Instrumento clave
Que sean los partidos vascos los que protagonicen la hoja de ruta del final de ETA es toda una garant¨ªa para consolidarlo
Pese a la desafecci¨®n inicial del PP, la ponencia de paz y convivencia, constituida ayer en el Parlamento vasco, ser¨¢ un instrumento clave en la consolidaci¨®n de la paz en Euskadi. Y lo ser¨¢ porque, por primera vez, las cuatro grandes corrientes pol¨ªticas del Pa¨ªs Vasco ¡ªel PP se va a incorporar m¨¢s pronto que tarde¡ª se van a sentar para fijar juntas la hoja de ruta del final de la violencia, que pasa por las v¨ªctimas, los presos, la convivencia y la memoria.
Que sean los partidos vascos los que protagonicen la hoja de ruta del final de ETA es toda una garant¨ªa para consolidarlo. Y la mayor prueba de que los partidos vascos son conscientes de la trascendencia hist¨®rica del reto que van a abordar es que han elegido para representarles en la ponencia a sus principales espadas en el Parlamento.
El trabajo de la ponencia ser¨¢ dif¨ªcil y necesitar¨¢ tiempo para lograr el consenso. Se inicia con los recelos del PP, que teme que la izquierda abertzale aproveche la ocasi¨®n para evitar la deslegitimaci¨®n de la violencia de ETA y que, adem¨¢s, la utilice como instrumento de presi¨®n para que el Gobierno cambie la pol¨ªtica penitenciaria.
El PP cuenta con la complicidad del PNV y el PSE para evitar que la ponencia diluya la necesaria deslegitimaci¨®n de la violencia de ETA en la democracia. Los tres partidos firmaron hace tres semanas un compromiso ¨¦tico para evitar que el rechazo de la violencia etarra se diluya en el ¡°conflicto pol¨ªtico¡±.
Es esa precisamente una de las principales exigencias que los dem¨¢s partidos reclamar¨¢n de la izquierda abertzale. Esta, desde su prometedor rechazo expreso a la violencia de ETA en los estatutos de Sortu, en febrero de 2011, no ha seguido dando pasos en esa direcci¨®n. No solo no ha avanzado en la revisi¨®n autocr¨ªtica de su complicidad con la violencia en el pasado. Tampoco en la exigencia a ETA, al menos p¨²blicamente, de que avance hacia el desarme y la disoluci¨®n. Y tampoco ha profundizado en la reclamaci¨®n a los presos de ETA de que se acojan a las medidas de reinserci¨®n individual.
Pero que la izquierda abertzale no sea m¨¢s osada en reclamar a los presos de ETA que se acojan a la legalidad penitenciaria como ella lo hizo asumiendo la Ley de Partidos, con los estatutos de Sortu, para recuperar su reconocimiento legal, o que la banda no avance hacia la disoluci¨®n y el desarme, no significa que el Gobierno no tenga nada que hacer.
Los principales l¨ªderes de PNV y PSE, adem¨¢s del Gobierno vasco, se han pronunciado reiteradamente para que el Ejecutivo del PP sea coherente con su reconocimiento del cese definitivo de ETA como una nueva etapa en el Pa¨ªs Vasco, flexibilice la pol¨ªtica penitenciaria, con acercamientos de presos etarras a c¨¢rceles pr¨®ximas a Euskadi, y estimule v¨ªas de reinserci¨®n. Sin embargo, el Gobierno hace todo lo contrario. Ha cegado la v¨ªa Nanclares y ha sido beligerante con el mantenimiento de la doctrina Parot.
La ponencia parlamentaria vasca tiene aqu¨ª otro papel que jugar. El esfuerzo, en este caso, lo tendr¨¢ que hacer el PP vasco. Pero no cabe duda de que es a la izquierda abertzale a la que le queda el principal recorrido por hacer.
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