El PP augura que la ley del aborto no gustar¨¢ a los obispos y el PSOE lo duda
El Gobierno debate la nueva regulaci¨®n a la espera de la decisi¨®n final de Rajoy
La ley del aborto es uno de los principales avisperos de la pol¨ªtica espa?ola ¡ªy de todo el mundo de influencia cristiana¡ª desde que se recuper¨® la democracia. Ya en los 80 se dividi¨® la UCD por este asunto. El PSOE la desarroll¨® con enorme pol¨¦mica en 1985. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no se atrevi¨® a tocarla en ocho a?os, en los que se practicaron 500.000 abortos. Con el PSOE en el Gobierno, la reforma fue una de las leyes que m¨¢s problemas cre¨® al Ejecutivo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con una manifestaci¨®n masiva protagonizada precisamente por el mismo Aznar que no toc¨® la norma. Y ahora, de nuevo, el PP ha decidido reabrir el mel¨®n y dar una marcha atr¨¢s que se le est¨¢ complicando al Ejecutivo.
El PP trat¨® ayer de salir al paso de una ola de cr¨ªticas de distintos sectores. La sensaci¨®n extendida de que es la Conferencia Episcopal quien marca el paso del Gobierno en este asunto no es precisamente la imagen que busca el PP, un partido que a la vez debe cuidar a su electorado m¨¢s conservador y no alejarse del centrista ya que, al contrario que en otros pa¨ªses de Europa, en Espa?a un mismo partido ocupa pr¨¢cticamente todo el espacio a la derecha del PSOE.
La presi¨®n evidente de Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, para que se apruebe ya la prometida reforma de la ley del aborto y la respuesta casi inmediata de Alberto Ruiz-Gallard¨®n en un acto en La Raz¨®n, donde dijo que se har¨¢ ¡°pronto¡±, indignaron a la oposici¨®n ¡ª¡°el PSOE no va consentir que nos gobierne Rouco Varela¡±, lleg¨® a decir Elena Valenciano¡ª y forzaron la respuesta del PP intentando minimizar da?os.
Alfonso Alonso, portavoz parlamentario del PP, se esforz¨® precisamente para huir de esa imagen de un Gobierno sometido a las presiones de la Conferencia Episcopal: ¡°La ley que estamos preparando no va a gustar seguramente a los obispos pero lo que vamos a hacer es recoger la doctrina del Tribunal Constitucional. Adem¨¢s, a los obispos se les escucha pero los obispos no gobiernan¡±, asegur¨® el portavoz.
¡°Espa?a es una democracia avanzada, con un marco de instituciones, y las leyes las hace el Parlamento. Los obispos opinan pero no hacen las leyes, y la Constituci¨®n la interpreta el Tribunal Constitucional en ¨²ltima instancia¡± remat¨® para dejar claro que la decisi¨®n la va a tomar el PP con su mayor¨ªa absoluta y no la Conferencia Episcopal.
Pero lo cierto es que las presiones son muy fuertes y el Ejecutivo no tiene a¨²n nada claro por cu¨¢l de las posibilidades que tiene encima de la mesa va a optar. El ministro de Justicia, Gallard¨®n, ha retrasado ya tres veces la aprobaci¨®n de la norma precisamente por su complejidad pol¨ªtica, no tanto t¨¦cnica. Pero ahora ya tiene encima de la mesa y bien desarrolladas las distintas opciones. Todas ellas suponen una marcha atr¨¢s respecto a la ley de plazos que aprob¨® el PSOE, similar a la que rige en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. Y todas implican volver a un sistema de supuestos como el que se aprob¨® en 1985. Pero son muy distintas.
La m¨¢s dura complicar¨ªa mucho el aborto hasta colocar a Espa?a entre los pa¨ªses m¨¢s restrictivos y la m¨¢s suave permitir¨ªa un juego de equilibrios casi imposible para el Gobierno: contentar al ala m¨¢s conservadora del PP cambiando la ley y explicando su dureza pero a la vez dejar que luego en la pr¨¢ctica el aborto sea pr¨¢cticamente libre o al menos muy accesible como suced¨ªa con la ley anterior.
En cualquier caso, incluso con la opci¨®n m¨¢s dura, seguir¨¢ habiendo miles de abortos legales en Espa?a. Tal vez por eso Alonso se?al¨® que esta reforma no gustar¨¢ a los obispos, que siempre han planteado una restricci¨®n total. Tambi¨¦n el sector del PP m¨¢s cercano a ellos, con representantes al m¨¢ximo nivel como el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, y otros muchos relevantes, presionan y est¨¢n muy pendientes para ver cu¨¢l ser¨¢ la redacci¨®n final.
La ¨²ltima palabra la tiene Rajoy. El presidente ocupa ahora la mayor¨ªa de su tiempo en la econom¨ªa y en La Moncloa se?alan que la reforma del aborto no es inminente. Sin embargo, Ruiz Gallard¨®n, para quitarse de encima la presi¨®n de Rouco, dijo que estar¨¢ ¡°pronto¡±. El presidente har¨¢ un c¨¢lculo pol¨ªtico sobre el momento en el que m¨¢s le conviene entrar en este avispero y entonces la ley saldr¨¢ porque desde el punto de vista t¨¦cnico las opciones est¨¢n ya muy perfiladas, seg¨²n fuentes del Ejecutivo.
La oposici¨®n ha dejado muy claro que considera esta una batalla clave. El PSOE lanz¨® una amenaza: ¡°Si el Gobierno del PP va a ir de la mano con los obispos para modificar la ley del aborto, para volver a limitar la libertad de las mujeres, ya les anuncio que el PSOE exigir¨¢ que se denuncien los acuerdos con la Santa Sede¡±, asegur¨® Elena Valenciano. Alonso record¨® que el PSOE gobern¨® 22 a?os y nunca denunci¨® esos acuerdos.
Mientras, Jos¨¦ Luis Centella, de IU, sentenci¨® que ¡°el cardenal Rouco parece el vicepresidente del Gobierno de Rajoy¡±, Rosa D¨ªez (UPyD) pidi¨® al Gobierno que no se deje ¡°chantajear¡± por la Iglesia y Aitor Esteban, del PNV, un partido que respald¨® la ley del aborto vigente, pidi¨® que se mantenga, ya que alcanz¨® un gran consenso.
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