Ingresa en prisi¨®n el guardia civil condenado por discrepar de un superior
Hac¨ªa m¨¢s de 20 a?os que un tribunal militar no castigaba con la c¨¢rcel a un agente por una ri?a
El guardia civil Juan Carlos Alonso Far¨ªas, de 30 a?os, ingres¨® en la prisi¨®n de Alcal¨¢ Meco para cumplir condena por sus discrepancias con un cabo. El guardia fue condenado a tres meses de prisi¨®n por un tribunal militar, un hecho que hac¨ªa 20 a?os que no suced¨ªa en la Guardia Civil.
Alonso entr¨® en el penal de Alcal¨¢ Meco pasada la una de la tarde del jueves acompa?ado por su novia y una representaci¨®n de compa?eros de la Asociaci¨®n Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Este colectivo, mayoritario dentro del Instituto Armado, denunci¨® que mientras a ellos les tratan como a delincuentes hay otras personas imputadas en Espa?a, algunas famosas, que nunca entran en la c¨¢rcel.
?"Ha sido lamentable, no d¨¢bamos cr¨¦dito a lo que estaba pasando, Alcal¨¢ Meco es una prisi¨®n con todo lo que ello conlleva", denunci¨® el secretario general de la AUGC, Alberto Moya, minutos despu¨¦s de despedir a su compa?ero a las puertas del centro penitenciario. "Supone un fracaso absoluto del Estado de Derecho, otro recorte de derechos, un c¨²mulo de errores y de dejaci¨®n de funciones por parte de la Administraci¨®n", a?adi¨® antes de censurar al Gobierno por no haber impedido que "uno de sus agentes entre en la c¨¢rcel".
Moy¨¢ se quej¨® tambi¨¦n de que la Direcci¨®n General de la Guardia Civil no haya pedido el indulto para Alonso Far¨ªas, anunci¨® "movilizaciones" para lograr la liberaci¨®n del agente e inst¨® a los partidos pol¨ªticos a que no se aplique a los guardias civiles el C¨®digo Penal Militar.
La propia Direcci¨®n General de la Guardia Civil emiti¨® hace unos d¨ªas un comunicado en el que trataba de justificar lo sucedido argumentando que fue el cabo quien recurri¨® directamente a la jurisdicci¨®n militar. Adem¨¢s, explic¨® que el condenado, que recurrir¨¢ al Tribunal Constitucional, no solicit¨® el indulto, por lo que la Direcci¨®n General de la Guardia Civil "no ha tenido posibilidad de emitir informe favorable alguno para evitar la ejecuci¨®n de la condena".
Los hechos se produjeron el 2 de junio de 2010 en la localidad grancanaria de Arguinegu¨ªn, una poblaci¨®n costera de casi 3.000 habitantes. Durante un control rutinario, unos vecinos increparon a los guardia civiles y fueron detenidos, lo cual provoc¨® la respuesta de un familiar de ellos que era polic¨ªa municipal. Se produjo entonces una reacci¨®n en cadena con la marcha de varios centenares de vecinos hacia el cuartel dispuestos a pedir explicaciones y exigir la libertad de los detenidos. El cuartel de Arguinegu¨ªn tuvo que ser reforzado con una unidad de intervenci¨®n.
En un ambiente de gran crispaci¨®n, las ¨®rdenes fueron las de proceder con calma y no aumentar la tensi¨®n. All¨ª se encontraron el guardia Alonso y el cabo Jim¨¦nez. Se conocen desde hace a?os aunque han pertenecido siempre a unidades diferentes. La unidad del guardia Alonso acudi¨® a reforzar el cuartel. En un momento dado, el cabo Jim¨¦nez se dirigi¨® al guardia Alonso, y no a otro, y le dijo en voz alta que "controlara a la chusma". El calificativo de chusma no pareci¨® el m¨¢s id¨®neo para mantener la calma y ambos se enzarzaron en una discusi¨®n en la que no hubo agresiones.
Todos los detalles de un episodio que parece una an¨¦cdota en medio de un ambiente de tensi¨®n est¨¢n relatados en un sumario de m¨¢s de 1.000 p¨¢ginas cuya instrucci¨®n ha durado dos a?os. El tribunal militar reconoci¨® que "no alcanza la plena certeza en su convicci¨®n" de que hubiera insultos. Sin embargo, dedujo que hubo un empuj¨®n. No tuvo en cuenta que el teniente que ejerc¨ªa de jefe del puesto reconoci¨® que "el cabo Jim¨¦nez utilizaba m¨¢s su superioridad en el empleo con el guardia Alonso que con el resto de los guardias", que el cabo Jim¨¦nez "ven¨ªa de otros destinos en los cuales el volumen de trabajo y complejidad" eran menores y que dio dos partes del cabo Jim¨¦nez por faltas graves.
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