Los 14 indicios que imputan a la Infanta y el fiscal quiere desbaratar
Horrach desliza que el juez deforma la realidad con sospechas personales
En 20 folios, el fiscal Pedro Horrach intenta desbaratar con contundencia el auto del juez Castro para imputar a la infanta Cristina. Cada indicio del juez es contestado minuciosamente para intentar demostrar que en todo este asunto solo hay un hecho incuestionable: que do?a Cristina figuraba como vocal del Instituto N¨®os y que su nombre aparec¨ªa reflejado en el folleto publicitario del mismo, as¨ª como que ten¨ªa acciones de la sociedad en com¨²n con su marido llamada Aiz¨®on. Todo lo dem¨¢s, dice, son sospechas sin fundamento ¡°de nula relevancia penal¡±. El fiscal intenta eliminar as¨ª la sombra de tr¨¢fico de influencias que el juez parece atisbar en el caso.
Lo m¨¢s llamativo es que la lucha jur¨ªdica que mantiene Horrach contra el magistrado utiliza p¨®lvora del propio Castro. Toda la munici¨®n que contiene el escrito que el juez de Palma present¨® el 5 de marzo de 2012 para rechazar la petici¨®n del sindicato ultraderechista Manos Limpias para involucrar a la Infanta. En ¨¦l el magistrado, que ahora ha cambiado de opini¨®n por la suma de los hechos y la existencia de nuevos correos electr¨®nicos, rechaza se?alar a la hija del Rey porque solo cree que se buscaba ¡°publicidad morbosa¡± y no ve¨ªa ning¨²n indicio de criminalidad en su conducta. ¡°El hecho de participar en un ente asociativo sin ejercer funciones ejecutivas no genera para el simple part¨ªcipe [do?a Cristina] responsabilidad criminal por los hipot¨¦ticos delitos que pudieran cometer sus directivos¡±, menciona aquel escrito.
Si Urdangar¨ªn y Cristina de Borb¨®n ten¨ªan una empresa en com¨²n parece poco probable, dec¨ªa Castro, que celebrasen juntas o algo parecido, y menos a¨²n que ¡°do?a Cristina redactara unas actas de lo tratado en las que diera lectura a su esposo¡±, y que en esas actas figuraran acuerdos delictivos. No hab¨ªa, seg¨²n el juez, esa confusi¨®n entre la contabilidad familiar y la de la empresa del matrimonio en la que Urdangarin volcaba los ingresos supuestamente il¨ªcitos. Y el incremento en el nivel de vida de la pareja ¡°no fue tan sorpresivo¡±, como ¡°en casos donde se pasa de la modestia a la opulencia sin razones que lo justifiquen¡±.
Con esos mimbres, Anticorrupci¨®n resume su ataque al juez en una frase: ¡°El procedimiento judicial persigue la b¨²squeda de la verdad material, no de ajustarla a expectativas o sospechas personales, deform¨¢ndola¡±. Alega que por encima de todo un juez tiene que observar ¡°el principio de igualdad ante la ley¡±, que no se ha respetado en cuanto ¡°la imputaci¨®n a una persona de hechos que a priori no presentan rasgos delictivos supone, cuando menos un trato discriminatorio¡±. Son las dos caras de la misma moneda, porque precisamente Castro alude en el auto de imputaci¨®n al principio de igualdad para decir todo lo contrario.
En su an¨¢lisis de los 14 indicios que Castro cree relevantes para imputar a la hija del Rey, el fiscal califica la mayor¨ªa con ¡°nula relevancia penal¡±. Como cuando cita las declaraciones de Diego Torres y de su mujer, Ana Mar¨ªa Teijeiro (ambos imputados) para intentar acreditar que do?a Cristina sab¨ªa todo lo que se coc¨ªa en el Instituto N¨®os. Horrach recuerda que en ese interrogatorio Torres present¨® como pruebas un viaje de la pareja a Granollers ¡°para ver un local por si decid¨ªan cambiar la sede de las oficinas del Instituto N¨®os¡± y un acto donde la Infanta ¡°presid¨ªa la presentaci¨®n del proyecto 2015, ¡°Un mundo mejor para Joana¡±, en el que estaba trabajando el Insituto N¨®os para Telef¨®nica¡±. Para el fiscal, esos indicios no son relevantes. Tambi¨¦n ataca a Castro por unas declaraciones de la mujer de Torres que deslizaban la idea de que la hija del Rey no era imputada ¡°por ser quien es¡±. ¡°Preguntada si se siente injustamente tratada [Teijeiro] con respecto a Cristina contesta: ¡°no, yo con respecto a nadie, yo soy injustamente tratada con respecto a m¨ª¡±.
Lo mismo ocurre, seg¨²n Horrach, con la reuni¨®n entre Urdangar¨ªn con el expresidente balear Jaume Matas en el Palacio de Marivent. O por el supuesto encuentro celebrado en el Palacio de la Zarzuela entre Jaume Matas, la alcaldesa de Valencia Rita Barber¨¢ y Francisco Camps, entonces presidente valenciano. ¡°Afecta a quienes se reunieron, no a quienes ni estaban ni consta que conocieran su existencia¡±. Y a¨²n en el caso de que la Infanta lo supiera, ¡°se escapa a este fiscal el alcance penal¡±.
Con respecto a los correos electr¨®nicos aportados por Torres donde Urdangarin pide consejo a su mujer, unas pruebas recientemente aportadas a la causa que han dado un giro a la investigaci¨®n, el escrito de Anticorrupci¨®n zanja el tema: ¡°Inferir algo m¨¢s que la habitual comunicaci¨®n entre c¨®nyuges pertenece al ¨¢mbito de lo meramente especulativo¡±.
