Ley del aborto: a un paso de la vuelta atr¨¢s
La l¨ªnea dura del PP gana posiciones en una de las reformas m¨¢s controvertidas Gallard¨®n aparca la opci¨®n menos restrictiva, que hasta ahora baraj¨®
Durante m¨¢s de un a?o, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, ha tenido sobre su mesa dos opciones para la reforma de la ley del aborto. Una, la m¨¢s restrictiva, supon¨ªa derogar el sistema actual de plazos ¡ªque considera el aborto un derecho de la mujer en las primeras 14 semanas de embarazo¡ª y sustituirlo por un sistema de supuestos despenalizados como el que rigi¨® hasta 2010, pero m¨¢s duro que aquel; la otra, exactamente igual que la primera en sus mimbres ¡ªel sistema de supuestos¡ª, conten¨ªa un matiz de fondo que la hac¨ªa completamente distinta: dejaba la decisi¨®n final, fuera cual fuera el supuesto, en manos de la mujer. Esa segunda opci¨®n es la que Ruiz-Gallard¨®n nunca defendi¨® abiertamente en p¨²blico pero siempre contempl¨® y fue desarrollando en privado, seg¨²n sosten¨ªa su entorno y seg¨²n fue publicado varias veces en distintos medios y jam¨¢s desmentido por ¨¦l. Ahora, esa opci¨®n est¨¢ a punto de quedar definitivamente enterrada.
A d¨ªa de hoy, y aunque la decisi¨®n a¨²n no ha sido tomada por quien puede tomarla ¡ªel presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy¡ª, todas las se?ales y todas las fuentes del Ejecutivo consultadas apuntan a que Ruiz-Gallard¨®n, si alguna vez tuvo intenci¨®n de llevar esa segunda opci¨®n hasta el final, ha renunciado a hacerlo. La ley del aborto que prepara el ministro de Justicia y a la que ¨¦l pondr¨¢ nombre en los libros de historia ser¨ªa, as¨ª, la m¨¢s restrictiva de la democracia.
"La ¨²ltima palabra no est¨¢ dicha", insisten fuentes del ministerio. Pero el entorno de Gallard¨®n, que hasta hace apenas tres semanas segu¨ªa defendiendo en privado la posibilidad de aprobar una ley que, aun volviendo al sistema de supuestos y endureciendo las condiciones, respetase en ¨²ltima instancia la decisi¨®n de la mujer ¡ªporque se reconocer¨ªan derechos al feto pero primar¨ªan los de la madre¡ª, ya no lo hace.
Ese as en la manga que lo cambiaba todo, el de dejar en manos de la mujer la decisi¨®n final, no se menciona ya en las conversaciones. Mientras, el ministro ha retomado sus declaraciones p¨²blicas anunciando una ley muy dura. Y todo ese aparente cambio de rumbo ha coincidido, adem¨¢s, con la reuni¨®n de Rajoy con el Papa y las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, metiendo prisa al Gobierno con la ley del aborto. Fuentes de Justicia aseguran, sin embargo, que esos dos hechos no han influido en nada; tambi¨¦n sostienen que la ley ser¨¢ fruto de una decisi¨®n "colegiada" y que el ministro nunca ha ido por libre ni ha llegado a defender "una opci¨®n por encima de la otra".
Si se confirma que la l¨ªnea m¨¢s dura se ha impuesto, la nueva ley del aborto supondr¨¢ una vuelta a 1985 o m¨¢s atr¨¢s. Se tratar¨¢ de un sistema acotado de supuestos (es decir, abortar es delito salvo en los supuestos que se fijan), como el de la ley que aprob¨® el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, pero con menos supuestos, ya que Gallard¨®n ha adelantado que eliminar¨ªa el de malformaci¨®n fetal. Adem¨¢s, hay un asunto clave que podr¨ªa ser modificado: qu¨¦ m¨¦dico o m¨¦dicos asumen la responsabilidad de autorizar el aborto.
Con la ley de 1985 ¡ªen los casos de riesgo para la madre o malformaci¨®n fetal, que requer¨ªan la firma del m¨¦dico¡ª , ese papel lo ejerc¨ªan generalmente los propios profesionales de la cl¨ªnica en la que luego se realizaba el aborto: casi siempre el psiquiatra del centro, porque el da?o psicol¨®gico era el supuesto alegado en la gran mayor¨ªa de los casos. Tambi¨¦n ocurre as¨ª con la ley actual, que declara el aborto como un derecho hasta la semana 14 (la mujer no tiene que alegar motivos en ese plazo) pero que despu¨¦s tambi¨¦n requiere el informe m¨¦dico para acreditar posibles da?os a la madre o al feto: esa acreditaci¨®n la firman, de nuevo, los profesionales de las cl¨ªnicas (porque el 97% de las interrupciones del embarazo se realizan en centros privados). La reforma del PP podr¨ªa traspasar esa potestad a m¨¦dicos especialistas de la red p¨²blica, quit¨¢ndoselo a las cl¨ªnicas. Eso es, al menos, lo que propusieron los populares en sus enmiendas a la ley de plazos de 2010.
1985-2013: de la despenalizaci¨®n al derecho
La primera ley del aborto en democracia la sac¨® adelante el PSOE, siendo ministro de Justicia Fernando Ledesma. Aunque fue inicialmente aprobada en 1983, tuvo que ser corregida en parte tras la sentencia del Tribunal Constitucional de 1985 (el PP la hab¨ªa recurrido) y entr¨® en vigor ese a?o.
