El ¡®annus horribilis¡¯ empez¨® un 14 de abril en Botsuana

La Zarzuela baraj¨® todas las opciones, incluida la de ocultar lo ocurrido, pero finalmente opt¨® por no hacerlo. Hoy hace justo un a?o que los espa?oles conocieron que el Rey hab¨ªa tenido que ser operado de urgencia tras romperse la cadera en una inoportuna cacer¨ªa en Botsuana, a miles de kil¨®metros de Espa?a, es decir, de un pa¨ªs entonces al borde del rescate, con la prima de riesgo en m¨¢s de 420 puntos y en plena crisis por la expropiaci¨®n de YPF en Argentina. El incidente, seg¨²n admiten en la Casa del Rey, marc¨® ¡°un antes y un despu¨¦s¡±. Don Juan Carlos pidi¨® perd¨®n ante las c¨¢maras en un gesto sin precedentes. Y La Zarzuela intenta desde aquel d¨ªa recuperar la iniciativa y la popularidad perdidas: ¡°Por supuesto que ese deterioro de imagen nos preocupa y afecta a nuestras actuaciones¡±.

Las encuestas indican que de momento no lo han conseguido. El apoyo al Rey se ha desplomado. Seg¨²n el ¨²ltimo sondeo de Metroscopia para EL PA?S, realizado antes de la imputaci¨®n de la infanta Cristina, la nota de don Juan Carlos est¨¢ incluso por debajo de la valoraci¨®n de hace un a?o, tras la pol¨¦mica cacer¨ªa.

El de Botsuana, con un coste de unos 40.000 euros que pag¨® un empresario saud¨ª, no era el primer safari del Rey. Pero el malestar ciudadano con las instituciones, a las que ven incapaces de darles soluciones en medio de una crisis inmisericorde, y la imputaci¨®n de su yerno, I?aki Urdangarin, en un caso de corrupci¨®n, hab¨ªa puesto el foco sobre la Monarqu¨ªa, sometida a un in¨¦dito escrutinio que pill¨® a La Zarzuela totalmente desprevenida. Esa sobreexposici¨®n es la que marca ¡°un antes y un despu¨¦s¡±.

Antes de la cacer¨ªa era inimaginable que el director del CNI, tuviera que comparecer en la comisi¨®n de secretos oficiales del Congreso para responder sobre una amiga del Rey, la alemana cuyo complicado nombre (Corinna zu Sayn-Wittgenstein) aprendieron los espa?oles precisamente a ra¨ªz de aquel safari. Antes de Botsuana era impensable abrir un debate sobre la abdicaci¨®n del Rey -descartada desde La Zarzuela- y, menos a¨²n, que fuera un diputado socialista, Pere Navarro (PSC), quien lo planteara. Antes de Botsuana, apenas se hablaba de la salud del Monarca. Despu¨¦s, con cuatro operaciones m¨¢s sobre los hombros (tres de cadera y una de hernia), tambi¨¦n es motivo de debate. Su ¨²ltima intervenci¨®n le mantiene apartado de la agenda oficial desde marzo, le oblig¨® a aplazar un viaje a Rabat y casi con toda seguridad, tambi¨¦n el de Florida, previsto para mayo. La recuperaci¨®n del Monarca, que seg¨²n el m¨¦dico podr¨ªa prolongarse "entre dos y seis meses" no ha impedido, no obstante, que don Juan Carlos siga acudiendo cada d¨ªa a su despacho y reuni¨¦ndose cada semana con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Despu¨¦s de Botsuana, La Zarzuela decidi¨® que no habr¨ªa m¨¢s viajes privados pagados por millonarios. La Casa del Rey aisl¨® a Urdangarin, borr¨¢ndolo incluso de su web; tom¨® la iniciativa y pidi¨® al Gobierno una incorporaci¨®n "profunda" a la ley de transparencia, y en estos momentos recopila informaci¨®n para dar explicaciones sobre la herencia que don Juan dej¨® al Monarca en supuestas cuentas en Suiza. Aseguran que ya el anterior jefe de la Casa, Alberto Aza, se?al¨® hace m¨¢s de dos a?os la necesidad de aumentar la transparencia para adaptarse a los nuevos tiempos, e insisten en que su voluntad es esa y que seguir¨¢n haciendo gestos en ese sentido en el futuro: "para ser m¨¢s transparentes y para tener mayor contacto con el ciudadano".

Pero tras la imputaci¨®n de la Infanta todo parece indicar que para la monarqu¨ªa espa?ola su annus horribilis va a durar m¨¢s de 365 d¨ªas.