Despu¨¦s de tomar declaraci¨®n a todos los empleados del instituto Noos, a los proveedores, asesores fiscales, contables, jur¨ªdicos, pol¨ªticos y practicarse comisiones rogatorias a Andorra, Luxemburgo y Suiza, Horrach concluye que ¡°no hay indicios incriminatorios¡±, contra la infanta.
Los indicios al completo
El juez Castro present¨® 14 indicios que, seg¨²n ¨¦l, prueban que la Infanta pudo ser "cooperadora necesaria", en la actividad presuntamente delictiva de su marido. Horrach cree que al menos seis de ellos (relacionados en los n¨²meros 1, 4, 5, 7, 8 y 12) son "la viva reproducci¨®n", de los que el juez descart¨® "por inconsistentes y d¨¦biles", en un auto de marzo de 2012.
Trato privilegiado con la administraci¨®n. Horrach se detiene en los indicios 2 y 3. En el primero, Castro sostiene que no entiende que el secretario de la Infanta, Carlos Garc¨ªa Revenga, no dijese a do?a Cristina que su esposo estaba obteniendo un trato privilegiado que podr¨ªa traducirse "en la liberaci¨®n del sometimiento a las normas que reg¨ªan las contrataciones p¨²blicas". Contra eso el fiscal dice que no est¨¢ acreditado que Revenga supiese de ese "trato privilegiado" y en el hipot¨¦tico caso de que as¨ª fuese, no est¨¢ probado que se lo comunicase a do?a Cristina. En el indicio n¨²mero 3, donde Castro cree sospechoso que Revenga no comunicase al Rey su nombramiento como tesorero del Instituto N¨®os, y reflexiona que no tiene sentido que Cristina e I?aki no se cuestionaran "tal omisi¨®n", el fiscal contrapone lo siguiente: "se escapa al entendimiento el alcance penal que pueda tener esta circunstancia".
Las sospechas del Rey. En el indicio n¨²mero 6, Castro se extra?a porque "que El Rey no comentara con su hija las cr¨ªticas o recomendaciones que hab¨ªa hecho llegar a su marido" (de que abandonase su actividad privada). Contra ¨¦l Horrach piensa que, de ser esta suposici¨®n "cierta, no ofrece relevancia penal alguna. El hecho de que un padre comente o no con su hija las recomendaciones que haya realizado al c¨®nyuge de ¨¦sta pertenecen al ¨¢mbito estrictamente privado".
?Tr¨¢fico de influencias? El indicio n¨²mero 10 se refiere a un correo electr¨®nico que Ilaki Urdangarin env¨ªa a Diego Torres en el que dice: "Tengo un mensaje del Rey y es que le ha comentado a Cristina para que me lo diga, que le llamar¨¢ Camps a Pedro para comentarle el tema de la base del Prada y que en principio no habr¨¢ problema, que nos ayudar¨¢n a tenerla". Horrach recuerda que el proyecto al que hace referencia no est¨¢ siendo investigado. "Lo ¨²nico que pone de manifiesto es que do?a Cristina transmiti¨® a su c¨®nyuge un mensaje de su padre".
?Qu¨¦ sab¨ªa Cristina del Instituto N¨®os? Torres asegur¨® que Cristina "ten¨ªa en la junta directiva de Noos el mismo conocimiento que todos los dem¨¢s". Castro a?ade en su auto los reproches de Ana Teijeiro, mujer de Torres, que dice que Cristina no hab¨ªa sido imputada "por ser quien es". Contra eso Horrach trae a colaci¨®n el resto del interrogatorio donde Teijeiro acaba respondiendo que no se siente injustamente tratada con respecto a do?a Cristina. "yo con respecto a nadie, yo soy injustamente tratada con respecto a m¨ª". Sobre si Cristina interven¨ªa en N¨®os, el fiscal asegura que de las declaraciones de Torres solo hay dos relaciones sin relevancia penal: un viaje a Granollers de do?a Cristina con Urdangarin para ver un local "por si decid¨ªan cambiar la sede de N¨®os" y un acto presidido por la Infanta de un proyecto de la fundaci¨®n para Telef¨®nica.
Reuniones en palacio. Sobre la importancia que da Castro a las reuniones de Urdangar¨ªn con el expresidente valenciano Francisco Camps, la alcaldesa Rita Barber¨¢ y el expresidente balear Jaume Matas en los palacios de Marivent y La Zarzuela, Anticorrupci¨®n considera que los hechos "afectan a quienes se reunieron no a quienes ni estaban (la Infanta) ni consta conocieran su existencia".
Cuentas comunes. El hecho de que Urdangarin facilite a un tercero una cuenta com¨²n del matrimonio para actualizar operaciones comerciales con la Fundaci¨®n Laureus "es un dato irrelevante por no ser dichas transacciones objeto de investigaci¨®n". Que Cristina estuviese autorizada en esa cuenta "no implica conocimiento por su parte de las supuestas operaciones en que interviene su c¨®nyuge".
Consejos de pareja. Que el esposo de la Infanta le pida consejo a su marido para emitir una comunicaci¨®n desde N¨®os ("Gracias mi amor, a veces por no saber lo que piensas voy m¨¢s perdido, pero mi reacci¨®n no es la de dejarte as¨ª [¡] L¨¦etelo y dime lo que piensas, please"), no significa nada para el fiscal m¨¢s all¨¢ de "la habitual comunicaci¨®n entre c¨®nyuges".
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