y movilizaci¨®n de las asociaciones de v¨ªctimas por la excarcelaci¨®n del preso enfermo de c¨¢ncer Iosu Uribetxeberria Bolinaga, no dejan lugar, seg¨²n el propio an¨¢lisis del entorno de los presos, para mucha esperanza.
Aunque el Ministerio del Interior sigue diciendo que las v¨ªas de la reinserci¨®n siguen ¡°abiertas¡± para quien quiera acogerse a ellas, y que aunque nadie lo vea s¨ª se est¨¢n haciendo cosas, los hechos, hoy por hoy, van por otro camino. Interior se ha movilizado extraordinariamente en apoyo de la doctrina Parot, incluso enviando un representante a la vista p¨²blica de la Gran Sala del Tribunal Estrasburgo, que decidir¨¢ si esa interpretaci¨®n legal supone una aplicaci¨®n retroactiva que viola el Convenio Europeo de Derechos Humanos; y el Gobierno planea ya nuevos encuentros con periodistas para seguir explicando por qu¨¦ Parot debe continuar aplic¨¢ndose.
Por otro lado, ha negado terceros grados y permisos a los presos de la v¨ªa Nanclares, reclusos que, durante el mandato del presidente Zapatero, decidieron romper con el colectivo, rechazar la violencia y cumplir con los requisitos que exige el C¨®digo Penal para que los presos por terrorismo puedan acogerse a beneficios penitenciarios. Y, hasta el momento, ning¨²n preso ha pasado por el nuevo marco de reinserci¨®n que puso hace casi un a?o sobre la mesa el ministerio de Jorge Fern¨¢ndez.
Dentro de la izquierda abertzale y el colectivo de presos se va imponiendo el siguiente razonamiento: si ni siquiera Nanclares vale al Gobierno ¡ªun modelo que los presos siempre rechazaron¡ª, eso es que no hay nada que hacer. Durante estos meses, la estrategia de ese entorno ha girado sobre todo en mantener la presi¨®n en la calle, con movilizaciones y manifestaciones en contra de la dispersi¨®n, de la doctrina Parot y a favor de la excarcelaci¨®n de presos enfermos y de aquellos que han cumplido con tres terceras partes de la condena.
Pero, sabiendo como saben que la ley no va a cambiar por el momento y que la ¨²nica forma de lograr alg¨²n beneficio es cumplir con el C¨®digo Penal, otra de las opciones que hab¨ªan barajado los m¨¢s posibilistas ¡ªdentro del debate interno¡ª era usar la ley, y sus resquicios, en su propio beneficio. Tratar de plantear ante Interior y ante el juez que, aquellos que hayan cumplido con los requisitos temporales, puedan cumplir con el resto de los elementos que la ley exige para acceder a beneficios penitenciarios. El requisito de la renuncia a la violencia no es un problema, porque ETA ya lo ha hecho. Tendr¨ªan que estar dispuestos, eso s¨ª, a comenzar a hacer frente a las indemnizaciones civiles. Y, sobre todo, habr¨ªan de buscar una f¨®rmula com¨²n a todos de petici¨®n de perd¨®n a las v¨ªctimas.
Ese debate estaba abierto pero no concluido. Y ahora, con lo que ellos perciben como una actitud de bloqueo del Gobierno, es f¨¢cil que no prospere a corto plazo la v¨ªa de la legalidad, aunque tampoco est¨¢ cerrada. Mantendr¨¢n, casi con total seguridad, las movilizaciones en la calle ¡ªcon las que poco pueden avanzar, pues el Gobierno tiene todo el poder en su mano sobre las c¨¢rceles y no parece que le afecten estos movimientos¡ª y hay quien teme que la presi¨®n se extienda al interior de las c¨¢rceles
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