Establec¨ªa que el aborto era delito salvo en tres supuestos: violaci¨®n (alegable en las primeras 12 semanas); malformaci¨®n del feto (hasta la semana 22) y riesgo grave para la salud f¨ªsica o ps¨ªquica de la mujer (en cualquier momento). Los dos ¨²ltimos supuestos requer¨ªan un informe m¨¦dico.
El sistema de supuestos de 1985 (que el PP no toc¨® durante sus a?os de Gobierno) fue sustituido por uno de plazos con la ley de 2010, siendo ministra de Igualdad la socialista Bibiana A¨ªdo.
La ley establece que el aborto es un derecho de la mujer en las primeras 14 semanas (en ese plazo, no tiene que alegar ning¨²n motivo); despu¨¦s permite abortar, hasta la semana 22 y previo informe m¨¦dico, por "grave riesgo para la vida o la salud de la madre o el feto"; a partir de entonces, solo si el feto sufre "enfermedad extremadamente grave o incurable" o anomal¨ªas "incompatibles con la vida".
El actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP), ha dado algunas pistas de c¨®mo ser¨¢ su ley: "Volveremos a una ley de supuestos", asegur¨®. Solo ha citado dos: violaci¨®n y "peligro cierto" para la salud f¨ªsica o ps¨ªquica de la madre. Y ha a?adido que esos supuestos "no deben ser pretextos": "Se deber¨¢n acreditar". "No entiendo que se desproteja al concebido [con el aborto] por el hecho de que tenga alguna minusval¨ªa o malformaci¨®n". Desaparecer¨¢ la posibilidad de que [las menores] aborten sin permiso de sus padres", ha asegurado.
La Asociaci¨®n de Cl¨ªnicas Autorizadas para la Interrupci¨®n del Embarazo (ACAI), que agrupa a cerca de la mitad de las existentes, augura que esa f¨®rmula estrechar¨ªa mucho las posibilidades de abortar. "Si se deja en manos de las comunidades aut¨®nomas la creaci¨®n de comit¨¦s m¨¦dicos en los hospitales para autorizar todos los abortos, la elecci¨®n de esos profesionales podr¨ªa estar marcada por criterios pol¨ªticos", se?ala Francisca Garc¨ªa, vicepresidenta de ACAI, que hace hincapi¨¦ en que la mayor¨ªa de las comunidades est¨¢n gobernadas por el PP. La asociaci¨®n no cree que la situaci¨®n actual, en la que es un m¨¦dico de la cl¨ªnica, la mayor¨ªa de las veces, el que autoriza el aborto (aunque este es practicado por otro m¨¦dico), peque de lo contrario: que los m¨¦dicos sean m¨¢s permisivos. "En las cl¨ªnicas no solo se practican abortos, tambi¨¦n se llevan embarazos y partos, planificaci¨®n familiar... Nuestro inter¨¦s no es que las mujeres aborten", argumentan desde ACAI.
En todo caso, esa puede ser una de las claves de la nueva ley: hasta qu¨¦ punto quedar¨¢ la mujer en manos de un m¨¦dico u otro, porque el aborto como derecho en las primeras 14 semanas ¡ªque es cuando se produce m¨¢s del 90% de los abortos, con esta ley y con la anterior¡ª, se suprimir¨¢ y el m¨¦dico volver¨¢ a jugar ese papel fundamental. La otra cuesti¨®n clave es la m¨¢s que probable eliminaci¨®n del supuesto de malformaci¨®n fetal. Representa un porcentaje ¨ªnfimo de las interrupciones voluntarias del embarazo (un 3%, unos 3.500 abortos al a?o), pero suelen ser casos especialmente dolorosos para las mujeres. Gallard¨®n considera que es necesario eliminar ese supuesto porque genera "discriminaci¨®n".
"No entiendo que se desproteja al concebido, permitiendo el aborto, por el hecho de que tenga alg¨²n tipo de minusval¨ªa o de malformaci¨®n. Es ¨¦ticamente inconcebible", dijo el pasado verano. Este peri¨®dico public¨® entonces una encuesta seg¨²n la cual el 80% de los ciudadanos (y el 65% de votantes del PP) eran contrarios a suprimir ese supuesto. En toda Europa, solo Malta e Irlanda proh¨ªben el aborto por malformaci¨®n fetal. Gallard¨®n nunca ha llegado a aclarar a qu¨¦ grado de "minusval¨ªas" o "malformaciones" se refiere: si a todas o solo a algunas; ni qui¨¦n y con qu¨¦ criterio asumir¨ªa hacer esa distinci¨®n en cada caso.
Espa?a, con 118.359 abortos en el a?o 2011, tiene una tasa de 12,4 por cada 1.000 mujeres f¨¦rtiles (similar o menor a la de pa¨ªses de su entorno). La ley de plazos que rige desde 2010 es equivalente a la de la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. Seg¨²n una encuesta de Metroscopia, en Espa?a sigue siendo la opci¨®n m¨¢s apoyada (v¨¦ase gr¨¢fico en esta p¨¢gina). El ministro Ruiz-Gallard¨®n la sustituir¨¢ por otra que, previsiblemente, devolver¨¢ la cuesti¨®n, de una sola zancada, a los a?os ochenta.
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